E.CO.B.B.I.S.H.
ENSEÑANZA
DE CONOCIMIENTOS BÁSICOS PARA EL BIENESTAR INTEGRAL DEL SER HUMANO
RECOPILACIÓN DE TEXTOS FILOSOFICOS PARA EL CRECIMIENTO PERSONAL Y TRABAJO ESPIRITUAL DEL SER HUMANO
"Nosotros aportamos una enseñanza
que puede ser aplicada por todos. Incluso fundada en verdades sublimes que
sobrepasan el raciocinio de la mayoría de los humanos, los métodos que da,
fáciles de aplicar, son para todos. Y aquellos que juzgan estos métodos como
simplistas y solamente buenos para niños, demuestran que no saben ni observar
ni reflexionar para obtener conclusiones. Os duele un diente, y debido a este
diente ya no podéis ni comer, ni dormir ni concentraros en vuestro trabajo,
como si todo vuestro cuerpo hubiera sido alcanzado por este daño. Y sin
embargo, ¡la causa de vuestro malestar es sólo un diente! ¿Podéis negar las
consecuencias de algo tan pequeño? Aceptad pues la idea de que métodos muy
sencillos pueden tener grandes consecuencias. Haced, por ejemplo, este
ejercicio: concentraos en vuestro plexo solar, o en vuestro corazón, o en
vuestra garganta, enviándoles toda la luz y el calor del que seáis capaces:
poco a poco sentiréis cómo todo vuestro organismo comienza a beneficiarse. Es
inútil que os dediquéis a realizar prácticas complicadas para encontrar aquello
que necesitáis. Más importante que lo que hacéis, es la atención que prestáis al
hacerlo, es vuestra convicción lo que da resultado
"La naturaleza posee y mantiene los
gérmenes de las enfermedades y, al mismo tiempo, posee también los medios para
curarlas. Pero si los humanos no son razonables y permiten que los gérmenes
nocivos se desarrollen, limitan la eficacia de los elementos que podrían serles
beneficiosos. Algunos dirán: «Pero la ciencia hace tantos progresos que
debe…» No, la ciencia no debe nada porque ella no tiene todos los poderes. Cualesquiera
que sean sus progresos, es impotente ante la mala voluntad de aquéllos que
rehúsan conocer las leyes de la naturaleza y actuar en consecuencia. Entonces,
atención, cuanto más progresen las ciencias y las técnicas, más
conscientes, atentos y vigilantes, deberán mostrarse los humanos. El progreso
tiene muchas ventajas, aporta muchas facilidades, pero al mismo tiempo también
muchas tentaciones. Apoyarse en los progresos de la medicina para permitirse
todos los caprichos y todos los excesos, nos llevará a la catástrofe. La vida
nunca se someterá a las voluntades de los humanos poco razonables.
"Nosotros recibimos nuestra vida de Dios, pero sólo podemos beneficiarnos plenamente de sus riquezas si aprendemos a hacer que vuelva a la Fuente. Y, cuando digo la Fuente, Dios, quiero decir la cima de nuestro ser. Orientar las energías hacia lo alto para que puedan alimentar las células del cerebro, requiere de un gran saber. Y si hay algún campo en el que este saber es necesario, es sin duda el de la sexualidad.
Todas
las instrucciones que dan los Iniciados concernientes al control de la fuerza
sexual, no tienen como finalidad reprimir a los humanos privándoles de placeres
que, evidentemente, tienen derecho a disfrutar: cuando enseñan que las energías
sexuales pueden ser sublimadas, es porque saben que existen otras posibilidades
que la de dejarlas manifestarse solamente abajo.
Los
hombres y las mujeres pueden servirse de estas energías, bien comprendidas,
bien utilizadas, para despertar facultades superiores que les van a permitir
realizar trabajos espirituales de la más alta importancia, y entonces es cuando
saborearán el verdadero gozo."
"Aunque a veces
hay motivos para criticar a los dirigentes de un país y para burlarse de ellos,
no es éste un método bueno para hacer que se vuelvan mejores y más competentes.
Al contrario, acosándoles con pensamientos y sentimientos negativos, no sólo no
arreglamos nada, sino que creamos en el invisible las condiciones para que puedan
cometer más errores todavía y tomen decisiones cada vez menos acertadas para el
país.
Si queréis ayudar
verdaderamente a vuestro país, en lugar de fulminar continuamente con reproches
al que está a la cabeza o de ridiculizarle, enviadle luz. No podéis ayudar a
todo vuestro país, porque es inmenso, pero basta con que ayudéis solamente a un
hombre y esto es más fácil; y este hombre hará el bien a todos, porque muchas
cosas dependen de él. Un hombre solamente es el que ha estado bien inspirado y
todos los demás se benefician de ello.
Los ciudadanos de un
país deben tomar conciencia, por fin, de los lazos que existen entre ellos y
sus dirigentes. No basta con exigir esto, reclamar aquello, y rebelarnos si no
lo obtenemos, debemos aprender a conocer los métodos más eficaces para obtener
aquello que deseamos sin complicar las situaciones."
"Demasiados discípulos de una enseñanza espiritual no comprenden todavía la necesidad de la práctica. Se sumergen en obras de Cábala, de astrología, de magia, de alquimia, de espiritualidad hindú u otras, y hacen de ellos temas de conversación donde cada uno intenta brillar con conocimientos recientemente adquiridos. No han aprendido nada de la humildad, de la pureza, de la paciencia, de la bondad, de la gratitud, no saben cómo entrar en armonía con los humanos y con toda la creación, y por esta razón, en la primera ocasión se sienten perturbados, enfermos: sus lecturas les han llevado al borde del abismo. No os imaginéis pues que vayáis a acceder tan fácilmente a los grandes misterios, resolver el enigma del universo, recibir la Iniciación, y que, ocupados por estos proyectos grandiosos, podéis desatender ciertas actividades de la vida cotidiana, tan indignas de vosotros, así como todas las verdades elementales que podrían iluminar vuestro camino. Pues son estas verdades elementales las más importantes; si las aplicáis, encontraréis la buena actitud y mientras continuáis estudiando, estaréis protegidos. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"Todas las
religiones han surgido de la misma fuente. Sus diferencias provienen que han
aparecido en épocas diferentes en pueblos de mentalidades diferentes. Por eso
hay que reflexionar bien antes de querer cambiar de religión, porque no es tan
fácil adaptarse a otras mentalidades. La tradición hindú, por ejemplo, es
extraordinariamente profunda, rica y poética, pero, salvo algunas excepciones,
los Occidentales que se aventuran en ella corren peligro, sobre todo de
extraviarse. O bien, se quedan sólo con las apariencias, con las formas, en
detalles superficiales, exóticos, y esto no es algo que sea muy respetuoso
hacia todos estos grandes espíritus del pasado que, después de haber trabajado
durante mucho tiempo, después de haber hecho investigaciones, quisieron legar a
su pueblo el fruto de sus experiencias. No hay que creer que los sabios y los
Maestros espirituales de la India se sienten muy honrados cuando ven a todos
estos cristianos descuidar su propia religión para disfrazarse de yoguis. A
veces he tenido la ocasión de constatar lo sabios que son algunos Maestros
hindúes. Preguntan a los Occidentales: «¿Es usted cristiano? – Sí. – Entonces,
siga siendo cristiano.» Saben que una cultura, una tradición, es como el suelo
para un árbol. ¿Cuánto tiempo necesita un árbol que ha sido arrancado de su
tierra, para poder echar raíces en otra parte?"
"La justicia
humana juzga solamente los actos, pero la Justicia divina juzga también los
pensamientos, los sentimientos y las intenciones. Si habéis dado
conscientemente malos consejos a alguien, si le habéis empujado a la rebelión,
a la desesperación, ¿qué tribunal en la tierra puede condenar semejante
conducta? Ninguno, porque, materialmente, objetivamente, no pueden reprocharos
nada. Si esta persona va al juez diciendo: «Mire en qué desesperación me ha
sumido este
Individuo», el juez le
responderá que este caso no está previsto por el código y que no puede hacer
nada por ella.
¡Cuántos hombres,
sabiendo que no hay ningún tribunal que pueda castigar los malos pensamientos,
los malos sentimientos, las malas intenciones y las palabras engañosas, son lo
bastante astutos para ser impecables en el dominio de los actos y evitar así
que les detengan! Hay miles de formas de actuar mal sin caer bajo en el peso de
la justicia humana. Pero nadie escapa a la Justicia divina."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"Aunque los
humanos estén persuadidos de que la vida es lo más precioso que poseen, todavía
no han comprendido bien que, en esta vida, lo que hay de esencial es la vida
misma. No piensan en todas las criaturas, en todos los poderes del universo que
están ahí sólo para que ellos puedan estar vivos, ni en todo lo que reciben de
la tierra, del agua, del aire, del sol, de las estrellas... ¡Cuántos tienden a
creer que la vida les ha sido dada sólo para satisfacer sus deseos! Están vivos
y eso les basta, no se preguntan gracias a quién y a qué pueden respirar,
alimentarse, amar, pensar... Y, como no son conscientes de lo que representa
este don de la vida, la despilfarran. La conciencia les viene un poco más
tarde, cuando se acerca la vejez, o cuando se encuentran discapacitados,
enfermos. Entonces, hacen todo lo que pueden para retener esta vida que les
está abandonando. ¿No deberían haber empezado a pensar en ello un poco
antes?"
"Un hombre había
sembrado trigo en su campo, pero mientras que todos dormían, su enemigo vino y
sembró cizaña en medio del trigo, ¿Quién es este enemigo del cual habla Jesús
en la parábola del trigo y la cizaña, y en qué nos concierne?. En realidad,
este enemigo está en el hombre, y ¡con qué fervor intenta destruir el trabajo
de aquéllos que han decidido convertir todo su ser en una tierra fértil! Se
inventa la manera de introducir gérmenes nocivos; tiene donde escoger: puede
ser el orgullo, la sensualidad, la codicia, la vanidad, la ira… Y ¿cómo es que
lo consigue? Porque, como en la parábola, la gente «duerme», no está vigilante.
Procurad pues identificar ese enemigo interior que intenta colarse en vosotros
para destruir vuestros buenos proyectos. Estudiad los métodos que utiliza y
entonces estaréis prevenidos con anticipación de su llegada. Pues cada vez que
se acerca este enemigo, hay signos precisos que os advierten, un pensamiento,
una sensación. Y si cada vez os convertís en su víctima, esto quiere decir que
no intentáis analizaros, que os paseáis por la superficie de vuestro ser, que esperáis
que lleguen los grandes sufrimientos para empezar a preocuparos de lo que pasa
en vosotros. Ahora que ya estáis prevenidos, intentad observaros mejor con el
fin de ver los hilos imperceptibles que unen vuestros diferentes estados
interiores.
"¿Cómo conservar vuestro amor y qué
hacer para que dure el mayor tiempo posible?... Simplemente, evitar lanzaros
sobre el ser que empezáis a amar para devorarlo. Porque tras esas grandes
ebulliciones, muy pronto vendrá el hastío, y perderéis vuestra inspiración y
vuestro gozo. Como aquél que ha comido demasiado: la comida ya no le dice nada.
¡Los humanos siempre tienen tanta prisa para destruir todo aquello que puede
embellecer su vida y darle un sentido! ¿Por qué sacrificar por unos minutos de
placer este amor que les aporta todas las bendiciones, que les aporta el Cielo?
Habéis encontrado a una persona que os ha atraído inmediatamente. Es como un
vaso lleno de una esencia preciosa que os sumerge en el éxtasis; ensancha
vuestros horizontes y os revela las bellezas del cielo y de la tierra. Dad
gracias al Señor por haberla encontrado, iluminaos, vivificaos, reforzaos junto
a ella, pero mantened alguna distancia. Si escucháis bien este consejo y
procuráis aplicarlo, nunca os veréis privados de bellos encuentros a lo largo
de vuestra vida; y como sabréis apreciarlos, sabréis verdaderamente lo que es
el amor."
Ya podéis leer como nos afectamos e
infectamos unos a otros sin importar la distancia.
Esta más que demostrado el poder del
pensamiento y sentimiento en la materia. Además si nos observamos en el trascurso de una
jornada podremos comprobar los cambios de estado anímicos según con quien te
relacionas o a donde vayas.
Tanto el pensamiento como el sentimiento
o la palabra hablada, son vibraciones de diferente grado.
En La Enseñanza aprendemos como elevar
nuestra vibración, si lo hacemos bien estaremos protegidos de estas vibraciones
caóticas que nos rodean y enferman. Animo. Despierta y ponte en marcha. Actúa y deja de ser Efecto de las
Causas de otros.
"Algunas personas con las que nos
encontramos, no saben decir otra cosa que: « ¡Ah! ¡qué cansado estoy!» Y, en
efecto, se lee el cansancio en su cara. Están bien, pero todo les cansa, y no
se dan cuenta de que, quejándose continuamente, acabarán un día completamente
extenuados. Sin embargo, es fácil observar que los que se quejan así, de estar
cansados, raramente son los que más trabajan. No podemos negar que estén
cansados, no se trata de un cansancio imaginario, no, es muy real; solamente
que no viene de un exceso de trabajo, sino del hecho de rumiar unos
pensamientos y unos sentimientos que les agotan. Y esta fatiga psíquica es
contagiosa: cuando nos encontramos con estas personas, tras haber pasado unos
minutos con ellas, tenemos la sensación de llevar una carga sobre la espalda, o
de haber sido vaciado de nuestras energías. Uno de los métodos más eficaces
para liberarse de la fatiga psíquica es una buena fatiga física: esta fatiga
descansa y cura. Los humanos poseen unos recursos insospechados que deben
aprender a explotar con un esfuerzo de voluntad. ¡Cuántos se sienten cansados
simplemente porque llevan una vida estancada!"
"El discípulo de una enseñanza
espiritual debe evitar las trampas de la vanidad, así como las de una falsa
humildad que es, en realidad, otra forma de vanidad. El verdadero
espiritualista se manifiesta siempre con naturalidad, con sencillez. No tiene
que llamar la atención con un comportamiento especial y unos aires misteriosos
o inspirados. Diréis: «Pero, entonces, ¿no debemos mostrar en qué sentido
trabajamos?» No, justamente no, porque no hay nada que mostrar. En aquél que
trata de adquirir las verdaderas riquezas espirituales, estas riquezas acabarán
revelándose. Puesto que ha emprendido un trabajo sobre sí mismo, poco a poco
los rasgos de su cara, su porte, sus gestos, se expresarán en su favor. Siempre
habrá ocasiones para que se manifiesten sus cualidades, y los demás las notarán
sin que él tenga que hacer nada para resaltarlas. Que deje que hable su trabajo
interior: aunque no se dé cuenta, este trabajo dará testimonio de él."
"El loto de los mil pétalos que
florece en lo alto de la cabeza del Iniciado, es un símbolo de una gran belleza
que puede fascinar a todos aquéllos que aspiran a la realización espiritual.
Pero largo y difícil es el camino que conduce a la iluminación y a la beatitud.
Para que los pétalos de un loto sagrado puedan abrirse, el discípulo tiene que
triunfar sobre todo lo que en él es factor de perturbación. Si trata de
desarrollar este loto antes de haber neutralizado los elementos oscuros que
lleva en su intelecto y en su corazón, sufrirá impactos, sacudidas que
destrozarán sus pétalos. Con esta imagen hay que entender que el funcionamiento
de sus centros espirituales se verán perturbados y, en vez de saborear los
gozos celestiales, vivirá el infierno. El mundo interior del discípulo se
parece, al principio, a un jardín lleno de maleza, de cardos, de plantas con
espinas: los instintos, los deseos inferiores y malvados que mantiene dentro de
él. Cuando haya desbrozado este jardín, nada le detendrá en su camino
ascendente de la luz, y entonces sentirá los mil pétalos del loto abrirse uno a
uno en lo alto de su cabeza."
"Cuando el cielo está claro, por la
noche, deteneos un momento para contemplar las estrellas. Imaginaos que
abandonáis la tierra, sus luchas, sus tragedias, y que os volvéis un ciudadano
del cielo. A medida que ascendéis por el espacio, sentiréis que vuestra alma
despliega unas antenas muy sutiles que le permiten comunicar con las regiones
más alejadas, y que Aquél que ha creado tantos mundos, los ha ciertamente poblado
de criaturas más sabias, más bellas y más poderosas que los humanos. Porque
cuando vemos a los humanos discutir, pelearse y matarse entre sí, ¿cómo podemos
creer que el Creador haya puesto solamente en la tierra -un grano de arena en
la inmensidad- a sus criaturas más perfectas? Al pensar que todas estas
estrellas que contempláis existen desde hace miles de millones de años, que la
Inteligencia que ha creado estos mundos es eterna y que vosotros habéis sido
creados a su imagen, sentiréis que vuestro espíritu también es eterno."
"Darse un abrazo, estrecharse la mano,
besarse, o toda otra manifestación de simpatía y de amistad que hacemos cuando
nos encontramos, requiere que le prestemos una atención especial. Si no, es
inútil, y no sólo inútil sino perjudicial. Porque toda forma de negligencia en
las relaciones humanas, tiene efectos negativos en el psiquismo de unos y otros. Cuando se manifiestan signos
externos de consideración o de afecto a alguien, sin poner en ellos el
pensamiento y el corazón, sino simplemente porque hay que cumplir con las
conveniencias sociales, esto arranca algo tanto a aquél que los da como al que
los recibe. Este algo es imponderable, claro, pero lo esencial para nuestro
gozo, para nuestro desarrollo, es siempre algo imponderable. Por eso una
mirada, un segundo de silencio, una sonrisa en la que se expresa el alma,
pueden aportar mucho más que una manifestación concreta, e incluso que los
regalos."
"El universo es la obra de los dos
grandes Principios masculino y femenino, el Espíritu cósmico y el Alma
universal, que se unen para crear. Lo que nosotros llamamos espíritu
(masculino) y alma (femenino) son emanaciones de estos dos Principios
creadores. Por eso, como ellos, con nuestro espíritu y nuestra alma nosotros
somos también creadores. Pero este poder de crear, sólo podemos ejercerlo si
somos capaces de elevarnos con nuestra conciencia siempre más arriba, hasta las
regiones en las que sólo reina la luz. Las
actividades espirituales que hacen de nosotros unos verdaderos creadores, son
la oración, la meditación, la contemplación y la identificación. Con el deseo
de unirnos y de penetrar el Alma universal, esta luz que es la materia de la
creación, con nuestro espíritu, la fertilizamos. Y nuestra alma, que recibe
entonces los gérmenes del Espíritu cósmico, empieza a traer al mundo hijos
divinos: la inspiración, la paz, el gozo, actos de nobleza y de amor."
Todo tiene una buena Solución, recuerda
la Enseñanza, Acepta, Perdona y Olvida. Estas
reglas son Esenciales para tener éxito ante las dificultades. El Perdón es una
regla que Jesucristo subrayo. Alguna
secta religiosa se ha otorgado la exclusiva de esa capacidad que todos tenemos
y debemos desarrollar y aplicar Si o Si. Nadie puede perdonar por Ti.
Es Ley.
"Es natural que lamentemos nuestras
faltas, pero, incluso si se trata de faltas graves, es inútil, y hasta
perjudicial, eternizarse en ellas y dejarse carcomer por los remordimientos
pensando que de esta manera vamos a atraer la misericordia divina. Con esta
actitud, en realidad, no hacemos más que recrear de nuevo en el subconsciente clichés,
las mismas fealdades y miserias, y así las alimentamos. Los remordimientos sólo
deben servir para tomar la decisión de no dejarnos arrastrar por los mismos
errores. Los que vuelven sin cesar sobre sus faltas, remueven los posos del
plano astral. No sólo se hacen así mucho daño, sino que, contrariamente a lo
que se imaginan algunos fanáticos, esta actitud desagrada al Señor. Porque el
Señor no ha creado a los humanos para que éstos se sientan miserables,
culpables e indignos. Los ha creado para que vivan como Él, en la belleza, el
gozo y la plenitud. ¿Habéis actuado mal? Una vez que habéis comprendido en qué
y por qué, recobrad a través de vuestra memoria los momentos luminosos que
habéis vivido, esos momentos en los que os habéis sentido hijos de Dios,
felices, confiados, ligeros. De esta manera restablecéis en vuestra alma las
condiciones para que las entidades que han participado en esos estados de gozo
y de luz vuelvan a visitaros, y recibís fuerzas para mantener vuestras buenas
resoluciones."
"La verdad es un problema
filosófico, pero es también un problema práctico. Porque una verdad no es
completa si nos quedamos en el plano del intelecto, del pensamiento. Para que
sea completa, hay que hacerla descender al plano del sentimiento y, más abajo
todavía, al de la acción. Teóricamente, intelectualmente, cada uno puede estar
dispuesto a admitir una verdad: mientras se trate de teoría no le compromete a
gran cosa. Pero tiene que aceptar después esta verdad en su corazón y,
finalmente, llegar a concretizarla con actos. Y entonces, ¡cuántas
dificultades! Tomemos un ejemplo muy sencillo. Teóricamente, es bastante fácil
admitir como verdad que todos los hombres son hermanos. Pero tener sentimientos
fraternales hacia todos ellos ya es mucho más difícil. Y en cuanto a actuar
fraternalmente, cualesquiera que sean las personas y las circunstancias, eso es
lo más difícil del mundo y hay que reconocerlo, lo que menos se ha realizado. Cuando les
explicamos lo que es justo y bueno, hay muchos que dicen: «Lo he comprendido,
lo he comprendido…», pero actúan después de forma contraria a todas las leyes
de la justicia y de la bondad, porque no tienen conciencia de que el corazón
debe decir también su palabra y la voluntad debe movilizarse para realizar. Sin
embargo, una idea que no se realiza es algo casi inútil. Cuando alimentamos un
pensamiento justo, debemos llegar a amarlo suficientemente para poder actuar
conforme a él."
Si conseguimos la fusión dentro de
nosotros con nuestro Origen, todo lo demás llega por añadidura. Está escrito en
la verdadera enseñanza.
"Poseéis un objeto, pero no es
porque esté en vuestra posesión que ya os pertenece verdaderamente. Solamente
os pertenece si os inspira, si, a causa de él, sentís interiormente un gozo,
una luz. Entonces, aunque no sea realmente vuestro, os pertenece. De esta
manera, la creación entera, con las montañas, los océanos, el sol y las
estrellas, puede perteneceros. Sí, si los admiráis, si los amáis, si vuestro
corazón y vuestra alma se llenan de gratitud para con el Creador, son vuestros
y nadie os los puede quitar. Éste es, pues, el punto de vista que en lo
sucesivo debéis adoptar para comprender lo que es vuestro y lo que no lo es. Un
hombre está casado y, puesto que puede imponerse a su mujer, obligarla a esto,
prohibirle aquello, se imagina que le pertenece. Pues bien, no, es una ilusión.
Pero si siente admiración por ella, si la considera como una criatura preciosa,
como un aspecto de la Madre divina, entonces sí, ella le pertenece, aunque le
deje la mayor libertad, incluso si no la toca. Los humanos creen que para
poseer algo... o a alguien, deben tenerlo en sus manos. No, desgraciadamente,
aquello a lo que más se aferran es a menudo lo que menos les pertenece. "
"Asistís, por la mañana a la salida
de sol: una esfera luminosa emerge lentamente de la oscuridad y su resplandor
acaba llenando todo el espacio. Sumergíos en esta luz como en un océano que
vibra, que palpita... Imaginaos que nadáis en ella, que os fundís con ella, que
la respiráis, que la bebéis. Dejaos absorber por esta claridad, hasta sentir
que todas vuestras preocupaciones, que todas vuestras dudas y vuestras
oscuridades se disuelven en ella. Cuando
hayáis aprendido a fusionaros con la luz solar, ésta os acompañará por todas
partes. Impregnará todas las células de vuestro cuerpo que empezarán a vibrar
al unísono con el espíritu del sol. Y no sólo recibiréis energías de este
depósito cósmico inagotable, sino que os será dado el verdadero saber, un saber
que os mantendrá siempre vivos."
"Cualesquiera que sean los errores
que hayáis podido cometer, nada, si lo deseáis verdaderamente, puede impediros
volver a encontrar el camino de la salvación. Decíos incluso que las entidades
celestiales confían más en los seres que han cometido faltas, que han tomado
conciencia de ellas y que se aplican para corregirlas, que en aquéllos que
nunca han tropezado. ¿Por qué? Porque aquél que nunca ha caído no piensa que
debe tomar precauciones: no tiene experiencia, así que todavía no está sólido y
puede extraviarse en cualquier lugar y perderse; no podemos fiarnos de él.
Mientras que el que ha pasado por las «garras del diablo», el que ha sufrido y
toma la resolución de salir de ahí, el día que lo consigue, suceda lo que
suceda, permanecerá inquebrantable.
De esto que os digo debéis retener solamente que, sean cuales sean
las caídas, siempre es posible enderezarse de nuevo. ¡No saquéis la conclusión
de que podéis permitiros todos los extravíos para poder volver a encontrar
después el camino recto! De todas maneras, cada uno ha cometido suficientes
errores hasta ahora: ya es tiempo de sentar la cabeza."
"Una persona que está pasando una
prueba viene a confiaros su pena. Pero a menudo, es para que compartáis con
ella su pena, más que para que la ayudéis a encontrar una solución. Así que,
¡cuidado!, porque si os dejáis invadir por su trastorno no vais a ayudarla,
sino que, al contrario, quedaréis paralizados y os hundiréis con ella. ¿Creéis
que vais a poder serenarla con vuestra simpatía, con vuestra comprensión? Sí,
por unos momentos, sin duda; pero poco tiempo después volverán las quejas y los
llantos, lo que puede prolongarse indefinidamente. Esta persona estará
satisfecha de que siempre estéis ahí, dispuestos a escucharla, a sufrir con
ella, pero no por eso va a mejorar. Y vosotros, ¿en qué estado estaréis? Si
queréis ser útiles a alguien que sufre, no permitáis que su angustia penetre en
vosotros. Sólo podéis ayudarle a enderezar la situación, oponiendo una cierta
resistencia a su sufrimiento, a su desánimo. Permaneced lúcidos, apacibles,
sólidos, afirmando interiormente el poder de la luz."
"Una sonrisa ya es un saludo, un
signo de reconocimiento que dirigís a distancia a las personas con las que os
encontráis, antes incluso de hacerlo con palabras, con un apretón de manos o
con cualquier otro gesto. Por eso es importante que vigiléis lo que vais a dar
al sonreír. Evidentemente, es inútil que os fabriquéis una sonrisa estudiándoos
en un espejo, porque esto deformaría vuestra cara más que otra cosa. Es preciso
que esa sonrisa que debe expresar la bondad, la simpatía, la comprensión, el
placer de un encuentro, venga naturalmente de dentro. Y si os acostumbráis a
descender a las profundidades de vuestro ser para buscar en ellas el amor y la
luz, los escultores que hay dentro de vosotros sabrán qué nervios y qué
músculos deben tensar o distender. Podéis confiar en ellos. Trabajad, pues, con
el amor, con la esperanza y con la fe, y al sonreír abandonaos a la inspiración
de vuestros artistas interiores."
«Una declaración de amor»... Habría
muchas cosas que decir sobre esta expresión. Los humanos tienen la costumbre de
declarar su amor, sin tener conciencia de que en esta manera de actuar se
desliza un elemento interesado, egoísta. Quieren atraer hacia ellos a una
criatura, y le escriben o le hablan lo más poéticamente posible, escogiendo los
gestos, las palabras, el tono de voz apropiado, con la esperanza de que,
conmovido, fascinado, encantado, el ser que han elegido acabará dejándose
convencer. Y a partir de este momento, este ser debe saber que está
«reservado», que nadie más tiene derecho a acercarse a él.
Es pues el instinto de posesión el que
guía a los humanos, pero sobre todo la falta de fe en el poder del amor. Cómo
desconocen el verdadero amor que hace maravillas, se apresuran a manifestarlo
con medios concretos: la palabra, la escritura, los gestos, para hacer
prisionero al ser amado. Y si dicen que es la fuerza del sentimiento la que les
impulsa a obrar así, en realidad lo que
están confesando es su propia debilidad. Aquél que está habitado por el
verdadero amor no lo expresa, no es necesario porque este amor se siente:
irradia. El único medio del que tenemos derecho a servirnos para atraer el amor
es la luz, y es también el único verdaderamente eficaz. Enviad regalos de luz
al ser que amáis y que deseáis que os ame, esparcid colores a su alrededor,
sabiendo que la luz y los colores son entidades vivas. Cuando su alma sienta la
presencia de estas entidades benéficas, os estará agradecida y, poco a poco, se
abrirá a vosotros."
"La inquietud, la agitación, la
perturbación, crean las peores condiciones para la actividad del pensamiento.
Por eso, cuando tengáis que resolver un problema, cuando tengáis que tomar una
decisión importante, empezad por serenaros. Haced el silencio en vosotros y
tratad de proyectaros lo más arriba posible dentro de vosotros mismos, porque
es arriba donde se encuentra la luz. Cuando sintáis que habéis logrado alcanzar
una especie de cima, preguntar sobre lo que os preocupa y esperad... La
respuesta os empezará a llegar más o menos claramente; quizá no sea más que una
vaga impresión, difícil de interpretar, pero ya será un indicio. Así que, no
abandonéis. Volved a empezar tantas veces como sea necesario, plantead de nuevo
la pregunta: pronto sentiréis una claridad, una certeza, y entonces, se
acabaron las dudas, sabréis cómo debéis actuar. La luz en el intelecto, el calor en el corazón y una
voluntad libre: si cumplís estas tres condiciones, siempre encontraréis las
mejores respuestas a las preguntas que hacéis y tomaréis las buenas
decisiones."
Si solo un porcentaje de la humanidad
pusiera en práctica lo aquí expuesto, el mundo cambiaría en poco tiempo. Criticando a los políticos y demás
campos y organismos sociales, no se va a mejorar la situación. Hablando de las
carencias de falta Amor, salud, economía etc, solo se está alimentando
estos estados. Nosotros
proyectamos nuestro futuro y eso es lo que tenemos.
Si lo ponéis en práctica de forma
correcta, con Fe y Agradecimiento, el cambio y el Éxito están garantizados. ES LEY.
"Oís proferir acusaciones contra
alguien... Evitad propagarlas, sobre todo si no estáis seguros de que estas
acusaciones estén fundadas. Porque ninguna palabra se queda sin consecuencias.
Si propagáis acusaciones falsas, debéis saber que, de una manera o de otra,
despertáis algo negativo en aquél que es objeto de estas acusaciones, en aquél
que os escucha, y también en vosotros mismos. Sí, ¡va muy lejos este asunto!
Incluso añadiré que, aunque os veáis obligados a señalar que tal o cual persona
se ha comportado mal, procurad de todas formas, como medida pedagógica, acabar
vuestra conversación mencionando alguna de sus cualidades... ¡al menos tendrá
una! Mencionar los defectos de la gente nunca ha servido para corregirlos. Así
pues, cuando criticáis a alguien, sin indicar que tiene también ciertas
cualidades, añadís mal al mal: ésta no es una actitud constructiva. Si queréis
actuar como un ser consciente, iluminado, cuando os veáis obligados a
pronunciar palabras negativas, procurad terminar con algo positivo -aunque sólo
sea mencionando a una segunda persona que posee las cualidades que le faltan a
la primera-. Sí, lo esencial es terminar siempre con una palabra
positiva."
"Rechazar a un ser humano,
despreciarlo, humillarlo, es declarar que no es una criatura de Dios, y nadie
tiene derecho a declarar, y ni siquiera de pensar una cosa semejante; nadie
tiene derecho a interponerse entre esta criatura y su Padre celestial. Si alguno
aplica su propia voluntad para apartarse del amor divino, evidentemente es
libre de hacerlo; pero nadie puede apartarle, nadie tiene derecho a excluirle. Incluso los
seres menos evolucionados, incluso los más culpables son hijos e hijas de Dios.
Dios ha puesto en ellos esta chispa, el espíritu, que es una emanación de Él
mismo, y es la presencia de esta chispa la que les hace participar de la
naturaleza divina. Cuando cometen faltas, merecen, claro, ser reprendidos,
sancionados. Pero aunque nos veamos obligados a tratarles con severidad y a
tenerlos apartados durante un tiempo, nunca debemos olvidar que existe en
alguna parte dentro de ellos, profundamente enterrado, un germen divino, y que
este germen divino debe ser respetado y cultivado. Es Dios mismo quien se
siente ultrajado cuando humillamos a sus hijos."
"En el momento en que un hombre y
una mujer se encuentran y se aman, tienen tendencia a olvidarse del mundo
entero, nada más existe para ellos. Todavía no se han habituado a vivir el amor
de una forma más vasta y, sin saberlo, lo empobrecen, lo mutilan. El verdadero
amor es el que abarca a la totalidad de las criaturas sin limitarse, sin echar
raíces en una sola. Por eso, de ahora en adelante, los hombres y las mujeres
deben aceptar el tener concepciones más amplias, que muestren menos posesividad
y celos, lo que no les impedirá seguir siendo fieles el uno al otro. Cuando dos seres verdaderamente
evolucionados se eligen, ya de antemano se han dejado esta libertad mutua; cada
uno se alegra de poder amar a todas las criaturas con la mayor pureza. La
felicidad, no consiste en limitarse a un ser, o a dos, o a diez, o a cien...
sino en amar hasta el infinito. Continuad pues amando a aquéllos que ya amáis,
pero ensanchad aún más el círculo de vuestro amor. Y ensanchadlo hasta tener
también intercambios con todas las entidades luminosas del mundo invisible, con
los ángeles, con los arcángeles... De esta manera, vuestra familia, vuestros
amigos, se sentirán enriquecidos, fortalecidos, purificados, con todo lo que
vosotros vivís de hermoso en vuestro corazón y en vuestra alma."
"La libertad sólo puede ser
comprendida si la asociamos a la idea de jerarquía. ¿Qué libertad puede tener
aquél que se encuentra abajo de la escala? ¿Acaso son libres las piedras?... ¿Y
las plantas?... ¿Y los animales?... E incluso los humanos, la mayoría de ellos
no son libres: están, más o menos, bajo el dominio de otros seres humanos o de
entidades del mundo invisible, porque interiormente, psíquicamente, se
encuentran muy abajo en la jerarquía, no son ellos quienes deciden. Aquél que quiera
liberarse de sus limitaciones, cualesquiera que sean, debe esforzarse por subir
cada vez más arriba. Al acercarse cada vez más a la cima, al Señor, se libera.
Porque sólo el Señor es realmente libre. Todas las demás criaturas sufren
alguna forma de dependencia, incluso los Arcángeles: sumergidos en el alma del
Señor, dependen de Él. Son libres con la libertad del Señor, pero no son libres
con respecto al Señor. Sólo el Señor es libre, y en la medida en que se acercan
a Él, las criaturas son libres de su libertad, no de otra manera."
Sin Ti nada es posible.
En los Talleres se nos Enseña a controlar
el Sistema Nervioso a través del cual podemos controlar el cuerpo.
En el aire está el combustible,
Recuerdas?
El resto corre de tu cuenta y
responsabilidad.
Mantenerte saludable y Ser Feliz es una
Obligación y un Deber hacia Ti mismo, Con El Creador y la Creación.
Cristo dijo " BUSCA la VERDAD, y la
VERDAD te hará LIBRE”.
Se Feliz
"Si es cierto que a los humanos no
les faltan recursos en el plano físico, es precisamente en el plano psíquico
donde les han sido dadas las mayores posibilidades. Pero como son raramente
conscientes de ello, no tratan de explotarlas y, ante el menor incidente, les
vemos perder la cabeza, lamentarse, correr en busca de socorro material, cuando
tienen dentro de ellos mismos tantos medios que les permitiría afrontar la
situación.
El espiritualista es aquél que ha
comprendido que, en las circunstancias difíciles, el espíritu es su único
verdadero socorro. Empieza, pues, por entrar en sí mismo, y se conecta con el
mundo divino para recibir una luz que le inspirará la mejor conducta a adoptar,
los mejores métodos a emplear. Por eso, pronto se le ve sosegado, confiado,
dueño de la situación. Puede buscar después una ayuda material, pero que busque
primero el socorro dentro de él. Si no, ¿cómo va a poder levantarse si ha
perdido el control de sí mismo?"
"El proceso de sublimación de la
fuerza sexual puede ser representado bajo varias formas simbólicas. Tomemos el
Árbol sefirótico, por ejemplo. En el pilar central, que podemos asimilar a la
columna vertebral, están situados, de abajo a arriba, los tres sefirots Iesod,
Tipheret y Kether. En nosotros, los órganos genitales están relacionados con
Iesod, el corazón y el plexo solar con Tipheret, y la cabeza con Kether. De
Iesod a Kether, pasando por Tipheret, tal debe ser simbólicamente el camino de
la energía sexual. En el extremo superior del pilar central, la santidad de
Kether, que es la cabeza coronada, tiene su origen en la pureza de Iesod, los
órganos sexuales. La santidad de
Kether es pues la manifestación de la energía sexual sublimada gracias a los
poderes de Tipheret, el Sol. Esta corriente de energías brutas que tiende
siempre a arrastrar la conciencia de los humanos hacia abajo, el Iniciado logra
hacerla cambiar de dirección. Trabaja con esta quintaesencia hasta
transformarla en luz y, cuando esta luz llega arriba, brilla por encima de su
cabeza como una corona de oro."
"Es inútil volver al pasado y
detenerse en él, basta con extraer lecciones del mismo, hay que pensar en el
futuro. Aquél que se aferra al pasado no avanza, se anquilosa. Son los ancianos
los que vuelven siempre al pasado, no logran ver cómo podrían proyectarse al
futuro. Sin embargo, también existe un futuro para ellos, pero no piensan en él
y siempre cuentan las mismas historias de su juventud. Es algo normal, claro,
pero deberían escuchar mejor a los niños que sólo hablan de lo que van a hacer
más tarde. ¿Por qué no imitarles? Ser niño quiere decir acabar con el pasado,
porque siempre es el futuro lo que cuenta. Todos nosotros debemos hacer como
los niños. Es cierto que
cuando se dice de ciertas personas mayores que «han vuelto a la infancia», no
es generalmente algo muy bueno que digamos. Pero he ahí lo que les sucede a
todos aquellos que han rechazado volver a ser como niños porque siempre hay
algo nuevo por descubrir y maravillarse. Aquél que no trata de ser un niño
conscientemente, se arriesga a serlo un día por la fuerza de las cosas, y
entonces será la senilidad."
"Cada mañana, desde la aurora, el
sol proyecta por el espacio una profusión de pepitas de oro; y con estas pepitas
de oro podemos llenar nuestro espíritu, nuestra alma, nuestro intelecto,
nuestro corazón, y también nuestro cuerpo físico. Todo nuestro organismo puede
beneficiarse de este oro, desde el cerebro hasta los pies. Existen diferentes
clases de luz. La que más necesita nuestro sistema nervioso y todo nuestro
organismo es la luz que nos envía el sol antes de su salida. Ésta es la luz más
sutil, la más espiritual, y actúa sobre nuestros cuerpos psíquicos. Por eso, si
sabemos cómo mirar al sol, algo se abre en nuestro plexo solar y empezamos a
beber la luz. Es como un depósito que se llena de una quintaesencia preciosa.
Cuando el depósito rebosa, ya sólo sentimos la necesidad de distribuir este
elixir a todas las criaturas vivas. Y no hay mayor gozo que el de dar lo que
hemos recibido del sol."
"La vida se caracteriza por el
movimiento, nunca es la misma: fluye, circula y se transforma desplazando a los
seres y a las cosas, y cada vez hay que adaptarse. Hoy teníais un problema que
resolver y lo habéis conseguido empleando un cierto método. Pero he ahí que, al
día siguiente, se presenta otro acontecimiento y si tratáis de afrontarlo
utilizando el mismo método, no es seguro que funcione: os veis pues obligados a
tener en cuenta lo que esta situación tiene de nuevo o hasta de inesperado. Decíos que
nunca tendréis reposo, porque la vida no cesa de presentaros problemas
diferentes que debéis resolver, y cada uno necesita una solución en particular.
Ayer, por ejemplo, la solución fue un gesto de bondad, de generosidad. Pero hoy
tenéis que resolver otro asunto, y aquí serán el razonamiento o la firmeza, o
incluso la obstinación que os ayudarán. Otra vez será la indiferencia o el
olvido... Buscad pues cómo adaptaros cada día a las circunstancias. Ello exige
atención y reflexión."
"Como poseen ciertas cualidades y
virtudes, los humanos creen que ellos son la fuente de las mismas. No, la
fuente de estas cualidades y virtudes no está en ellos. Todos los buenos
impulsos que les animan vienen de muy lejos, de muy arriba, y ellos son sólo
los conductores. El que sabe manifestarse con bondad, con generosidad, es el
transmisor de las entidades del amor. Estas entidades lo han escogido como
mensajero porque, al haber trabajado durante mucho tiempo para adquirir estas
cualidades, posee los elementos necesarios, el estado conveniente para esta
transmisión. Y si ha preparado su cerebro para convertirse en un mensajero de
la sabiduría, entonces son otras entidades las que lo ponen a su servicio para
propagar la luz. Lo mismo sucede con la integridad, el valor, la pureza y todas
las demás virtudes. La
naturaleza es fiel y verídica; determina y clasifica a cada ser según sea su
ideal y el trabajo que ya ha realizado. De esta manera se convierte en un
médium para las entidades que sus aspiraciones han atraído."
"¿Qué es lo que empuja a los
humanos a salir de sus casas para visitar a su familia, a sus amigos, hacer
compras en los almacenes o ir a caminar por el campo? Simplemente la necesidad
de hacer intercambios. Porque los intercambios son absolutamente indispensables
en la vida. Podemos incluso definir la vida como el resultado de los
intercambios que hacemos con todo el universo y las criaturas que lo habitan.
Nuestra vida sólo está hecha de intercambios.
Las manifestaciones más evidentes son la
respiración y la nutrición, y si estos intercambios no se hacen correctamente,
aparecen la debilidad, la enfermedad y la muerte. Pero los intercambios que
debemos hacer para vivir no se limitan a la respiración y a la nutrición. O,
más exactamente, consisten en respirar y alimentarse también en las diferentes
regiones del universo para animar nuestros cuerpos sutiles: los cuerpos
etérico, astral, mental, causal, búdico, átmico. Todos aquéllos que han
aprendido a respirar y alimentarse a través de sus cuerpos sutiles, sienten su vida como una inmensa sinfonía."
"Observaros: ¡cuántas veces podréis
constatar que vuestro estado de ánimo no se corresponde exactamente con lo que
debéis hacer! Por ejemplo: cuando llega el momento de rezar, de meditar, a
menudo tenéis la cabeza en otra parte, porque de repente pensáis en todo el
trabajo que os espera. Después, cuando estáis trabajando, sentís que
necesitaríais recogeros, y una vez más os distraéis. Debemos aprender a estar
presentes en todo lo que hacemos, porque hay un tiempo para todo. Si no, ya no
hay tiempo para nada, porque nunca tenemos la cabeza allí dónde es preciso. Cuando, por la
mañana, os preparáis para asistir a la salida de sol, decíos: «Quiero entrar en
contacto con la pureza, con la belleza, con el amor, con la luz, ninguna otra
cosa debe contar.» Dejad vuestros fardos y presentaos ligeros, liberados, ante
el sol y los esplendores de la naturaleza. Para ver bien, para comprender y
sentir bien, hay que estar ahí, presentes. Tomad
ejemplo de los hombres y las mujeres que viven un gran amor: cuando están
juntos, son capaces de olvidarlo todo. Fijan sus ojos en los ojos del otro, y
cuando quieren describir lo que han visto, sólo hablan de luz y de
inmensidad."
"Recibimos nuestra vida de Dios,
pero sólo podemos beneficiarnos plenamente de sus riquezas si aprendemos a
hacerla volver hacia Él, que es la fuente de la vida. Y aquí, cuando digo Dios,
hay que comprender la cima de nuestro ser. Orientar las energías hacia arriba
para que alimenten las células del cerebro necesita un gran saber, y si hay un
dominio en el que este saber es necesario, éste es el de la sexualidad. Todas las
instrucciones que dan los Iniciados concernientes al control de la fuerza
sexual no tienen la finalidad de molestar a los humanos privándoles de unos
placeres que tienen, evidentemente, derecho a disfrutar. Cuando enseñan que las
energías sexuales pueden ser sublimadas, es porque saben que existen otras
posibilidades que la de dejar que se manifiesten solamente abajo. Estas
energías, bien comprendidas, bien utilizadas, los hombres y las mujeres pueden
servirse de ellas para despertar facultades superiores que les permitirán
realizar trabajos espirituales de la más alta importancia, y será entonces
cuando saborearán los verdaderos gozos."
Este pensamiento es similar a la
pregunta que hago en algunos cursos sobre:
¿QUE HARÍAS SI DISPUSIERAS DE TODO EL
TIEMPO Y DINERO NECESARIO SIN LIMITE?.
Se necesitan voluntarios para formar
equipos de personas dispuestas a triunfar en su vida y ayudar a otros a que lo
consigan.
Si alguien ya disfruta de esta
Conciencia y quiere intentarlo, conecta conmigo y juntos seguiremos el camino
marcado.
Tarde o temprano tendréis que hacerlo.
No sigas padeciendo los efectos de las
causas que otros producen.
Conviértete en el causante de tu éxito.
Sed Felices.
"La mayoría de los humanos sienten
confusamente que hay algo en ellos que reclama un alimento que las actividades
de la vida cotidiana no pueden aportarles. Por eso leen o van al cine, al
teatro, a los conciertos, a los museos, para encontrar estos alimentos que
necesitan. Pero siempre sentirán una insatisfacción, un vacío, si, al mismo
tiempo, no hacen el esfuerzo de buscarlos también dentro de sí mismos, en las
alturas del alma y del espíritu. Porque incluso los más grandes artistas están
limitados en sus medios de expresión, no tienen la posibilidad de traducir
exactamente todo lo que ven, oyen y sienten en sus momentos de inspiración. Aunque las
obras maestras de arte puedan aportaros mucho, no olvidéis nunca que existen en
vuestra alma unas regiones que, si llegáis a descubrirlas, os aportarán mucho
más aún. La Inteligencia cósmica ha depositado en el hombre este instinto que
le impulsa a ir siempre más lejos, siempre más arriba; esto es lo que hace que
su carácter sea único entre las especies vivas. Pero únicamente la práctica
espiritual le vuelve capaz de elevarse por encima de sí mismo y de entrar en
contacto con esas regiones que siente confusamente que son su verdadera
patria."
A esto van referidas las palabras que
aprendemos en los Talleres. ACEPTA,
PERDONA Y OLVIDA.
Jesucristo Lego al mundo El Perdón, es
un Don individual, sin ello la Pureza del corazón se enturbia.
Ningún ser humano te puede perdonar los
pecados por muchas oraciones y sacrificios que realices.
Si por ti mismo no perdonas no cumples
con la Ley de Dios por tanto la Justiciase ejecuta según tu perdón.
Sed felices.
"Un día, abandonaréis la tierra, y
es importante que en el momento de partir os sintáis en armonía con todas las
criaturas. Si hay algunas con las que estáis en conflicto, no dejéis que se
prolongue esta situación, tratad de reconciliaros con ellas también, porque si
no, esto se inscribirá en vosotros como una deuda que pagar. Y no esperéis al
último momento. Diréis que hay personas que ya nunca podréis ver, y otras que
no aceptarán jamás hacer las paces con vosotros. Admitámoslo... Pero podéis,
con el pensamiento, buscar a estas personas y reconciliaros con ellas en
vuestro corazón, en vuestra alma. Incluso si cuando se acerque la muerte no
fuerais ya capaces de hacer gran cosa, os queda todavía la posibilidad de
experimentar sentimientos de amor, de benevolencia hacia toda la creación,
hacia los seres que os rodean, hacia aquéllos que habéis conocido. Tenéis que
saber que el que ama es dueño de la muerte."
"Aunque sea solamente de palabra,
toda promesa, todo compromiso que adquirís con una persona sobre un tema de
importancia, os ata a ella, porque vuestras palabras se han grabado en el plano
etérico, y es exactamente como si hubieseis hecho esta promesa por escrito,
como si hubieseis firmado un contrato. Nadie puede desligaros de ella, excepto
la persona a la que se la habéis hecho. Si esta persona es buena, indulgente,
comprensiva, os liberará de vuestra promesa; si no, de una manera o de otra,
deberéis cumplirla. Y no digáis que vais a dirigiros al Señor para que Él os
libere de esta promesa. Es inútil, porque el Señor no va en contra de las leyes
que Él mismo ha establecido. Dios es todopoderoso, sí, pero no de la forma en
que la religión lo presenta. Puesto que el mundo que Él ha creado se basa en
unas leyes y que Él ha aceptado también de vivir en este mundo, Él obedece sus
propios decretos. Ésta es también la grandeza de Dios. Él no infringe según le
place las reglas que Él mismo ha fijado. No será pues Él quien os libere de
vuestras promesas. Os dirá: «Puesto que lo has prometido, yo no puedo hacer
nada. Dirígete a la persona con la que te comprometiste.»"
"Poned la palabra «armonía» en el
corazón de vuestra existencia, guardadla dentro de vosotros como una especie de
diapasón y, en cuanto os sintáis un poco inquietos, turbados, tomad este
diapasón y escuchadlo, para poder poner todo vuestro ser en consonancia con la
vida ilimitada, la vida cósmica. ¡Que este pensamiento de la armonía impregne
poco a poco todas vuestras células! Es a través de la armonía que atraemos a
los espíritus luminosos del mundo invisible, y éstos se convierten en nuestros
amigos, ya no nos abandonan. Porque los espíritus luminosos son tenaces, tan
tenaces como los espíritus tenebrosos de los que están difícil liberarse a
menudo. ¿Por qué los amigos no iban a ser tan tenaces y obstinados como los
enemigos? Vienen a sostenernos, a iluminarnos, a aconsejarnos y, si seguimos
sus consejos, siempre estaremos bien inspirados. Por eso no debemos desesperar
nunca, ni en la peor de las situaciones: un día, las cosas van a cambiar para
bien, porque habremos estado bien inspirados. Nada es pues más importante que
cultivar este estado de armonía que va a atraer a nuestros amigos del mundo
invisible."
"¿Acaso tomáis conciencia, aunque
sea por unos momentos, de que sois apoyados por entidades benévolas del mundo
invisible?... Porque si podéis seguir respirando, comiendo, caminando,
trabajando, y hasta durmiendo, es porque en cada momento de la jornada recibís
un apoyo; no sólo os llevan y os ayudan, sino que también os inspiran para que
seáis los creadores de vuestra vida. Y vosotros también, por vuestra parte,
apoyáis a ciertas criaturas en el mundo. No las conocéis y, cuando ellas
reciben vuestra ayuda, tampoco saben de dónde les viene, pero es una realidad.
Cada ser vivo emite ondas, y cuando alimentáis en vosotros pensamientos
luminosos y sentimientos cálidos, cuando rezáis o meditáis, emitís ondas
benéficas, y estas ondas van a ayudar y a aliviar a las criaturas que están
sumidas en la pena. ¿Cómo no encontrar ahí también un sentido profundo a
vuestra vida y unas razones siempre nuevas para alegraros? Pensar en ello. ¡Qué
ánimo para vosotros el poder sentir que sois apoyados por miles de entidades
luminosas, y que vosotros podéis también apoyar a otras criaturas!"
"¿Habéis experimentado ya el poder
de la sonrisa? Sentís una decepción, tenéis una dificultad, un disgusto,
alguien os ha herido, etc. En vez de dejaros llevar por la irritación o el
desánimo, tratad de utilizar el método de la sonrisa. Diréis:«¿El método de la
sonrisa? ¿Qué es eso? ¿Sonreír a los demás?» No, no necesariamente. Aunque
estéis solos, tratad de sonreír, así, para mostraros que estáis por encima de
todos los pequeños inconvenientes de la vida. Pensad que, en lo más profundo de
vosotros, sois invulnerables, inmortales, eternos, y al pasar delante de un
espejo, daos una sonrisa... Quizá, al principio, os salga un poco torcida, pero
¿qué importa?, ya habrá sido el principio de algo. Puesto que habéis decidido
poneros en buena disposición tomando distancia respecto a los acontecimientos,
llegaréis más fácilmente a superar vuestras contrariedades."
"Los humanos están tan acaparados
por sus intereses y sus preocupaciones personales que no se ponen, de manera
espontánea, en la situación de la gente que les rodea o en la de aquéllos con
los que se encuentran. De ahí provienen muchos errores, muchas injusticias y
crueldades. Tratad pues de estar más atentos. Cuando vayáis a pronunciaros
sobre una persona, preguntaos primero lo que sabéis de su situación. Antes de
criticarla, de acusarla, durante unos minutos al menos, haced el esfuerzo de
poneros en su lugar: entonces quizá os deis cuenta de que, si os encontraseis
en su situación, os conduciríais diez veces peor que ella. ¿No creéis que este
tema merece reflexión? Haced sobre todo este ejercicio con las personas que os
cuesta soportar y a las que estáis siempre dispuestos a condenar. Poco a poco
su comportamiento os parecerá más comprensible, empezaréis asentir interés por
ellas, y hasta quizá una cierta simpatía. De esta manera obtendréis cualidades de
discernimiento, de paciencia, de generosidad de las que se beneficiarán, y
vosotros los primeros."
"Admirar algo o a alguien es una
necesidad que experimentan todos los humanos, ya que la admiración, la
fascinación son sensaciones que dan un color, un sabor a su existencia: es como
si estuvieran sostenidos, alimentados, reforzados. Pero deben también y sobre
todo aprender a cultivar el discernimiento. ¿Cómo? Maravillándose primero con
la luz, con la sabiduría y con el amor divino, porque entonces sabrán
maravillarse de las criaturas humanas en tanto que expresan y revelan la Divinidad. Este es el
criterio que todos necesitáis. Sin este criterio, corréis grandes peligros. Os
uniréis a personas que habrán sabido seduciros, pero que sólo os aportarán
trastornos y penas; y una vez hayáis sido abatidos, os abandonarán para ir a
buscar nuevas víctimas. Es así como desgraciadamente suceden las cosas en el
mundo, cuando los humanos no saben lo que deben apreciar y admirar en los seres
con el fin de estar siempre en el éxtasis y la alegría."
"Igual que el animal, el ser humano
debe alimentarse para subsistir. Pero, a diferencia del animal, puede, a través
de su conciencia, encontrar en el acto de comer los medios para crecer
psíquicamente, espiritualmente. El alimento representa una manifestación de la
Divinidad y debemos pues estudiarlo, bajo todos sus aspectos: de dónde viene,
qué contiene, cuáles son las cualidades que le corresponden, qué entidades se
han ocupado de él... Toda esta materia viva que contribuye a la edificación y
al mantenimiento de nuestro cuerpo está hecha de energías, de partículas que no
sólo vienen de la tierra, sino del universo entero. Las plantas, los frutos, son, en su origen, entidades
espirituales. Para mantener la vida en nosotros, estas entidades han tenido que
ajustarse a las leyes de la materia: es decir, encarnarse en un cuerpo físico.
Por eso, al tratar de tomar conciencia de la riqueza y del valor del alimento,
llegamos a recibir y descifrar los mensajes que éste transporta: nos dice cómo
han atravesado el universo todas las partículas que lo componen, qué entidades
han trabajado para hacer crecer la vegetación e infundirle tal o cual
propiedad. El saber que recibimos de esta manera al comer, es un saber vivo,
porque impregna toda la sustancia de nuestro ser."
"Saber respirar contribuye mucho a
la armonía y al equilibrio internos, pero para ello hay que conocer algunas
reglas. En primer lugar, es mejor en general no respirar por la boca, sino
solamente por la nariz. Después, hay que inspirar el aire muy lentamente y
mantenerlo en los pulmones el mayor tiempo posible. La espiración, en cambio, puede ser rápida y fuerte.
Si, por ejemplo, os sentís indispuestos, como si estuvieseis invadidos por
presencias oscuras, haced este ejercicio: inspirad el aire lentamente, después
expulsadlo de un solo golpe, pensando que expulsáis también las presencias que
crean estos trastornos en vosotros. Y cuando tengáis la sensación de haberos
liberado, por fin, de estos intrusos, inspirad llamando hacia vosotros
presencias benéficas. Imaginaos que vuestro corazón se llena de una luz dorada,
que se convierte en un sol del que brotan rayos. ¿Cómo los espíritus angélicos
no van a sentirse atraídos con una morada así?"
"La vida que recibimos tiene su
fuente en Dios, y es hacia Él a quien debemos hacerla volver para que vuelva a
recobrar su pureza original. Pero éste es un pensamiento que rara vez aflora en
los humanos. Se pasan el tiempo despilfarrando esta vida que Dios les ha dado
al satisfacer sus deseos y sus ambiciones. Y cuando un día se ven obligados a
hacer balance, se dan cuenta de que han perdido casi todo para ganar muy poco.
Podemos comparar al ser humano con un rascacielos: cada piso de este inmueble
está ocupado por unos habitantes a los que hay que suministrar energía. El
último de estos pisos es el cerebro. ¿Pero qué quedará para los habitantes del
cerebro, si toda el agua, el fluido vital, sólo sirve para alimentar a los
habitantes de los pisos inferiores, los instintos, las pasiones, los deseos
egoístas? Allá arriba están, los pobres, entumecidos, paralizados, ya no pueden
producir nada. Evolucionares aprender a orientar las energías hacia las
regiones sublimes: así, estas energías despertarán en las células del cerebro,
facultades de cuya existencia todavía no se sospecha. "
"Cuando vais a la naturaleza,
procurad tomar conciencia de la presencia de todos los espíritus que la habitan
y que existían ya mucho antes de la aparición del hombre en la tierra.
Habladles, maravillaos del trabajo que hacen en los lagos, los ríos, los
bosques, las montañas, las nubes, etc... Y pedidles también que ayuden a todos
los seres humanos que trabajan para que el amor, la luz y la paz reinen por fin
en la tierra. Los humanos creen que son los únicos que pueden intervenir en la
marcha del mundo con su acción política, económica y social. No, en este
organismo vivo y consciente que es la naturaleza, y al que nosotros
pertenecemos, hay una multitud de entidades que están dispuestas a contribuir a
la evolución de la humanidad. Los cuatro elementos, la tierra, el agua, el aire
y el fuego, han jurado ante el Eterno ayudar a aquéllos que trabajan para
llegar a ser criaturas de paz, de armonía y de belleza. Así que, allí dónde
vayáis, pensad en dirigiros a todos estos espíritus que pueblan la naturaleza,
hasta el sol y las estrellas, y pedidles que vengan a participar en el
advenimiento de una nueva era."
"Siempre tenemos más oportunidades
de mejorar una situación si nos concentramos más en el bien que en el mal.
Tratad de aplicar esta regla en vuestras relaciones con los demás. Por ejemplo,
más que criticar sus defectos, deteneos en las cosas buenas, que también
tienen, para ver cómo pueden ser mejoradas todavía más. Aunque no tuviesen más
que una, agarraos a ella. Dejad de lado sus defectos y en la medida que podáis,
tratad de ayudarles a desarrollar sus cualidades. Esto será más provechoso para
ellos y para vosotros también, porque la evolución de cada uno contribuye a la
evolución de todos. Cuanto más avanzamos, más arrastramos a los demás con
nosotros. Y si los defectos de ciertas personas os molestan tanto, he aquí una
razón más para desarrollar la indulgencia y la paciencia mirándoles con buenos ojos. Siempre
debemos fijarnos en las cualidades de un ser diciéndonos: «Dios habita en su
alma, no voy a ocuparme de los animales que merodean a su alrededor.» ¿Quién no
alberga algunas fieras dentro de sí? En algunos, estas fieras están encerradas
en jaulas o cloroformadas, pero están ahí."
"La belleza ejerce tal poder de
fascinación sobre los humanos que se sienten siempre tentados a acercarse a
ella para tocarla, cogerla, poseerla... Pero la belleza no puede ser poseída:
por esencia, no pertenece al mundo físico y, en cuanto tratamos tan solo de
rozarla, se escapa. La belleza es un mundo que está hecho exclusivamente para
los ojos; no está destinada ni a las manos ni a la boca. Le gusta ser mirada,
pero no soporta que la toquen. Debemos pues estar siempre muy atentos cuando
nos encontramos con seres de una gran belleza. Aquél que no tiene una buena
actitud, puede expulsar a las entidades que habitan a estos seres y que les dan
esta armonía, esta gracia. Y si ésta se alejan, sufrirá, porque perderá esta
admiración, este elemento impalpable que embellecía también su vida. Nuestro gozo, nuestra inspiración
dependen pues del respeto que manifestemos por la belleza al no tratar de
apoderarnos de ella. Aprendiendo cada día a contemplarla en los seres,
saboreamos la vida verdadera."
"Si la mayoría de la gente no
vuelve verdaderamente descansada de sus vacaciones, es porque las han pasado en
la pereza o en los placeres que consumen sus energías físicas y psíquicas.
Ignoran que el verdadero reposo es solamente un cambio de actividad. Y un
reposo en el que el espíritu no venga a decir algo, abre la puerta a los
consejos perniciosos de la naturaleza inferior. ¿Por qué no aprovechar el
periodo de vacaciones para hacer una pausa, con el fin de reencontraros?
Durante el año, vuestra vida se ha recargado demasiado, se ha hecho pesada y se
ha oscurecido con tantas preocupaciones y actividades que se han juntado unas
con otras. Tomaos pues ahora unos momentos para analizar la dirección que
estáis siguiendo, las actividades en las que os habéis comprometido, y
esforzaos en conservar solamente aquello que no se oponga con vuestro trabajo
espiritual. Volved también sobre ciertos acontecimientos que habéis vivido en
los meses precedentes, sobre ciertos encuentros que habéis tenido, y tratad de
sacar conclusiones útiles para el futuro. Y puesto que tenéis más tiempo,
procurad consagrar una parte del mismo a los ejercicios espirituales que no
pudisteis practicar durante el resto del año. Leed libros que alimenten vuestra
vida interior. Elegid algunas frases significativas y repetidlas hasta que
brote de vuestra alma una chispa que encienda en todo vuestro ser un fuego de
sabiduría y de amor."
"La juventud es curiosa, audaz
hasta el punto de lanzarse a unas aventuras que pueden perjudicar su salud
física y psíquica. Y cuando los padres o los adultos, más sabios tratan de
retenerla, no los escuchan: ¿qué se ha creído esta gente estrecha, vieja,
debilitada, que quieren impedirle hacer experiencias y conocer la vida? Conocer
la vida... Los jóvenes no saben que para conocer la verdadera vida, pueden
hacer otras experiencias que las que ellos se imaginan que van a hacerles vivir
más intensamente. Y cuando lo saben, porque lo han leído en los libros, les
basta con quesean otros, filósofos, sabios, santos, los que hayan hecho estas
experiencias. A veces admiran a estos personajes, y hasta son capaces de
citarlos, pero no se plantean imitarlos. Imitan preferentemente a todos los que
se han quemado las alas con todo tipo de excesos. Pues bien, mejor sería que se
contentaran concitar las aventuras lamentables de tantas criaturas que acabaron
mal (la literatura y la historia están repletas de ellas), y que trataran de
vivir las experiencias de los seres que han sabido encontrar el camino de la
luz y del verdadero amor."
Hola familia, la aplicación de este
método es algo que trabaja a todos los niveles y estados del Ser humano, sin
riesgo alguno. Llevo más de 20 años aplicándolo, es Mágico y un remedio
increíble de ayuda, prevención y protección mientras aprendemos a radiar luz
desde nosotros mismos.
Por mucho incienso y velas que utilices
encerrado en algún lugar, como la luz y el aire matinal no encontraras mejor
ayuda.
Durante algunos años estuve en países
donde las prácticas espirituales se realizan dentro de los templos con incienso
de alta calidad y velas.
Con mucha pureza y mantras poco
conocidos, dejando la terapia solar, los resultados no tenían comparación. Eres mucho
más vulnerable a las bajas energías y a la enfermedad.
Un abrazo. Sed Felices.
"Todavía no sabéis que los rayos de
sol son capaces de alimentar el espíritu en vosotros. Sí, pero sólo si
aprendéis a recibirlos, si os abrís a ellos con todo vuestro corazón y con toda
vuestra alma. ¿Todavía no llegáis a admitir que la luz sea más que una
vibración física, que sea una entidad viva?...Mientras sigáis cerrados a esta
idea, no podréis beneficiaros de todas las riquezas del sol. Procurad organizar vuestra existencia
para que la luz ocupe en ella cada vez más espacio. En primavera y en verano,
id a contemplar el sol cuando sale, pensando que podéis recibir sus rayos como
recibís el alimento, el agua y el aire. Y dirigíos también a ellos diciendo:
«Oh rayos luminosos, penetrad en mí, expulsad las nubes que oscurecen mi
cielo.» Y os penetran ya en vosotros sin que os deis cuenta; pero si sois
conscientes, si estáis atentos, si os impregnáis con su luz y su calor con la
convicción de que algo crece y se desarrolla dentro de vosotros, os sentiréis
poco a poco animados por unas vibraciones nuevas."
"Cada ser humano tiene deseos,
ambiciones por realizar. Se trate de la riqueza, de la belleza, del saber, del
poder, de la gloria, etc., gasta en ello sus energías físicas y psíquicas, su
tiempo, su salud. Pero, una vez alcanzado este objetivo, ¿qué es lo que sucede?
Tras un momento de satisfacción, empieza a perder todo interés por lo que ha
adquirido. Sí, esto es lo que se produce a menudo: aquello que hemos llegado a
obtener ya no conserva el aura que lo envolvía cuando lo estábamos deseando, y
he aquí que la insatisfacción y el vacío se instalan. El único medio de escapar
a esta sensación de carencia que sigue a la realización de nuestros deseos, es
partir en busca de un objeto lejano, tan lejano que nunca podremos alcanzarlo.
Esa meta lejana, inaccesible, que lo supera todo, que lo contiene todo, es a la
que también podemos llamar Dios. Al caminar por el camino que tenemos que
recorrer para acercarnos a Él, encontraremos el amor, la sabiduría, la belleza,
la fuerza, la riqueza, sin agotarnos nunca en búsquedas vanas."
"Al empezar las comidas con una
oración, damos gracias al Señor que nos ha dado el alimento. Pero eso no es
todo; nuestras oraciones contribuyen también a influenciar favorablemente este
alimento para ayudar a nuestro organismo a asimilarlo. Antes de llegar a nuestra mesa, los alimentos han
pasado por toda clase de lugares. Han sido manipulados, empaquetados,
transportados... De alguna manera son, pues, extraños a nosotros y es bueno que
tomemos precauciones antes de dejar que nos penetren. ¿Cuáles son estas
precauciones? Tomad una fruta, por ejemplo, tenedla en la mano con respeto,
miradla, habladle amablemente con el pensamiento, dadle las gracias por la vida
que va a aportaros: algo en la fruta va a transformarse, estará mucho mejor
dispuesta hacia vosotros y, en cuanto la metáis en vuestra boca, empezará a
trabajar para vosotros. Para que el alimento se abra a vosotros, el secreto es
domesticarlo, darle calor; y el calor es el amor. Por eso os aconsejo que no
comáis alimentos que no os gusten, porque se comportarán como enemigos en
vuestro organismo. Y si, por una u otra razón, os veis obligados a comerlos,
esforzaos por mirarlos con un poco de simpatía."
"Antes de emitir una crítica sobre
alguien, empezad por echar una mirada lúcida sobre vosotros mismos. ¿Por qué?
Porque sólo tenemos derecho de criticar una debilidad en los demás si hemos
logrado vencerla en nosotros mismos. Cada vez que emitís un juicio negativo
sobre alguien, sois juzgados vosotros mismos. ¿Por quién? Por vuestra
conciencia, por vuestro tribunal interior. Una voz se eleva en vosotros para
preguntaros: «Y tú, que te pronuncias así, ¿estás seguro que, de una manera o
de otra, no tienes ese mismo defecto?... A esa debilidad de la que tú mismo
eres culpable, ¿por qué debes añadirle aún la falta de indulgencia, la falta de
amor? ¿No sientes acaso que, en tu corazón, en tu alma, estás perdiendo algo
precioso?» Éste es el castigo infligido a aquél que juzga a los demás cuando no
tiene el derecho de hacerlo: hay luces que lo abandonan. Y si algunos dicen que
nunca han oído esta voz, es porque han hecho todo lo posible para no oír sus
observaciones ni sus consejos. Que estén más atentos y la oirán."
"La luz es la esencia misma del
universo, y mediante un trabajo con el pensamiento podemos extraer algunas de
sus partículas para asimilarlas a nuestra propia sustancia. Encontramos esta
luz ante todo en el sol, pero también en el aire, en el agua y en todos los
alimentos que nos sirven cada día de comida. Cuando
poseemos un poco de esta luz, tenemos todas las posibilidades de amplificarla.
¿Cómo? Haciéndola fusionar con la luz divina. Nuestra luz aspira, más que a
nada, a esta fusión. Pero hay condiciones: es necesario que, en nuestra alma, el
camino que conduce hasta la luz divina esté despejado de toda impureza, porque
las impurezas impiden esta fusión. Al purificarnos, hacemos desaparecer los
obstáculos que separan nuestra luz de la luz de Dios. Hasta el día en que ambas
luces formarán una sola luz, y nada entonces podrá ya separarlas."
"Todo lo que nos rodea está vivo,
tomad conciencia de ello, mostraos atentos con las plantas, con los animales y
hasta con las piedras. Cuando caminéis por la naturaleza, si pasáis hallado de
una roca, deteneos, acariciadla y decidle: «Ten paciencia aún, un día te
liberarás de esta cárcel.» Y os agradecerá vuestras buenas palabras. Porque en
ella hay un ser encarcelado que espera que este bloque de piedra se rompa en
pedazos para recobrar la libertad. Los trozos de esta piedra se encuentran, en
efecto, en mejores condiciones para evolucionar: se vuelven, poco a poco, una
materia asimilable por el reino vegetal. Y podéis decirle también a esta roca:
«Admiro tu resistencia: desde hace siglos estás ahí, expuesta a la lluvia, al
hielo, al calor extremo, y lo soportas todo sin quejarte. Dame un poco de tu
resistencia, de tu solidez.» Si repetís a menudo este ejercicio con amor y
confianza, la resistencia, la estabilidad que poseen las rocas penetrará en
vosotros y sabréis manifestarlas después en la vida."
"Hay hombres y mujeres que no
encuentran su sitio en la sociedad: se sienten ignorados, despreciados y, sobre
todo, inútiles, lo que es uno de los peores sufrimientos que existen. Entonces,
¿en qué van a emplear sus energías? Puesto que no se les da la posibilidad de construir
algo, no les queda más que destruir todo lo que pueden a su alrededor. No es
que su naturaleza sea particularmente malvada, sino que cuando uno se siente
injustamente tratado, ignorado, desconocido, se ve tentado a llamar la atención
cometiendo actos de violencia. Y entonces, evidentemente, se hace notar, ¿pero
para ganar qué? Ser sensibles a la mirada, a la opinión de los demás, no es
reprensible en sí mismo. Sólo que la estima que un ser humano tiene de sí
mismo, el sentido de su propio valor, no debe depender jamás de esta mirada, de
esta opinión, sino de la conciencia del trabajo que está haciendo en el secreto
de su corazón para el bien del mundo entero. Así pues, aunque parezca que la
sociedad no tenga necesidad de vosotros, no os apenéis por ello: siempre
encontraréis un sitio, aquí o allá, para poder hacer algo útil, bueno, bello. Y
reconocidos o no, sentiréis que os realizáis."
"El menor acontecimiento que
vivimos en nuestra existencia se graba en nosotros: los encuentros, las
experiencias, todo se graba y eso nos da unas posibilidades increíbles, porque
solamente depende de nosotros revivirlos tantas veces como lo deseemos. Incluso
la criatura más desheredada ha tenido en su vida unos instantes de gozo de los
que puede acordarse para neutralizar los pensamientos y los sentimientos que le
angustian. ¿Por qué tendría que revivir siempre sus decepciones y sus
penas?¿Acaso no habéis vivido nunca estos estados de conciencia maravillosos en
los que, durante unos segundos al menos, habéis comprendido que la existencia
puede ser luz, paz, bondad, amor, plenitud...? Incluso si ahora estáis hundidos
en la desesperación, esos momentos no se han borrado, podéis encontrarlos de
nuevo y sentiros traspasados por sus vibraciones benéficas. Volved a ellos a
menudo... recordad el lugar, las circunstancias, tratad de volver a tener los
mismos pensamientos, los mismos sentimientos, las mismas sensaciones. Poco a
poco tendréis la impresión de vivir de nuevo esos estados con la misma intensidad
que si se produjeran ahora por una causa real. La realidad objetiva no es lo esencial: lo esencial, es
lo que conseguís crear en vosotros."
"A medida que avanzáis en la
existencia, tomáis conciencia de que estáis habitados por diferentes
tendencias, algunas mejores que otras. Pero no basta con tomar conciencia:
tenéis que admitir también la necesidad de hacer una selección entre todas
estas tendencias, y concentraros en aquéllas que os parezcan más nobles, más
constructivas. De esta manera vais a descubrir, poco a poco, la presencia en
vosotros de algo luminoso, poderoso, que antes no conocíais. Esta presencia es
la del Principio divino que habita en vosotros y que espera que os pongáis a su
servicio. Ponerse al servicio del Principio divino es encontrar cada día los
valores morales, espirituales, que merecen que les deis prioridad."
"Todos los hábitos perjudiciales
para nuestra salud física y psíquica, pueden ser comparados con intrusos que
han forzado la puerta de una morada para instalarse en ella. Son innumerables
los ocupantes con los que cada uno debe enfrentarse, es decir, todos los
impulsos instintivos que le asaltan: los celos, la ira, el rencor, la codicia,
la gula, la sensualidad, el orgullo, la vanidad, etc. De todos los posibles ocupantes, el más peligroso es,
ciertamente, la pereza. ¿Por qué? Porque se agarra a la voluntad. Comprendemos
lo que hay que hacer, sentimos que deberíamos hacerlo, pero la voluntad no
coopera; y como la voluntad es el punto de partida de toda decisión, las
fuerzas vivas se ven afectadas. Pero el día en que el intelecto haya
comprendido verdaderamente lo que es bello y bueno, y que el corazón lo desee
con fuerza, juntos acabarán logrando la adhesión de la voluntad. La pereza será
entonces vencida, ¡y ahí estará la liberación!"
"La muerte es un cambio de estado
que nos permite conocer unas regiones a las que no podemos tener acceso,
mientras estemos encerrados en nuestro cuerpo físico. Vivir en la tierra y
vivir en el otro mundo son experiencias necesarias para nuestra evolución, por
eso venimos, después nos vamos... y después volvemos otra vez...El deseo de
inmortalidad que habita en los humanos no es una quimera, sino que está fundado
realmente, pero como ignoran qué es lo que en ellos es inmortal, la mayoría se
aferra todo lo que puede a la vida física. Sin embargo, la inmortalidad no le
ha sido dada al cuerpo físico, y sólo se sentirán inmortales el día en que
hayan aprendido a impregnar sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos de
la vida del espíritu. La vida inmortal está ahí. Los que viven la vida del
espíritu, los que han comprendido verdaderamente lo que es la vida del
espíritu, no tienen miedo a la muerte. Tienen conciencia de que las riquezas
que han acumulado en su corazón y en su alma no les abandonarán jamás: saben, al
contrario, que las van a encontrar amplificadas en el más allá, puesto que es
en el más allá donde todos tenemos nuestro origen."
"Las plantas, los animales, todos
tienen, a su manera, un lenguaje. Pero sólo el hombre, entre los seres vivos,
posee la palabra. Gracias a la palabra han florecido las culturas y las civilizaciones,
y gracias a ella también el hombre puede llegar a ser todopoderoso. La
verdadera magia, la magia divina, es la palabra luminosa, armoniosa, musical,
la palabra que viene de Dios, Cristo, el Verbo. En el Árbol sefirótico, el
Verbo está representado por la séfira Hochmah, la Sabiduría, primera emanación
de la séfira Kether, la Corona. Hochmah contiene todos los elementos, las
letras y los números de los que Dios se sirvió para crear el universo. Cristo
es el Verbo de Dios, es la llave universal que abre las puertas de la vida. Aquél que aprende a trabajar con la
palabra para que se vuelva poderosa, viva, armoniosa, entrará un día en
posesión de esta llave. Gracias a ella podrá hacer maravillas, primero en sí mismo,
y después en los demás y en la naturaleza entera. Éste es el futuro
extraordinario que le espera al ser humano: poder con su verbo actuar sobre
toda la creación.
"El Maestro Peter Deunov decía: «Si
alimentáis en vosotros la idea del amor bajo su forma más sublime, obtendréis
la ayuda de miles y miles de almas amantes, porque el amor sobrentiende el
trabajo colectivo de una multitud de almas que están conectadas entre sí por
esta idea del amor. El amor divino es la mayor fuerza que existe. No dudéis
nunca de esta verdad, procurad vivificarla en vosotros para atraer a las almas
que trabajan en su nombre y para que estas almas permanezcan para siempre cerca
de vosotros.» Tales palabras merecen ser largamente meditadas, porque nos abren
horizontes inmensos. Cuando consigamos hacer nuestra esta concepción divina del
amor, atraeremos de lo alto a miles de almas que nos llenarán con su presencia.
El lenguaje humano es débil para expresar el gozo de aquéllos que han recibido
la visita de este amor y que son capaces de retenerlo. Sólo les basta después
ver pasar caras de hombres y de mujeres, incluso desconocidas, para sentirse en
la plenitud."
"Por la mañana, al despertar,
procurad que penetre en vosotros la importancia de este día que empieza. Para
ello hay un método: hacer como si este día fuese el último. Algunos dirán que
esto supone vivir continuamente con el pensamiento de la muerte, lo que es
espantoso. No, vivir cada día como si fuese el último no nos empuja hacia la
muerte, sino que, por el contrario, nos empuja hacia la vida. Quién camina
hacia la muerte es más bien el que se comporta con ligereza y despreocupación,
como si tuviese la eternidad ante él, porque malgasta su vida. Cuando los sabios nos aconsejan que
vivamos cada día como si fuese el último, desean solamente animarnos a hacer
que el día de hoy sea más útil, más bello, más precioso que el de ayer. No necesitamos creer verdaderamente
que va a ser el último, se trata sólo de un método pedagógico para vivir
plenamente el día de hoy."
"Para muchos, la pureza es un
estado maravilloso del que sienten nostalgia porque la asocian a la infancia, a
esta inocencia perdida que ya no volverán a encontrar jamás; y puesto que la
han perdido definitivamente, se dicen que no vale la pena pensar en ella. Pues
no, al contrario, vale la pena pensar en ella porque, en realidad, la pureza es
una cosa muy distinta a una virtud de la infancia. Es puro todo aquello que
está inspirado por nuestra naturaleza superior; y es impuro todo aquello que está
inspirado por nuestra naturaleza inferior. La naturaleza inferior, alimentada
por deseos egocéntricos, groseros, empuja a los seres a tomar unas decisiones,
unas orientaciones que perjudican a los demás y que también le perjudican a él.
La impureza está ahí, es inútil ir a buscarla en otra parte. La pureza y la
impureza son pues, ante todo, una cuestión de intención, de objetivos. Son las
intenciones y los objetivos los que hacen que los actos sean puros o impuros.
Es puro aquél que trabaja con un objetivo desinteresado, aquél que en todo lo
que emprende busca el interés de todos. Así pues, si buscáis sinceramente la
pureza, preguntaos cómo podéis favorecer las manifestaciones de vuestra
naturaleza superior."
"La fuente, ¡qué símbolo tan
profundo y significativo! ¿Por qué? Porque nunca cesa de brotar y de manar. Y
la fuente en nosotros, que no debe dejar nunca de brotar y de manar, pura,
transparente, es el amor. A pesar de lo que nos suceda, nunca debemos dejar que
nuestra fuente se seque. ¡Cuántas personas deciden cerrarse a los demás en
cuanto descubren que les han engañado! ¡No hagáis nunca eso! Antes, cuando
ignorabais que os engañaban, vuestra fuente manaba al menos, y erais los
primeros en beneficiaros de este amor que brotaba en vosotros. No os aconsejo
la ingenuidad, la ceguera, evidentemente; al contrario, tratad, en la medida
que os sea posible, de ver a los seres con claridad. Pero si sucede que os
engañan, decíos que ello no es tan grave. Lo que es grave es que el amor deje
de habitar en vosotros. Así que, sean cuales sean las decepciones, las
amarguras, las pruebas, dejad que mane vuestra fuente: ella os devolverá el
gozo, la inspiración y la fuerza."
"¿Os sentís animados por un gran
ideal de justicia, de generosidad, y queréis que este ideal se realice en el
mundo? Eso está muy bien, pero no basta. Si no encontráis la buena actitud a
adoptar, estaréis fatalmente en conflicto con ciertas personas de vuestro
entorno que no querrán oír nada; y al cabo de un cierto tiempo, viendo que a
pesar de vuestros buenos argumentos y de vuestros esfuerzos no conseguís
convencerles, acabaréis desanimados y agriados. ¿Cómo actuar entonces?
Simplemente dejando a los demás tranquilos, no querer convencerles a toda
costa, sino continuar vosotros instruyéndoos y perfeccionándoos... De esta
manera, poco a poco, cuando debáis frecuentarles, les impresionaréis con
vuestro dominio, con vuestra lucidez, con la claridad de vuestros
razonamientos, y sentirán que tenéis algo que enseñarles. Mientras os obstinéis
en demostrar a la gente que rechaza oíros que se equivocan, no sólo no lo
conseguiréis, sino que os hundiréis con ellos en terrenos pantanosos. Trabajad
con la luz; un día, cuando os encontréis con ellos, antes siquiera de que
abráis la boca, comprenderán que sois vosotros quiénes estáis en la verdad.
"
"Con su apoyo, con sus consejos,
los amigos pueden ser una ayuda preciosa en las pruebas de la vida. Pero no es
razonable correr a su casa o coger el teléfono cada vez que tengamos alguna
razón para estar tristes, decepcionados o descontentos. Aunque nos sintamos un
poco mejor después, se trata de una mejoría pasajera, porque no hemos hecho
ningún verdadero trabajo interior para resolver los problemas y, a la primera
ocasión, volvemos a caer en los mismos estados negativos. Así que, no sólo
hemos envenenado a los demás, sino que no hemos mejorado nada en nosotros
mismos.
¿Algo o alguien os ha contrariado?
Quedaos en casa tranquilos, concentraos en la luz, rezad, cantad, escuchad
música... O bien salid de casa e id a caminar por las calles o por la naturaleza,
y no os presentéis ante los demás hasta que no os sintáis capaces de aportarles
algo bueno, constructivo. Si os acostumbráis a observaros, constataréis que
tenéis más bien tendencia a hacer lo contrario: cuando las cosas van mal,
corréis a casa de los demás para compartir vuestros problemas y, cuando las
cosas van bien, no tenéis nada que contarles. Pues bien, de ahora en adelante
pensad en compartir sólo las cosas buenas con vuestro entorno, vuestra paz,
vuestro gozo: esto contribuirá también a aligeraros, a liberaros."
"Se diría que los diablos y las
tinieblas del infierno no asustan demasiado a la gente, mientras que la luz les
inspira los más grandes temores. Y en cierto modo, es totalmente comprensible:
cómo en el fondo de sí mismos sienten que todavía tienen necesidad de dejarse
arrastrar por sus instintos, por sus pasiones, huyen de esta luz que les
mostraría que llevan una existencia mediocre y, a veces incluso criminal. No
quieren renunciar a ninguno de sus malos hábitos y no soportan aquello que
puede revelarles que son precisamente malos. Cuando alguien no quiere hacer
ningún esfuerzo para mejorar, cierra los ojos, se tapa los oídos y trata de
convencerse de que así está muy bien. Todos
aquellos que temen la luz de la ciencia espiritual no saben muy
bien por qué, pero sienten
instintivamente que ahí hay algo que amenaza lo que creen que es su felicidad.
Únicamente los seres que tienen el deseo sincero de instruirse, de progresar,
buscan esta luz que les mostrará todo lo que tienen que mejorar en ellos y
también cómo mejorarlo."
"Para no caer en las trampas que la
vida nos tiende inevitablemente en uno u otro momento, debemos desarrollar dos
cualidades: el discernimiento y la humildad.
El discernimiento es una cualidad del
intelecto, y la humildad una cualidad del corazón.
El discernimiento nos permite distinguir
en toda circunstancia lo verdadero de lo falso, la realidad de las apariencias;
nos indica la dirección a seguir y los pasos en falso a evitar, nos protege de
los errores y de las ilusiones.
En cuanto a la humildad, que es una
cualidad tan descuidada, despreciada incluso, sólo podemos medir su valor si
comprendemos que la actitud opuesta, el orgullo, es peligroso. El orgullo
cierra al hombre al mundo espiritual, corta las corrientes que le aportan el
agua viva del Cielo. Por eso, al mismo tiempo que debemos cultivar el
discernimiento que nos indica el camino a seguir, es indispensable también
cultivar la humildad que nos abre a las corrientes de arriba, porque estas
corrientes son recursos que nos sostienen en todos los caminos de la
vida."
"La oración es esa posibilidad que nos ha sido dada de tener acceso a otra dimensión, a una realidad de otro orden. Quizá nada cambie externamente, pero en el corazón, en el alma, la oración produce grandes transformaciones. Lo hemos constatado a menudo: las personas para las que rezar es un movimiento natural, espontáneo, están mejor armadas que las demás para afrontar el sufrimiento y la desgracia. Gracias a esta facultad de arrancarse de la oscuridad, de las cosas pesadas, de los desórdenes del mundo, para dirigirse a los poderes celestiales, interiormente superan mejor sus pruebas. Cuando estas pruebas afectan a toda una colectividad, es evidentemente imposible evitarlas. Por ejemplo en una guerra: durante una guerra, de una manera o de otra nadie puede escaparse. Pero el que reza recurre a los poderes del espíritu, y mientras los que le rodean se dejan abatir, él recibe, en cambio, la ayuda de la luz gracias a la cual puede también sostener y reconfortar a los demás."
"Amáis la naturaleza, descubrís en ella espectáculos siempre nuevos que no os cansáis de admirar. Pero lo que quizá no sabéis, es que a través de vuestro pensamiento, de vuestro amor, podéis entrar también en relación con ella para que se abra a vosotros. Acercaros a un río, a un lago, a un bosque, a una montaña, deteneos un momento y hacedles un signo con la mano. A su manera, responderán a vuestro saludo, y sentiréis que algo dentro de vosotros se armoniza, se ilumina y se libera, simplemente porque habéis decidido saludar a la naturaleza viviente y a las criaturas que la habitan. Y ahora, recoged una piedra del camino y acariciadla con amor: la entidad que la habita aceptará vuestro amor, vibrará al unísono con vosotros, y también os amará. No basta con decir que la naturaleza está viva, sino que hay que aprender también lo que debéis hacer para que esta vida se convierta en una realidad en vosotros. El día en que sepáis mantener una relación consciente con la creación, ya no os sentiréis ni solos ni pobres, porque la vida divina vendrá a llenaros con sus bendiciones”.
"Las estrellas no son solamente
unos cuerpos celestes que producen y emiten energías, son mundos poblados de
entidades espirituales que nos envían mensajes. Recorred con la mirada la
bóveda celestial y encontrad una estrella en la que queráis deteneros porque
sentís que tenéis un lazo vivo con ella. Concentraos en esta estrella y
dirigíos a los ángeles que la habitan. Son amigos, podéis confiarles vuestras
inquietudes, vuestras penas, y sobre todo vuestras aspiraciones y vuestras
esperanzas. Volveréis de estas experiencias con una comprensión más vasta de la
vida, con la sensación de que no estáis nunca solos y de que poderes benévolos
se inclinan sobre vosotros, cuidan de vosotros. Aunque no sepáis quiénes son
exactamente, sentiréis su presencia. Frente a la inmensidad de la bóveda
celeste, nosotros somos poca cosa, es verdad, pero esto no es razón para
sentirnos solos o extraviados."
"Actividades, encuentros..., ¡la
vida es tan rica en posibilidades! Pero antes de comprometeros, preguntaos cada
vez si estas posibilidades que se os presentan contribuirán a vuestro
perfeccionamiento, a la expansión de vuestra vida interior. Siempre hay signos
que os advierten. Si sentís una oscuridad en vuestros pensamientos, una
perturbación en vuestros sentimientos e indecisión en vuestra voluntad, no os
comprometáis, porque éste es un criterio absoluto. Tras decepciones y pruebas,
muchos lo reconocen: habían sentido algo que trataba de retenerles, pero la
necesidad de satisfacer sus deseos fue más fuerte, no lo tuvieron en cuenta, y
después, evidentemente, llegaron las decepciones, los lamentos. Siempre hay
advertencias, nadie puede decir que no las haya recibido, pero no las toman en
consideración porque están demasiado tentados, se sienten demasiado atraídos, y
cuando han caído en la trampa, ya es demasiado tarde: ¡cuántos esfuerzos,
después, para recobrar la paz y enderezar la situación! Así pues, aprended a
escuchar esta voz interior que trata de ahorraros sufrimientos inútiles."
"La humildad no consiste en
rebajarse sin cesar ante los demás diciendo: «No soy nada, no valgo nada.» La
verdadera humildad es poner dentro de uno mismo al Creador en primer lugar.
¿Por qué? Porque el que pone en primer lugar al Señor se beneficia de todas sus
riquezas. Éste es el sentido profundo de la humildad. ¡Pero que pocos han
comprendido esta verdad! Y como no la han comprendido, consciente o
inconscientemente, se enfrentan ante el Creador y transgreden sus leyes. Si
pudiesen, le destronarían incluso para ponerse en su lugar. Pero es entonces
cuando se empequeñecen hasta desdibujarse y desaparecer. La grandeza de esta criatura tan imperfecta que
es el ser humano, es comprender que, a pesar de sus insuficiencias, puede
realizar maravillas si pone al Señor en primer lugar en su cabeza y en su
corazón. Hasta entonces, haga lo que haga, todo lo que emprenda seguirá siendo
mediocre. Abrirse al Señor para que penetre en nosotros, se manifieste a través
de nosotros y nos tome a su servicio, ésta es la verdadera humildad, y en esta
humildad nos engrandecemos."
"Con el pretexto de que los niños
pequeños no son conscientes de lo que ocurre a su alrededor, los padres son
negligentes: les dan el espectáculo de sus mentiras, de su nerviosismo, de su violencia...
¡Y se imaginan que después podrán educarles! Se ha observado que un bebé puede
caer enfermo y manifestar trastornos nerviosos debido a las disputas de sus
padres, incluso aunque no haya sido directamente testigo de ellas. La razón de ello
está en que estas disputas crean alrededor de él una atmósfera de desarmonía
que el niño siente, y más aún al estar todavía muy conectado con sus padres. El
bebé no es consciente, pero su cuerpo etérico recibe los conflictos. Algunos padres
se conducen con tanta despreocupación que no podemos evitar preguntarnos si
quieren verdaderamente a sus hijos. Ellos dirán, evidentemente, que los
quieren. Pero si los amaran, cambiarían de actitud, al menos se esforzarían en evitar
ciertos comportamientos que repercuten muy negativamente sobre sus hijos. Si no
hacen estos esfuerzos, es que no aman verdaderamente a sus hijos."
"Cada mañana, el sol se alza vivo,
vibrante, para enviar al espacio tesoros de luz, de calor y de vida. Y algunos
se preguntan por qué permanecen insensibles ante él, como si hubiese una
pantalla entre el sol y ellos. Y, en efecto, hay una pantalla, porque nunca han
pensado que antes de presentarse ante el sol, debían haberse preparado.
El que lleva una vida cualquiera y
alimenta cualquier pensamiento y cualquier sentimiento, no puede esperar que el
sol se revele ante él. Tiene solamente la sensación de encontrarse ante una
gran bola brillante, y se aburre rápidamente. Pero, que se prepare interiormente, y cuando se
acerque al sol comprenderá, no sólo que es un mundo deslumbrante poblado por
las entidades más evolucionadas, sino también que puede, gracias a él,
encontrar la solución a muchos de sus problemas y situaciones que hasta ahora
creía inextricables.
Sí, porque el sol puede hacer por
nosotros algo más que darnos el calor y la luz físicos: puede abrir nuestra
inteligencia y nuestro corazón."
"Para ser visitados por la alegría,
debemos ser libres, y para ser libres debemos dejar de acumular fardos
interiormente.
La alegría se asocia con la idea de
ligereza. Y ¿qué es lo que nos hace ligeros? El amor. El amor da calor y dilata
nuestro corazón y entonces, como un globo que se eleva en la atmósfera, nos
volvemos ligeros y nos elevamos alegremente en el espacio.
La alegría es una de las expresiones más
poéticas del amor. Cuando amáis a
alguien, basta con que oigáis pronunciar su nombre o que lo veáis a lo lejos
para sentiros alegres, gozosos, y para que vuestra alma empiece a cantar. Diréis
que si esta persona a la que amáis no os ama, verla de lejos u oír su nombre,
os hace sufrir. Es verdad, pero entonces es que el amor que sentís por ella
todavía no es el verdadero amor.
El verdadero amor se basta a sí mismo,
no espera nada. Y como no espera nada, os lo da todo.
"Los ángeles y todas las entidades celestiales viven en la armonía, y por eso se dice que son atraídos por la música y el canto. Esta creencia tiene su origen en tiempos muy antiguos. La música y el canto han acompañado siempre las ceremonias sagradas desde los tiempos más remotos. A las entidades celestiales les gusta la música porque ellas mismas son música. Para traducir esta realidad, muchos pintores han representado el Paraíso poblado de criaturas luminosas que cantan y tocan diferentes instrumentos: arpas, liras, flautas, trompetas...Tanto si provienen de los instrumentos como de las voces, los sonidos tienen un poder inmenso sobre nuestros cuerpos psíquicos y espirituales debido a la intensidad de las vibraciones que producen. Es pues muy importante tomar conciencia de los efectos de la música. Y una vez que hemos tomado conciencia de estos efectos, debemos buscar cómo utilizar todas estas vibraciones que, amplificadas por las sensaciones de aquellos que tocan o aquellos que escuchan, crean una atmósfera favorable para la visita de las criaturas angelicales."
"¿Qué es lo que hacen las entidades
tenebrosas para hacer daño a los humanos? Les presentan tentaciones para
incitarles a cometer faltas, porque cada falta es una especie de intersticio que
les da la posibilidad de introducirse en ellos y atormentarlos. Si los humanos
resisten a la tentación y no cometen errores, estas entidades no pueden
penetrar en ellos. Por eso se puede decir que el diablo – digamos el diablo
para simplificar, ya que éste es el término generalmente empleado por los
cristianos – tiene solamente los poderes que le dan los humanos. Si éstos no
quieren tener nada que ver con él, ¡que se parapeten! Él no les fuerza, sólo
les sugiere cosas – y por eso se le llama «el tentador» – pero los hombres
tienen siempre el poder de decir no.
¡Cuántos se imaginan que algunos de sus
malestares, de sus angustias, han venido así, de repente, por casualidad! En realidad
ellos fueron quiénes les prepararon las condiciones, abrieron una brecha dentro
de ellos. ¿Cómo? Alimentando deseos, pensamientos, sentimientos malvados,
dejándose llevar por ciertas debilidades, cometiendo ciertas transgresiones. En
ese momento preciso, el diablo encontró una vía de paso y entró para comenzar
su empresa de demolición."
"La tendencia natural de los
humanos es apartarse de la vida colectiva, universal, para vivir únicamente su
vida personal. Se imaginan que si se separan los unos de los otros, estarán seguros.
No, esto es una ilusión. En ese estado de aislamiento interior que se fabrican,
exponen su alma a todos los peligros. No
podemos, evidentemente, estar siempre con los demás, ni tampoco es esto
deseable, pero debemos estar con ellos al menos con el pensamiento. Incluso
nuestro deseo de perfeccionarnos no debe tener como meta solamente nuestra
evolución, nuestra salvación, sino la salvación de todos los humanos de la tierra. La palabra «unidad» es la más
profunda de la ciencia espiritual, y el sentido de nuestra existencia está ahí.
La conciencia de pertenecer a una única
y misma familia nos da la seguridad de hacer algo grande. Esta grandeza no
viene de nosotros, sino de esta familia universal a la que pertenecemos: ella
es la que nos sostiene y la que nos salva de esta sensación de pobreza, de
soledad, de inutilidad, de vacío, que a veces puede apoderarse de nosotros."
"El fuego celestial busca a los
seres que van por el camino de la pureza, del desinterés, del sacrificio.
Desciende sobre ellos, pero no los quema, los abraza para convertirlos en focos
de luz. El fuego divino posee en efecto esta particular propiedad de no
destruir nunca lo que es de su misma naturaleza. En el momento en que este
fuego penetra en el hombre, sólo consume sus impurezas; la materia que es pura,
permanece intacta y se vuelve luminosa porque vibra al unísono con él. Atraer al fuego
celestial es la finalidad de nuestro trabajo. Sabiendo que viene sólo a un sitio preparado por él,
un lugar que se encuentra en nosotros, incansablemente debemos buscar cómo
purificarnos, santificarnos. Así, cada día, con pensamientos, sentimientos y
actos inspirados por la sabiduría y por el amor, edificamos una morada hecha
con una materia luminosa en la que el fuego celestial, reconociendo su propia
quinta esencia, se siente irresistiblemente atraído. A este fuego celestial, la
tradición cristiana lo llama el Espíritu Santo. "
"El verano se halla bajo la
influencia del arcángel Uriel cuyo nombre significa: «Dios es mi luz». Durante
el verano toda la naturaleza está en fuego, el 24 de junio, fiesta de san Juan
Bautista, después del solsticio de verano, es tradición encender fuegos y
celebrar con cantos y danzas la victoria del calor y de la luz. Uriel no está
mencionado en la tradición cristiana, y la Iglesia no ha propiciado esta manera
de celebrar la fiesta de San Juan, porque estas reuniones de hombres y de
mujeres que cantan, bailan y beben alrededor de un fuego durante toda la noche,
acaban a menudo con toda clase de desenfrenos.
El solsticio de verano, que se sitúa en
el momento en que el sol entra en la constelación de Cáncer, en donde Venus se
exalta, no es, es verdad, la fiesta del fuego espiritual, sino la del fuego
físico, terrestre. Uriel es el arcángel de Malkut, la esfera de la tierra: el
fuego sobre el que reina no es solamente el que hace madurar las mieses y los
frutos, sino también el fuego interior del planeta que mantiene toda una
materia en fusión en la que se elaboran los metales, los minerales, y que ha
sido asimilada incluso al infierno.
En ciertas tradiciones, el verano está
simbolizado por un dragón que escupe llamas. El dragón es, precisamente, este
animal mítico que, viviendo bajo tierra, sólo sale a la superficie para quemar,
devorar y destruir. Pero es también el guardián de todos los tesoros ocultos,
de las piedras y de los metales preciosos, frutos de la tierra. También
numerosas tradiciones celebran al héroe que ha sido capaz de abatir al dragón
para apoderarse de sus tesoros.
He aquí unos relatos sobre los que el
discípulo debe meditar: y no porque el verano haya liberado las fuerzas
subterráneas, debemos dejarnos devorar por el dragón."
"Cuando os despertáis por la mañana, tenéis a veces el cerebro nublado y os resulta difícil encontrar nuevamente el contacto con los poderes creativos y luminosos de la vida. Esto depende mucho de la manera en que habéis vivido el día anterior y, en particular, las horas antes de acostaros. La mañana va unida a la tarde, la tarde va unida a la mañana, y cada momento debe estar preparado de antemano. Al igual que por la mañana debéis pensar en la tarde que viene, por la tarde debéis pensar también en la mañana siguiente.
Es muy importante que por la noche, antes de dormiros, no os vayáis al otro mundo en cualquier estado interior, porque tenéis que presentaros ante potestades celestiales. Debéis pues prepararos para este viaje con el recogimiento y el silencio de vuestra alma. Y si, una vez acostados, sentís una perturbación, una angustia, no os quedéis en la cama. Se necesita una gran fuerza interior para poder ser capaces de defenderse contra esta clase de malestares permaneciendo tumbados; de pie, es más fácil reaccionar. Así pues, levantaos, caminad un poco, ejecutad lentamente algunos movimientos, concentraos en la luz, y no os volváis a acostar hasta que os sintáis tranquilizados."
"Un árbol es un depósito de energías que vienen de la tierra y del sol. Y es posible captar estas energías que circulan continuamente a través de él, desde las raíces a la extremidad de sus ramas.
Os encontráis en un jardín o en un bosque. Escoged un árbol, el más grande, el más bello, y pegaos a él poniendo vuestra mano izquierda en vuestra espalda, con la palma de la mano apoyada contra su tronco, y la palma de vuestra mano derecha sobre vuestro plexo solar. Después, concentraos pidiéndole al árbol que os dé su fuerza... Recibís esta fuerza a través de la mano izquierda y, con la mano derecha, la vertéis en vuestro plexo solar. Es como una especie de transfusión de energías, como si el árbol os diese su savia. Y cuando os sintáis recargados, dadle las gracias.
Os preguntáis cómo un árbol puede ayudaros verdaderamente...Os ayudará si le consideráis como un ser vivo, inteligente, y si le amáis. Gracias a esta comprensión, a este amor, establecéis con él una relación armoniosa y poco a poco sentís que esta relación os regenera y os aporta gozo."
"El verdadero gozo es una
disposición del alma que, más allá delas dificultades, de los obstáculos y las
penas, es capaz de sentir la vida como un don de Dios, un don por el que
experimenta gratitud y la necesidad de dar gracias. Si queréis recibir a menudo
las visitas del gozo, cultivad en vosotros este sentimiento de gratitud hacia
el Creador, y no sólo hacia el Creador, sino también hacia la naturaleza, hacia
los seres humanos. De esta manera, incluso cuando sin tener ninguna razón en
particular para alegraros, este sentimiento que os habréis acostumbrado a
mantener, os cogerá por sorpresa... Como estos amigos muy queridos que llegan a
veces de imprevisto para haceros una visita que no esperabais."
"Aprended a no
contar con nada ni con nadie, ni con vuestra familia, ni con vuestros amigos,
ni siquiera con el Señor, sí, ¡ni siquiera con el Señor!... sino sólo con
vuestro trabajo. ¿Por qué? Porque gracias a vuestro trabajo podréis contar
después con el universo entero.
Cuando el campesino ha
sembrado su campo, puede contar con el sol, con la lluvia, con el rocío, porque
éstos van a contribuir a hacer crecer las semillas. Pero si no ha sembrado
nada, es inútil que cuente con nada ni con nadie. Ni siquiera el Señor quiere
que contemos mucho con Él. Y no le digáis que la religión os ha enseñado a
dirigiros a Él cada vez que tenéis necesidades, porque os responderá: «Los que
te han enseñado son unos ignorantes porque no te han prevenido de que las leyes
del mundo espiritual son idénticas a las del mundo físico. Yo no puedo
modificar estas leyes para complacer a los perezosos. Si quieres que venga a
ayudarte, empieza tú a trabajar.»
Somos nosotros, pues,
quienes debemos hacer primero algo para desencadenar los procesos psíquicos y
espirituales que van a permitirnos realizar nuestros mejores proyectos."
"Aunque es
indispensable que los niños y los adolescentes estudien, que obtengan diplomas,
nos vemos obligados a constatar que la formación del carácter es más importante
que el desarrollo del intelecto. Porque lo esencial, es vivir, no es ser
médico, abogado, ingeniero o economista. Y para vivir, para afrontar todas las
condiciones de la existencia, es importante trabajar nuestro carácter. La
instrucción es una cosa y la educación es otra.
Más que de profesores
eruditos, la juventud tiene necesidad de instructores que les revelen qué es la
vida y cómo deben vivirla para que las fuerzas, las cualidades, los dones que poseen
puedan manifestarse en plenitud.
Hasta que no se haga
hincapié en la formación del carácter, y solamente en el desarrollo del
intelecto, los conocimientos dados a los jóvenes en las escuelas y en las
universidades sólo servirán para su éxito personal; y este éxito, van a
obtenerlo a menudo a expensas de los demás.
Pero si se les enseña a
trabajar también su carácter, a no tratar de utilizar sus conocimientos
exclusivamente para su propio provecho, veremos cómo surgen seres capaces de
hacer evolucionar a toda una sociedad."
"Leéis u oís
pronunciar una frase que os maravilla y, durante unos minutos, tenéis la
sensación de nacer a una nueva vida. No se trata de una ilusión: toda palabra
de verdad posee un real poder mágico. Pero no os contentéis con estar
deslumbrados.
Tomad esta palabra y
tratad de vivir toda la jornada con ella. No la soltéis, aunque estéis
trabajando, paseando, escuchando música, aseándoos, vistiéndoos, limpiando o
incluso cocinando. Estudiadla en todos sus aspectos, tratad de comprender cómo
se verifica en todos los dominios y en todas las circunstancias de la vida, con
el fin de que pueda encarnarse en vosotros. He aquí el único método bueno de
trabajo.
Aunque un día perdáis
la memoria, nunca olvidaréis las verdades que hayáis logrado hacer carne y hueso
en vosotros. Quizá no sepáis expresarlas con palabras, porque la memoria, en
tanto que facultad del cuerpo mental, ya os habrá abandonado, pero más
profundamente su impronta permanecerá en vosotros: os iréis al otro
mundo con el conocimiento de estas verdades y cuando volváis, las
traeréis de nuevo con vosotros, porque formarán parte de la quintaesencia de
vuestro ser."
"Cada mañana, al
despertar, decíos que nada es más importante que vivir bien esta jornada que
empieza. Porque el hoy es lo que cuenta. Lo mismo que el presente no es otra
cosa que una consecuencia del pasado, el futuro es
una prolongación del presente. Pasado, presente y futuro, todo
está relacionado.
El futuro se
edificará sobre los cimientos que ponéis hoy.
El pasado es
pasado, pero ha traído al mundo el presente.
El presente lleva
los gérmenes del futuro. Así pues, concentrándoos en el momento
presente, construís vuestro futuro.
De alguna manera,
el pasado sigue siempre vivo y actúa aún en vuestro
presente, pero no estáis obligados a dejarle que tome el poder.
El poder debéis dárselo
al presente para que domine el pasado, para que
lo destruya incluso si hace falta para actuar sobre él.
Cuando el pasado era
presente, era todopoderoso. Ahora, que es pasado, está
subordinado al presente, y es el presente el
que tiene la voz cantante.
El pasado ya
se fue, y el futuro está justamente «por venir».
Ahora el presente debe
imponer su voluntad, para transformar el pasado y orientar
el futuro."
"Aquél que abraza
una enseñanza espiritual no debe pensar que está obligado a alejarse o a
separarse de los demás con el pretexto de que no comparten su filosofía.
Nada le prohíbe
frecuentar a toda clase de personas, pero debe ser lo bastante fuerte e instruido
para no perder su dirección. Que vaya a trabajar, que salga con gente, que
entable amistades. Pero aun estando abierto a los demás, no debe perder su
ideal ni transigir nunca ciertos principios. Debe cultivar una actitud
firme frente a todo aquello que pudiera desviarle de su camino.
Cada día no os van a
faltar ocasiones para ser tentados, seducidos y extraviados, ni tampoco os van
a faltar quienes os las presenten. A menudo incluso, son personas muy
simpáticas, encantadoras. Seguid disfrutando de su simpatía, ¿por qué no? Os
podéis instruir frecuentándoles. No huyáis de ellos, ayudadles a ver las cosas
más claras, si podéis, pero no os dejéis influenciar, permaneced fieles a
vuestra filosofía espiritual.
Mostrar flexibilidad, comprensión,
manteniéndose al mismo tiempo sólido e inquebrantable
en sus convicciones, en su compromiso espiritual, es un
equilibrio difícil de encontrar, pero hay que trabajar en ello."
"Alimentarse
correctamente requiere, en primer lugar, el respeto de ciertas reglas sobre
cómo comer conscientemente, lentamente, y cómo masticar bien los alimentos.
Comer lentamente y masticar bien facilita la digestión.
Si tragamos los
alimentos sin masticarlos suficientemente, el estómago, que es el que los
recibe, debe suministrar para poder digerirlos, una mayor energía, lo que
fatiga el organismo.
Y hay que saber también
que la boca, que es la primera que recibe el alimento, es una especie de
laboratorio que, en un plano más sutil, hace el papel de un verdadero estómago:
gracias a unas glándulas situadas sobre la lengua y debajo de ella, absorbe las
partículas etéricas de los alimentos.
Empezáis a comer...
¿Por qué, desde los primeros bocados, antes incluso de que los alimentos hayan
podido ser digeridos, ya sentís que estáis recuperando fuerzas? Porque al pasar
por la boca, estos alimentos han liberado energías, partículas etéricas que han
ido a alimentar vuestro sistema nervioso. Antes de que el estómago haya podido
transformar los alimentos, el sistema nervioso ya ha sido alimentado.
Si algunas personas se
sienten fatigadas después de una comida, es porque han tragado el alimento sin
haberlo masticado bien; y así el organismo debe gastar más energía para
digerirlo. Su fatiga proviene de ahí. Deben aprender a masticar bien y
se levantarán de la mesa, ligeros y muy activos."
"Esforzaos para no
ceder nunca ante el mal, sea cual fuere la forma bajo la que se presente. Nunca
aceptéis que un dolor o una minusvalía física os quite el placer de vivir. Esto
es difícil, evidentemente, pero aunque estéis perdiendo la vista o el oído,
aunque tengáis un miembro paralizado, tomar conciencia de todas las facultades,
de todas las posibilidades que todavía tenéis, y gracias a las cuales podéis
seguir actuando, aprendiendo, perfeccionándoos.
Y os quedan, sobre
todo, el pensamiento y el sentimiento que son
los verdaderos poderes. Recurrid a ellos, porque cultivando
pensamientos justos y sentimientos generosos, crearéis en vosotros disposiciones
benéficas que contribuirán incluso a mejorar vuestro estado
físico.
El mal toma a menudo
las proporciones que nosotros le damos y resignándonos, dejándonos llevar por
el desánimo, lo reforzamos.
Pero ¿habéis visto cómo
defiende una gallina a sus polluelos cuando se acerca un perro? Se eriza,
ahueca sus plumas, cacarea ruidosamente para darle miedo. Actuad de la misma
manera con el mal: ahuecaros, enfrentaos a él, mostradle que sois capaces de
defenderos y se verá obligado a retroceder."
"El niño que viene
al mundo, es un alma que se limita y sufre al tener que entrar en un cuerpo en
donde se siente tan reducido. Incluso si esta limitación es necesaria para
permitir la manifestación en el plano físico, el ser humano no debe olvidar
nunca que su alma tiene por morada el espacio infinito. Cerrada en
un cuerpo, aspira a esta inmensidad en donde se dilata, se alegra.
Es por ello que,
incluso si un ser teme a la muerte porque la siente, lo que es natural, como un
desarraigo, su alma la acoge como una liberación. La existencia
está hecha de estos dos movimientos, la limitación y la
dilatación, que cada uno debe aprender a equilibrar.
Incluso cuando sois
solicitados de todas partes, si no queréis que vuestra alma acabe ahogándose,
marchitándose, no os dejéis acaparar por las tareas y las preocupaciones
materiales.
De vez en cuando,
durante algunos instantes por lo menos, deteneos, entrad en vosotros mismos,
abríos a la inmensidad… después volved a vuestras ocupaciones."
"Se dice que
el ser humano ha sido creado a imagen de Dios. En
su esencia es, por tanto, un espíritu puro. Entonces, ¿por qué
viene a encarnarse a la tierra? Para explorar la materia, porque así es como
llegará a desarrollar todas las capacidades de su cerebro, que son casi
infinitas.
A lo largo de este
descenso a la materia, sus cinco sentidos, que son unos intermediarios entre
el espíritu y la materia, han adquirido cada vez
más importancia. Hasta el punto de que ha acabado perdiendo la
conciencia de este mundo del espíritu, del mundo divino, en
donde tiene su origen; ha cortado la conexión y ya no
siente su presencia, lo que conlleva un gran empobrecimiento, aunque no sea
consciente de ello.
Sin embargo, este
contacto con la materia seguirá siendo para él una adquisición extraordinaria.
En los proyectos de la Inteligencia cósmica está el de llevar a la criatura
humana a la perfección. Ésta debe pasar, por tanto, a través de la opacidad
de la materia, pasar por la enfermedad y la muerte. Hasta
el día en que, enriquecida por estas experiencias, vuelva a la verdadera vida,
a la luz, a la libertad, y entonces es cuando conocerá plenamente a su Creador."
"No podemos negar
que muchas personas sientan afecto unas por otras. Pero, al mismo tiempo, son
tan egocéntricas que no ven hasta qué punto se están haciendo sufrir
mutuamente. Y de ahí se derivan dramas, rupturas, incluso en las familias.
He aquí a un hombre
que, enteramente acaparado por sus actividades profesionales, como sucede tan a
menudo en nuestros días, se pasa el tiempo fuera de casa, en reuniones, en
viajes... Cuando vuelve a casa, por la noche, está cansado, preocupado, incluso
de mal humor a causa de las dificultades con las que se ha encontrado a lo
largo de la jornada, se deja caer en un sillón y se pone a leer el periódico
para hacer comprender a su mujer que no quiere que le molesten con los
problemas de la casa, de los hijos, etc. Podría darse cuenta, por toda una
serie de indicios, que su mujer empieza a estar harta de esta situación, y que
sus hijos sufren también. Pero no, no ve nada: su mujer está ahí, sus hijos
están ahí, sus muebles están ahí, todo va bien.
Hasta la noche en la
que, cuando vuelve a su casa, descubre estupefacto que su mujer se ha ido
llevándose a los niños... ¡o dejándolos! Y no lo comprende. Sufre una impresión
terrible, no consigue reponerse, está hundido, y va a ver un psicoanalista... o
bien consulta a clarividentes ¡para saber si su mujer volverá! Desde
hacía años hubiera podido ver lo que iba a suceder, pero su egocentrismo le
cegó."
"Existen algunas
diferencias entre la alegría y el gozo. La alegría se
lee inmediatamente en un rostro. La alegría es sonriente, desprende
de sí algo ligero. El gozo viene de regiones más profundas.
Podemos sufrir
y sentir gozo al mismo tiempo, porque a través de este sufrimiento sentimos
que estamos comprendiendo algo esencial. Evidentemente, este gozo profundo
puede también expresarse con la alegría.
Por eso observamos
que muchos sabios son alegres. Lo que han comprendido aligera las
cargas de la existencia. Contrariamente a lo que muchos se imaginan, los sabios
no están tristes ni son pesimistas, sino que están alegres, e incluso
en medio de los sufrimientos y de las pruebas son capaces de reír.
¿Habéis estudiado bien
todos los beneficios que produce la risa? Mantiene la flexibilidad en
nosotros. Nos hace más ligeros y nos impulsa a avanzar. También hace que
amemos más. El que sabe reír ama más que los demás. Y
aprende mejor y más rápidamente que los demás."
"La
vida es un sueño», es lo que han dicho poetas, filósofos y autores
dramáticos. Y es verdad. Pero no es porque nuestra vida terrestre sea un sueño
que debemos estar siempre soñando... o, más exactamente, fantasear, elucubrar,
cómo sucede demasiado a menudo. Deseamos esto, deseamos aquello... pero estos
ensueños ilusorios, inspirados únicamente por los caprichos, por el afán de
complacencia y los placeres, no le son útiles a nadie, y todavía menos a los
que se abandonan a tales sueños.
No
está prohibido soñar, e incluso debemos hacerlo, pero siempre que se trate de
sueños conscientes e inspirados por la generosidad, sueños para el bien de
todos los humanos.
Todos
somos capaces de crear con el pensamiento imágenes de un gran poder que pueden
influir en el curso de las cosas. Así pues, ¿por qué no soñar que el mundo
entero vivirá un día en el amor, la paz, la libertad y la alegría? Si muchos
más hombres y mujeres soñaran a menudo estas cosas, contribuirían más
rápidamente a su realización."
"Para vivir, para
afrontar todas las condiciones de la existencia, es importante fortalecer
nuestro carácter. Si no, ¿qué se puede hacer con gente incapaz de soportar la
menor dificultad, el mínimo obstáculo? Esta sensibilidad neurálgica, que es
alimentada por su naturaleza inferior, hace muy difícil la existencia; por eso,
muchos han sacado la conclusión de que, para ser felices, es mejor permanecer
insensibles.
En realidad, hay que
saber diferenciar la verdadera sensibilidad de esta sensibilidad enfermiza que
sería más exacto denominar susceptibilidad o sensiblería.
La verdadera
sensibilidad es una facultad que nos hace capaces de elevarnos muy arriba, para
tener acceso a la belleza de regiones cada vez más luminosas y sutiles.
La sensiblería, en
cambio, es una manifestación de la naturaleza inferior de los seres que,
tomándose por el centro del mundo, piensan que no se les presta la suficiente
consideración; a la menor ocasión se sienten frustrados, heridos, y se vuelven
agresivos.
El que ha captado bien
esta distinción comprende que tiene todo un trabajo que hacer sobre su
naturaleza inferior para poder dominarla: ésta es la única forma de permitir
que su verdadera sensibilidad se desarrolle."
"De todos aquéllos
que destacan por sus capacidades intelectuales, artísticas, psíquicas, etc., se
dice que tienen un don. ¿Qué es un don? Es una entidad espiritual que ha
penetrado en un ser para trabajar a través de él.
Claro que no habrá
muchos especialistas del cerebro que admitan que los talentos, las capacidades,
son entidades que habitan en los humanos. Sin embargo, la prueba de que no son
los humanos los que hacen estas maravillas, si no otros a través de ellos, es
que pueden perder su don. Esto ya les ha sucedido a muchos: los desórdenes a
los que se sumieron les hicieron perder sus dones, y las entidades que
habitaban en ellos les abandonaron.
¿Queréis que entidades
superiores vengan a manifestarse a través de vosotros bajo la forma de cualidades,
de talentos? Invocad a la luz, a la armonía, a la paz: éstas son las
condiciones indispensables para atraer a estas entidades. Están ahí, esperan, y
cuando ven que un ser ha sabido prepararles una morada digna de ellos, ¡con qué
alegría penetran en él para enriquecerle, para embellecerle, y para enriquecer
y embellecer también a los demás a través de él!"
"No os quejéis
nunca de las condiciones materiales que os han sido dadas en esta existencia,
aunque aparentemente sean malas. Decíos que no son determinantes. O, más
exactamente, que son determinantes en el sentido en que os obliguen a hacer un
trabajo sobre vosotros mismos.
Cada uno se hace una
idea de lo que es bueno o malo para él, pero a menudo la Providencia tiene otros
puntos de vista. Lo más sensato es pues considerar que las condiciones que se
os dan son las mejores para vuestra evolución. Y de todas maneras, las
condiciones serán buenas o malas en función de lo que seáis capaces de hacer
con ellas.
Si no sabéis utilizarlas,
las condiciones más favorables no producirán más que catástrofes, mientras que
si sabéis utilizarlas, las malas condiciones se convierten en las más
benéficas. En el momento mismo no podéis emitir un juicio sobre las condiciones
que se os han dado, sólo podréis hacerlo mucho tiempo después cuando descubráis
qué partido habéis sabido sacar de ellas."
"Conservad
preciosamente en vuestra alma la imagen de la fuente que mana para que no deje
nunca de manar en vosotros la fuente de la vida. Y para hacer manar la fuente
de la vida, hay que amar. Claro que diréis, como la mayoría de los humanos, que
ya amáis... Sí, pero ¿con qué amor? Un amor que a menudo os hace sufrir.
El que posee la
verdadera ciencia del amor está inspirado sin cesar, vive en la poesía, en la
belleza, porque ha aprendido a amar a todas las criaturas humanas. Pero las ama
con cierta distancia, sabe que si se acerca demasiado, se decepcionará y como
no quiere decepcionarse, mantiene cierta distancia. Entonces, tanto si estas
criaturas se manifiestan con bondad, con generosidad, con fidelidad, como si
no, nunca pierden su inspiración. ¡Cuántos hombres y mujeres se quejan de
haberse sentido decepcionados, engañados por los seres que amaban! Pero la
culpa ha sido suya, han querido acercarse demasiado y, entonces, evidentemente,
lo que han descubierto no ha sido muy bueno: cuevas llenas de mohos y de
telarañas, ciénagas, abrojos, espinas... No podían sino decepcionarse.
¿Queréis seguir amando
y maravillaros de los humanos? Cuando os relacionéis con ellos, procurad
mirarlos con cierta distancia."
"Aunque estéis
sometidos a las trepidaciones de la vida cotidiana, debéis comprender la
necesidad de preservar el silencio dentro de vosotros. Lo preservaréis si os
habituáis a estudiar los pensamientos y los sentimientos que pasan a través
vuestro.
Varias veces al día,
pensad en deteneros un momento para analizar lo que pasa en vosotros, y tan pronto
cómo notéis el menor trastorno, la menor disonancia, esforzaos en remediarlo.
Si no, cuando queráis meditar y hacer un verdadero trabajo espiritual, no lo
conseguiréis, y siempre habrá algunos chirridos, algunos alborotos que os lo
impedirán, y, poco a poco, ante las dificultades que encontréis, acabaréis
abandonando esta práctica tan saludable de la meditación.
El silencio interior
¡es un estado tan difícil de alcanzar! Toda la jornada debéis pensar en
prepararle las condiciones. La primera condición es alimentar solamente
pensamientos y sentimientos armoniosos. En cuanto sintáis que os volvéis
impacientes, irritables, es inútil que tratéis de encontrar excusas o
explicaciones en otra parte: habéis dejado infiltrar la desarmonía dentro de
vosotros. Así que, ¡reaccionad!"
"La existencia
cotidiana se compone de una serie de encuentros a los que no prestamos
suficiente atención. ¿Qué es respirar, comer, beber, lavarse, recibir la luz y
el calor del sol, sino encuentros con los cuatro elementos: la tierra, el agua,
el aire y el fuego? No sólo estos encuentros constituyen toda nuestra
existencia, sino que ésta también depende de ellos.
Cada día entramos en
contacto con los cuatro elementos: con la tierra cuando comemos, con el agua
cuando bebemos y nos lavamos, con el aire cuando respiramos, y con el fuego
cuando lo encendemos, y también cuando recibimos la luz y el calor del sol.
Los cuatro elementos no
son únicamente estas fuerzas de la naturaleza que vemos manifestarse
excepcionalmente cuando se producen fenómenos como los terremotos, las
tempestades, los tornados o las erupciones volcánicas. Forman parte de nuestra
vida más cotidiana y podemos, por tanto, entrar cada día en relación con ellos
conscientemente."
"La cuestión de la
sexualidad sólo puede resolverse verdaderamente en función de cada persona. No
es razonable con el pretexto de la moral, querer imponer reglas idénticas a
todos, porque la misma disciplina que conducirá a algunos a una verdadera
expansión espiritual, puede llevar a otros a la histeria o la neurosis.
No todos los humanos
tienen las mismas necesidades, y aquél que no tiene en cuenta esta realidad se
expone a predicar en el desierto, o bien a causarles tormentos inútiles. Esto
no quiere decir, evidentemente, que no deban hacer esfuerzos. Al contrario,
según cuál sea su nivel, cada uno debe hacer esfuerzos para dominar la fuerza
sexual con el fin de vivir su amor de una forma más poética, más espiritual.
El acto del amor no es
bueno ni malo en sí mismo, será solamente lo que vosotros hagáis de él. Si
trabajáis sobre vosotros mismos para purificaros, para iluminaros, para
ennobleceros, este acto será la fuente de todas las bendiciones para vosotros y
para aquél o aquélla con quien vais a uniros. El amor verdadero debe fortalecer
y engrandecer al ser que amáis. Cuando veáis que éste se expande gracias a
vuestro amor, conoceréis lo que es el verdadero gozo."
"Si algunas
personas no quieren realizar el esfuerzo de armonizarse con los demás es porque
temen ser absorbidas por la colectividad. No, cada uno es un individuo bien
distinto, pero aun conservando su propio carácter, su forma de ser propia, debe
trabajar para la unidad.
Observad las células
del organismo, no son idénticas y no llevan a cabo las mismas funciones: una
célula del corazón no es como una célula del estómago, cada una conserva su
individualidad; pero sus afinidades, sus conexiones, crean entre ellas este
estado de armonía que llamamos salud. ¿Es esto tan difícil de comprender?
No se trata de pedirle
a un negro que se convierta en blanco, o a un musulmán o a un budista que se
convierta en cristiano. En el pasado, la cristiandad envió misioneros para
convertir a todos los pueblos de la tierra, ¡y cuánta violencia, cuántas
tragedias se ocasionaron!
Todos los creyentes, lo
mismo que todos los humanos, deben conservar sus particularidades, sus
diferencias, pero, al mismo tiempo deben establecer entre ellos unos lazos
fraternales gracias a los cuales puedan formar una unidad.
"
"Es posible,
ciertamente, escapar a la justicia humana, pero es imposible escapar a la
justicia divina porque, aunque ésta no se ejerza de forma visible sobre los
culpables, les alcanza interiormente.
Hay criminales que han
logrado escapar siempre a la justicia humana, pero como todo acto tiene
repercusiones en la persona que lo comete, ésta periclita interiormente: su
estado psíquico, e incluso su salud, todo empieza a degradarse.
Aparentemente, ciertos
elementos se mantienen aún, pero poco a poco se desmoronan, porque es el lado
interior el que sostiene y alimenta el conjunto de este edificio que es un ser
humano, y si el interior se disloca, lo exterior acaba también desmoronándose.
Así es como se
manifiesta la justicia divina, y sus sanciones son instantáneas aunque no sean
visibles inmediatamente: en el instante mismo en que el hombre comete una
transgresión, algo en él se oscurece
y se disgrega. Serán necesarios años para que esta degradación aparezca
exteriormente, pero interiormente ya hay algo que se está desmoronando."
"En vez de
decidirse a hacer algo para ayudar a los que sufren, algunos que se dicen
espiritualistas, se contentan con decir: «¡Ah!, es su destino, es su karma». Si
utilizan estas buenas razones para justificar su egoísmo, ¡más les hubiera
valido no haber oído hablar nunca del karma!
Es preferible,
evidentemente, que todos conozcan las leyes del destino, que comprendan por qué
les suceden ciertas desgracias a ellos y a los demás. Pero cuando vean a personas
que están pasando pruebas, deben hacer lo que puedan para ayudarlas. Alguno
dirá: «Pero, ¿por qué tratar de ayudarlas puesto que lo que les sucede estaba
inscrito en su destino?»
En primer lugar, porque
los esfuerzos que hacemos para ayudar a los seres nunca son inútiles: en
ciertas circunstancias, al ver vuestra compasión, vuestra buena voluntad, las
entidades celestiales pueden dejarse ablandar y aliviar sus sufrimientos. Y
también es bueno para vosotros, porque al ayudar a los demás desarrolláis nuevas
cualidades. No es fácil ser realmente útiles a los demás, es verdad; pero no
importa, sean las que sean las circunstancias, hay que tratar de ayudarles. Si
no lo conseguís, al menos seréis vosotros los que os volveréis más
inteligentes, más fuertes, más libres."
"¡Cuántas veces
oímos repetir que la libertad es el bien más precioso! ¡Y cuánto han luchado
los humanos, y siguen luchando aún para conquistarla! Muchos incluso han
sacrificado su vida. Pero, ¿qué hacen los humanos cuando ya son libres?
Se diría que esta
libertad les pesa, no saben qué hacer con ella. Ahora que ya no tienen nada
contra quién o contra qué luchar, que ya nada les impide desplazarse, actuar y
expresar sus opiniones, se aburren, y para distraerse se meten en situaciones
complicadas. ¡Cuántas veces lo hemos visto! La libertad es la mejor de las
cosas, pero sólo si se dan ciertas condiciones.
¿Queréis ser libres?
Preguntaos primero qué vais a hacer con esta libertad. ¿De qué os servirá poder
ir y venir libremente, si transportáis con vosotros pensamientos, sentimientos
y deseos que os atan y que acabarán postrándoos en la cama?
La única libertad que
vale la pena conquistar, es la libertad interior: es la que os permitirá
descubrir las verdades esenciales que necesitáis para poder orientaros y
sosteneros en la vida. Todas las maravillas del cielo y de la tierra están ahí,
a vuestro alrededor, dentro de vosotros... pero, para verlas, para
comprenderlas, debéis ser libres, libres interiormente."
"Toda la
civilización no es otra cosa que un trabajo sobre la materia. Pero existen
diferentes clases de materia, y este trabajo que hacen los humanos sobre
materiales externos a ellos, pueden hacerlo también sobre su materia
psíquica: todos sus instintos, sus deseos, sus
sentimientos, sus pensamientos, representan una materia sobre
la que tienen que hacer un inmenso trabajo de purificación y de
elaboración.
Desde un cierto punto
de vista, podemos decir que se trata de un trabajo de creación que se asemeja a
la creación artística, porque obedece a las mismas leyes. El verdadero trabajo
de creación es el trabajo espiritual, porque concierne a la
totalidad de nuestro ser: nos proyectamos lo más arriba posible para poder
descubrir un orden, una estructura, y para poder captar las partículas más
puras que van a entrar en la materia de nuestros diferentes cuerpos: nuestros
cuerpos espirituales, nuestros cuerpos psíquicos y nuestro
cuerpo físico también.
Es un esfuerzo de todos
los días, de todos los instantes. Cada día añadimos un color más vibrante, una
forma más sutil, un sonido más armonioso."
"Es difícil
pronunciarse de manera categórica tanto sobre el bien como sobre el mal. ¿Por
qué? Porque en la tierra, nada es completamente bueno ni completamente malo;
incluso las mejores cosas se acompañan de ciertos inconvenientes. ¿Cómo no
alegrarse de la llegada de la primavera? Con la luz y el calor todo florece, es
maravilloso. Sí, pero los bichos dañinos también se desarrollan: las avispas,
las moscas, las orugas, los pulgones, los mosquitos... Y el progreso técnico,
¿es bueno o malo? ¡Cuántos descubrimientos que habían empezado aportando
inmensas mejoras en la vida de los humanos han acabado produciendo catástrofes,
porque los humanos no supieron mostrarse prudentes, clarividentes, ni
reflexionar sobre las consecuencias! No es necesario multiplicar los ejemplos,
todos los días podéis comprobarlo. Así pues, cualesquiera que sean los
acontecimientos o las condiciones, siempre hay que tomar precauciones. Las
mejores cosas se convierten en malas para los ignorantes porque no están
preparados para afrontarlas. Mientras que aquéllos que reflexionan y que han
aprendido a trabajar, consiguen sacar partido incluso de las mayores
dificultades."
"Aún después de
haber sufrido fracasos y decepciones, ¡cuántos hombres y mujeres se obstinan en
creer que no ha sido a causa de una comprensión defectuosa del amor, sino
porque todavía no han encontrado a la persona que les conviene,... al ser
ideal,... a su alma gemela! ¡Cómo si la felicidad dependiese de un encuentro
que vayamos a hacer por milagro o por casualidad! Pues bien, no es así como
suceden las cosas.
Debéis saber, pues, que
el alma gemela no se presenta como un hombre o una mujer con quien vais a
encontraros súbitamente y por quien vais a sentir un flechazo. El encuentro con
el alma gemela es, en primer lugar, un proceso psíquico mediante el cual la
parte superior de vuestro ser atrae a su parte complementaria. Tenéis que haber
trabajado durante mucho tiempo sobre vosotros mismos para poder ser dignos de
atraer vuestra mitad divina, pero cuando, por fin, logréis establecer la
conexión, sentís que ella está ahí, porque habita en vosotros. ¿Queréis
encontrar verdaderamente a vuestra alma gemela? No salgáis en su búsqueda, sino
concentraos en la luz: el alma gemela vendrá entonces, atraída por esta luz que
verá brillar en vosotros. Vosotros no sabéis dónde se encuentra vuestra alma
gemela, pero ella sí que sabe dónde estáis vosotros. Basta con esperarla
interiormente: ella vendrá."
"Cada
uno alimenta ambiciones, sueños, y es algo natural. Pero, si consiguen
realizarlos, ¿estarán acaso a la altura de la situación? Éste es también un
punto a considerar. Ahí tenéis, por ejemplo, a un chico que sueña casarse con
una chica encantadora que ha conocido. Tras toda clase de peripecias ¡porque no
era el único en estar enamorado de ella! consigue realizar este sueño. En
apariencia, es magnífico. Pero cómo carece de sabiduría, de autodominio, ahí
está, atormentado por las sospechas, por los celos... Vigila a su mujer y a
todos los que se le acercan, se imagina que ella le engaña, hasta el punto de
que un día, se vuelve completamente loco, la asesina y termina en la cárcel.
Bajo una
forma evidentemente muy simplificada, esta pequeña historia es un ejemplo de
los peligros que corremos cuando nos obstinamos en realizar nuestros deseos sin
conocerse bien, sin haber trabajado en el control y el dominio de sí mismo.
Queremos casarnos con la chica más bella del mundo, obtener un cargo de
ministro o ser elegido presidente, llegar a ser una celebridad, ganar el primer
premio de la lotería nacional, etc., y no es imposible conseguirlo. Pero
¿cuánto tiempo nos durará la felicidad de haber obtenido este éxito? Al día
siguiente ya, se presentan los problemas. Y entonces, ¿tendremos acaso la
suficiente fuerza de carácter para afrontarlos?"
"Le
guste o no, todo ser humano pertenece a una colectividad, y si en esta
colectividad se producen desórdenes, ni él ni sus bienes personales estarán
seguros. Ha habido en la historia gente tan poderosa y rica que parecía que
nada podía alcanzarla; pero se produjeron trastornos en la colectividad y terminaron
perdiéndolo todo, incluso la vida. La seguridad de los individuos depende del
buen funcionamiento de la sociedad. Corresponde pues a cada uno reemplazar
ahora su punto de vista personal por un punto de vista más vasto, más
universal: ganará, no sólo en el plano material, sino también y sobre todo en
el plano de la conciencia. La conciencia se despierta verdaderamente en el
hombre cuando éste se vuelve sensible a la noción de colectividad, de
universalidad: aunque físicamente sea un ser separado, en el plano psíquico
siente a los demás como una prolongación de sí mismo. A partir de este momento,
experimenta lo bueno o lo malo que les sucede a los demás como si le sucediese
a él mismo, y se esfuerza por hacer sólo el bien, porque siente, sabe, que también
se está haciendo este bien a sí mismo."
"Habéis
meditado profundamente durante mucho tiempo enviando luz y amor al mundo
entero, y después salís a caminar por la calle. Cuando volvéis a vuestra casa,
no tenéis la impresión de haber hecho nada especial... Pues bien, os
equivocáis. Si fueseis clarividentes, veríais el bien que vuestra presencia ha
podido hacer sin que vosotros lo supierais, a las personas con las que os
habéis cruzado. Algunas que tenían proyectos maléficos, han abandonado estos
proyectos; otras, que estaban trastornadas, desesperadas, han vuelto a
encontrar un poco de serenidad y de ánimo. Todo depende del poder y de la
sinceridad de vuestras aspiraciones. Vosotros no sois los únicos afectados por
vuestros estados interiores; influencian también a los que están a vuestro
alrededor. Creedme, un día podréis incluso verificarlo. Cuando lleguéis al más
allá, el poder del mundo psíquico se revelará a vosotros. Descubriréis que
vuestros pensamientos y vuestros sentimientos eran corrientes de energía que
actuaron en el invisible para arrastrar a los seres hacia el mal o hacia el
bien."
"¿Por
qué creéis que la ayuda, el apoyo, deben veniros únicamente bajo la forma que
esperáis? ¡Cuántas oportunidades se os presentan! Pero no las veis, no queréis
verlas. Esperáis que tal puerta se abra ante vosotros, pero sigue cerrada... En
vez de lamentaros ante esta puerta, pensad que puede haber otra, al lado,
que se abra, O quizá ya está abierta, pero no la veis.
Esperáis la
comprensión y la ayuda de alguien, pero éste no sólo no os la da, sino que se
muestra desagradable. Pues bien, en vez de obsesionaros con esta decepción,
mirad un poco mejor a vuestro alrededor: hay ciertamente otras personas
dispuestas a ayudaros. Si os quedáis tan concentrados en vuestra decepción, no
veréis a esos amigos que vienen hacia vosotros.
También en
este sentido algunas pruebas son útiles: obligan a hacer o a descubrir aquello
que no haríamos ni descubriríamos sin ellas. ¡Cuántas veces vuestra obstinación
os ha impedido salir de vuestras dificultades! Así pues, de ahora en adelante,
no os quedéis lamentándoos ante una puerta cerrada, ¡mirad bien a vuestro
alrededor: si no es una puerta, quizá sea una ventana la que esté abierta!"
"Decidle
a alguien que debe trabajar sobre la pureza y podéis estar seguros de que no
seréis comprendidos: inmediatamente pensará que queréis imponerle privaciones
y, particularmente, privaciones en el campo sexual. En efecto, a menudo se
confunde no sólo pureza y castidad, sino también castidad y continencia, cuando
en realidad la pureza no concierne tanto al plano físico: es una virtud del
corazón y del alma que encontramos en hombres y mujeres que son padres y madres
de numerosos hijos, mientras puede faltar a otros que pretenden huir como de la
peste de las tentaciones de la carne. Es evidente que la pureza afecta también
en el campo sexual, pero cuando hablo de pureza, me refiero sobre todo a la
pureza de los pensamientos, de los sentimientos, de los deseos, porque ahí es
donde empiezan los desenfrenos que después van a producir desórdenes en el
comportamiento sexual. La pureza es un dominio muy vasto que debemos estudiar
en los tres planos físico, afectivo y mental. En el plano físico es la base de
la salud; en el plano afectivo proporciona las condiciones para recibir y
manifestar el amor; y en el plano mental proporciona las condiciones para
recibir y manifestar la sabiduría."
"Los
animales están contentos con su suerte: aunque algunos sean más hábiles e
ingeniosos que otros, no ven sus limitaciones, ni tratan, por tanto, de salir
de ellas para progresar. Pero esta forma de ser, que es normal para los
animales, no es ideal para los humanos... ¡aunque algunos se contenten con
ello! Diréis: «Pero entonces, ¿debemos rebelarnos contra nuestra suerte?» No,
comprendedme bien: aceptar nuestra suerte es una cosa, pero sentirse
satisfechos con ella es otra. Cada uno de nosotros está obligado a aceptar su
suerte como consecuencia de las elecciones que hizo en el pasado. Si ahora
tiene pruebas que pasar, no debe rebelarse, porque está pagando por los errores
que ha cometido en esta existencia o en existencias anteriores. Son precisos
pues esfuerzos para reparar, y al mismo tiempo comprende que debe progresar,
mejorar. De esta manera acepta el destino que ha decretado para él la Justicia
divina, pero sin estar nunca satisfecho de su grado de evolución actual, se
esfuerza sin cesar para salir de sus limitaciones."
"Para
tener éxito en la vida es preciso, evidentemente, poseer ciertas capacidades
físicas, intelectuales, psíquicas y sobre todo, trabajar. Pero no es aún
suficiente.
Para conocer
la dirección a tomar, las elecciones que hay que hacer, con quién hay que
asociarse, etc., hay que tener también discernimiento. ¿Y cómo adquirir el
discernimiento? Siendo desinteresados.
Sí, porque el
desinterés le da al hombre la facultad de ver claro. Por el contrario, la
búsqueda de ventajas personales, el egoísmo, la avidez, la codicia, le nublan
la vista y le hacen perder su lucidez: está tan obnubilado por satisfacer
solamente sus intereses, que percibe a los seres y a las situaciones a su
alrededor como a través de cristales deformantes. Y como no ve
claro, aquello que cree hacer en su propio interés lo hace, en
realidad, en su detrimento.
Contrariamente
a lo que se tiene tendencia a pensar, no es el egoísmo el que permite triunfar,
enriquecerse, sino el desinterés."
"Cuando
dos personas se encuentran, a menudo se estrechan la mano, y también cuando se
despiden; o bien se envían un saludo desde lejos.
Saben pues
instintivamente que la mano es capaz de emitir corrientes y también de
recibirlas. Por eso debemos estar particularmente atentos a lo que transmitimos
con la mano. Si debemos saludarnos, es para hacernos un bien, para darnos
mutuamente algo bueno. Si no, es inútil.
Para aquél
que tiene la conciencia despierta, un saludo es un gesto formidablemente
significativo y operativo mediante el cual puede animar, consolar y vivificar a
las criaturas. Los intercambios más poderosos, los más benéficos, no son
necesariamente los que hacemos acercándonos físicamente.
Podemos poner
mucho amor y mucha luz en un gesto de la mano y en la mirada que lo acompaña.
Así pues, ¡qué vuestra alma participe en vuestro saludo y también vuestro
espíritu!
Un saludo
debe ser una verdadera comunión, debe ser poderoso, armonioso, vivo."
"A aquél
que desea practicar la meditación se le explica que primero debe hacer
el silencio en sí mismo. Cierra pues los ojos para concentrarse... Pero
¿qué es lo que sucede a menudo? Todas sus preocupaciones, sus inquietudes, sus
animosidades, remontan inmediatamente a la superficie, y pronto le resulta
imposible permanecer inmóvil y conservar la postura correcta.
Así pues,
aquél que empieza a practicar la meditación debe saber de antemano que se trata
de un ejercicio difícil que exige una gran disciplina. En efecto, este silencio
interior que trata de obtener, es el resultado de una concordancia entre
los tres planos físico, astral y mental; y esta concordancia,
sólo puede realizarla empezando por disciplinar su cuerpo
físico, su corazón y su intelecto a fin
de introducir en ellos la armonía. «Armonía»... Impregnaos de esta
palabra, porque es la llave que abre las puertas de la región del
silencio: armonía en el plano físico, armonía en el plano
astral (los sentimientos), armonía en el plano mental (los
pensamientos), y también armonía entre estos tres planos.
El silencio
que entonces consigáis crear dentro de vosotros, irá acompañado de
una sensación de alivio, de liberación: se os
quitará un peso de encima, se disiparán los obstáculos y vuestra
alma, escapándose de su prisión, se desplegará
libremente en el espacio."
"¿Por
qué os sentís tan a menudo pobres y desprovistos? Porque os habéis habituado a
mirar hacia abajo, es decir a ver todo lo que es motivo de preocupaciones, de
inquietudes, de penas. Os olvidáis de mirar hacia arriba, allí donde se
encuentran la luz, la belleza, todo lo que puede dar un impulso a vuestra alma
y hacerle descubrir los medios de superar las dificultades.
Las
preocupaciones, las dificultades existirán siempre, hagáis lo que hagáis; es
inútil luchar contra ellas porque os aplastarían. ¿Qué hacer entonces?
Exactamente lo mismo que hacemos contra las intemperies o contra los insectos:
equiparnos. Para protegernos de la lluvia cogemos un paraguas; para protegernos
del frío nos ponemos un abrigo; para protegernos de los mosquitos ponemos una
mosquitera o utilizamos algún producto para alejarlos.
Pues
bien, contra las dificultades no hay otra solución que mirar
hacia arriba para recibir la luz y la fuerza. Y mirar hacia arriba, es
también aprender a alegrarnos de todo lo que hasta ahora habíamos
descuidado.
Cada día
procurad descubrir alguna cosa que os beneficie o maraville – puede ser un encuentro, un acontecimiento, un
objeto, un pensamiento – y ponedlo en vuestro
corazón, en vuestra inteligencia, en vuestra memoria,
y dad gracias por haberlo encontrado en vuestro camino."
"Todos
los edificios religiosos que existen en el mundo deben ser respetados. Gracias
al fervor de las multitudes de fieles que desde hace siglos han venido a rezar,
las iglesias, los templos, están impregnados de una atmósfera sagrada. Pero
evidentemente las construcciones humanas no resisten al tiempo.
Por eso
incluso los creyentes deben admitir que el único verdadero templo es
el que ha creado Dios: el universo. Es indestructible,
y todas las entidades con las que lo ha poblado el Creador, son manifestaciones
de su presencia. Aunque no las veamos, estas entidades están ahí para ayudarnos
a través de la tierra, del agua, del aire, del fuego, de la luz del sol.
Gracias a los
sacrificios de estas entidades, gracias
a su amor, a su deseo de hacer intercambios con nosotros, estamos
vivos, vivos físicamente, vivos psíquicamente y vivos
espiritualmente. Debemos aprender pues cómo entrar
en contacto con ellas, cómo respetarlas y mostrarles
gratitud. Sólo aquéllos que tienen una conciencia despierta tienen
acceso realmente al santuario."
"¡Cuántas
personas se aferran desesperadamente a su existencia terrenal! Ignoran que su
vida no se acabará con lo que se ha convenido en llamar muerte, y para tratar
de prolongar esta vida, algunos son capaces incluso de cometer crímenes.
El
espiritualista tiene otro concepto de las cosas. Ama la vida de la que descubre
cada día el sentido y la belleza, y al mismo tiempo esta vida con las
limitaciones, las obligaciones y los sufrimientos que le impone, le parece a
veces una carga. ¿Cómo no aspirar a esta otra vida que presiente más real que
su existencia terrenal? Y porque sabe también que ha descendido a la tierra
para hacer un trabajo en ella, reparar sus errores del pasado y perfeccionarse,
acepta la situación pensando que cuando haya terminado este trabajo, se irá a
vivir libre por el espacio. Ésta es la verdad que los espiritualistas conocen,
y por eso, aun sabiendo que la verdadera vida está en otra parte, están
convencidos de que tienen algo que hacer en la tierra. Mientras no hayan
terminado el trabajo por el que han venido, todo lo demás les es indiferente:
no se preguntan si prefieren vivir o morir, lo único que quieren es terminar su
trabajo. Y desde el momento en que éste ha terminado, se van en paz y
gozosos."
"Lo
magnífico de la ciencia de los sabios y de los Iniciados, es que ofrece unas perspectivas infinitas. Nunca llegaremos a la meta.
Sí, lo exaltante es esto: saber que siempre habrá algo por descubrir, algo por
realizar.
Algunos,
por el contrario, dicen: « ¡Es tan largo!... ¡tardan
tanto los resultados!... abandono...» Y escogen una meta que puedan alcanzar en
unos años. La alcanzan, en efecto, y están contentos porque han acabado
obteniendo lo que deseaban.
Pero,
¡cómo no se dan cuenta de que, de alguna manera,
ellos también están «acabados», porque se lanzaron en busca de algo acabado!
Sólo aquéllos que han comprendido que hay que buscar lo infinito, lo
ilimitado, lo que está más allá del tiempo y del espacio, seguirán
sintiéndose siempre vivos, porque la vida verdadera es la inmensidad, la
eternidad.
No
os refugiéis pues en aquello que es accesible,
limitado: abrazad lo infinito y vuestro gozo será
también infinito. Será la luz, la fuerza y la
plenitud de todo vuestro ser."
"Los
humanos, cuando nada les obliga a hacer esfuerzos, tienden a abandonarse. Les son necesarias las dificultades y las pruebas, para
reaccionar y movilizar sus energías con el fin de enderezar la situación. Una
vez lo han conseguido, se relajan y recaen de nuevo en la negligencia, en la
pereza.
No
es bueno ajustar el comportamiento a las variaciones del
mundo exterior. Sean cuales sean los acontecimientos, debéis continuar haciendo
esfuerzos, porque son ellos los que os mantienen vivos y sanos. ¿Mejoran las
condiciones, desaparecen las dificultades?... Mejor para vosotros, pero eso no
es razón para dejar de hacer esfuerzos físicos, afectivos, intelectuales.
Ésta
es la regla para los verdaderos espiritualistas. La
práctica espiritual se basa en unos métodos muy simples, pero su aplicación
requiere una gran perseverancia.
Para adquirir la luz, la paz, el amor, la
fuerza, cada día tenéis que hacer nuevos esfuerzos: alimentar
pensamientos, pronunciar palabras, hacer gestos...
Y entonces, la propia Madre naturaleza es la que os
dice: «Reconozco estos pensamientos, estas palabras, estos gestos: vibran
en armonía con lo más bello y más luminoso que hay en mí. Por eso te doy todas
mis bendiciones.»"
"El
hambre no es solamente una sensación que experimenta el cuerpo físico. Podemos
comer hasta la saciedad y estar aún hambrientos. ¿Por qué? Porque, aunque el
cuerpo físico esté ya satisfecho, el cuerpo astral continúa deseando. En
principio, existe una armonía entre ambos: normalmente, si el cuerpo físico ya
está satisfecho, el cuerpo astral también lo está. Pero puede producirse un
desequilibrio: entonces el cuerpo físico tendría aún necesidad de comida,
mientras que el cuerpo astral ya estaría saciado; o bien es el cuerpo físico el
que ya está harto, mientras que el cuerpo astral desearía aún seguir comiendo.
Se puede encontrar este mismo desequilibrio en el campo de la sexualidad.
Aunque su cuerpo físico está ya satisfecho, hay seres que continúan teniendo
hambre en el plano astral, y esto es terrible: su cuerpo físico ya no puede
más, pero su cuerpo astral que continúa deseando, reclamando, sin saciarse
nunca, les hace vivir los tormentos del infierno. Esta falta de correspondencia
entre los planos físico y astral, no sólo acaba destruyendo su salud porque
agotan su cuerpo físico, sino que este desequilibrio puede acabar extendiéndose
incluso al plano mental y desencadenar en ellos graves trastornos:
perversiones, locura."
"«Sentimos
que necesitamos ser guiados, dicen algunas personas, ¡pero hay tanta gente que trata de hacerse pasar por Maestros espirituales
y que no son más que charlatanes, desequilibrados!» Es verdad, pero si tenéis
miedo de extraviaros, de ser estafados por un guía vivo, nadie os impide que os
dirijáis a aquéllos que ya abandonaron la tierra hace mucho tiempo. Las obras
de todos los Iniciados y los Grandes Maestros de la Humanidad están a vuestra
disposición, los estantes de las bibliotecas están llenos de ellas y bajo
diferentes formas enseñan las mismas verdades. Así pues, esforzaos en
sintonizar vuestros pensamientos y vuestros sentimientos con los suyos: ninguna
fuerza natural o sobrenatural podrá impediros el encuentro. Nadie os reprochará
que no hayáis recorrido el mundo en busca de un Maestro vivo. Pero nada podrá
justificaros si os estancáis en la mediocridad y en el error con el pretexto de
que nunca habéis encontrado a alguien capaz de guiaros. Cuando somos sinceros,
cuando buscamos realmente la luz, la encontramos. El Cielo nunca ha dejado
extraviar a aquél que busca sinceramente progresar."
"La
única clarividencia que necesitamos realmente cada día es aquélla que une en
nosotros el intelecto con el corazón: comprender con el intelecto y, al mismo
tiempo, sentir con el corazón. Esto es lo que hace que veamos claro: la
sensibilidad unida a la comprensión. Cualquier otra forma de clarividencia
comporta peligros.
En
vez de consultar las cartas, el péndulo, los posos del café, la bola de
cristal, etc., muchos harían mejor abriendo sus ojos al mundo visible que les
presenta tantos indicios irrefutables. Y cuando tienen problemas que resolver,
que recuerden de que el Cielo les ha dado ojos para ver, oídos para oír, un
cerebro para reflexionar y sacar conclusiones... y un corazón para amar."
"Aunque la tierra esté muy poblada, ¡cuántas de las angustias sentidas por los humanos provienen de que tienen la impresión de haber sido lanzados al mundo como a un desierto en el que se encuentran solos, perdidos, sin nadie que pueda responder a sus preguntas y a sus peticiones! Pues no, no están solos, y se darán cuenta de ello el día que tomen conciencia de que forman parte de un todo, que este todo está vivo, y que, puesto que está vivo, pueden hacer sin cesar intercambios con él: si hablan, siempre hay en alguna parte, criaturas que les oyen y que les responden. Recibimos respuestas por todo lo que hacemos, decimos o pedimos: de confirmación o de negación, de aprobación o de condena. El mundo invisible está continuamente presente, ahí, a nuestro alrededor. Nos mira, nos escucha, y siempre nos da respuestas. Su lenguaje, muy diferente al nuestro, no es fácil de comprender. Pero nos responde indirectamente, sea a través de un ser humano, de un animal, o de un fenómeno de la naturaleza. Ellos no saben, sin duda, que son portadores de un mensaje, y que somos nosotros quienes debemos interpretarlo."
"Alguien
vuelve por la noche a su casa quejándose de que está agotado porque ha tenido una jornada penosa: dificultades en el
trabajo, una discusión que terminó mal, etc. Le aconsejarán, pues, que se vaya
a descansar, ¿pero cómo debe hacerlo?...Ignorando que lo primero que debe hacer
es olvidar lo que le ha contrariado, se tiende en la cama y ahí dará vueltas de
un lado a otro, rumiando su irritación, su desánimo... Y así, aunque esté una
hora tendido en la cama, no sólo no descansará sino que se sentirá aún más
cansado porque no habrá cesado de acordarse de aquello que, justamente, debió
olvidar. ¿Queréis descansar verdaderamente? Empezad por actuar sobre vuestro
sistema nervioso. Por unos momentos, olvidaos de todo para dar a las fuerzas
que os habitan la posibilidad de rehacerse. Para volver a circular
armoniosamente en vuestro organismo, el flujo nervioso necesita que os pongáis
en un estado de paz, de armonía, de silencio interior. Y entonces, sí, la
fatiga os abandona."
"Se dice en los Evangelios: «Pedid y se os dará. Buscad y encontraréis. Llamad y se os abrirá.» Pero tenemos que haber creado las condiciones para ser escuchados. No nos darán, no encontraremos y no nos abrirán, si no hemos trabajado previamente. La mejor forma de pedir, de buscar y de llamar, es empezar por trabajar. Y hasta puedo añadir que, si ponemos el trabajo espiritual en primer lugar, llegará un día en que ya no tendremos necesidad de pedir, de buscar o de llamar. El Cielo, que vela por nosotros, y que sabe lo que nos falta, nos lo dará, aunque no reclamemos nada. Ya no tendremos necesidad de buscar porque, al trabajar para purificar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos, descubriremos la verdad. Finalmente, tampoco tendremos necesidad de llamar: puesto que queremos vivir la vida de Cristo, las puertas se abrirán ante nosotros y seremos libres. Sí, estos son los nuevos Evangelios. "
"Existen personas dotadas de facultades mediúmnicas: captan mensajes en el invisible, imágenes, corrientes de fuerzas. Muchos envidian este don, sin sospechar los riesgos que comporta si estas personas se contentan con transmitir lo que ellas han recibido sin preguntarse sobre la naturaleza de lo que han captado. ¿Son o no verídicos estos mensajes? ¿Vienen del mundo de la luz o del de las tinieblas?... Éstas son las preguntas que habría que plantearse. El que posee facultades mediúmnicas debe, más que nadie, hacer un verdadero trabajo con el pensamiento. Sólo así, estas facultades llamadas extrasensoriales, serán útiles para él mismo y para los demás. Hasta que no haya hecho este trabajo, no será otra cosa que una especie de tubo que deja pasar indiscriminadamente agua limpia y agua sucia. Pero el día en que llegue a ser un médium consciente, será como la rama de un árbol que sabe transformar la savia que recibe para formar hojas, flores y frutos."
"«No
podéis servir a Dios y a Mammon», dice Jesús en los Evangelios. Lo que
significa que no podemos satisfacer a la vez las exigencias de la tierra y las
del Cielo.
Para
ser reconocidos por nuestros amigos celestiales, debemos renunciar, a menudo, a
ser reconocidos por los humanos, es verdad, pero ¿qué importancia tiene eso?...
¿Cuántos años durará lo que ganáis con los humanos? Aunque os aprueben, os
alaben, aunque seáis reconocidos por millones de personas, pronto todos
abandonarán la tierra, y vosotros también y, entonces, ¿cómo os sentiréis
cuando lleguéis al otro mundo?¿Y cómo vais a sentiros ya, en esta vida, si sois
privados de la benevolencia y del amor de las entidades luminosas? Si os ponéis
al servicio del Cielo, no esperéis que los humanos vengan a manifestaros su estima
y su reconocimiento: ni siquiera saben lo que sucede en vosotros. Contentaos
con trabajar. Cuando sintáis que este trabajo os llena de una vida nueva,
¿creéis que tendréis necesidad de que los demás vengan a aplaudiros y a
felicitaros?"
"A
medida que pasan los años, la mayoría de los humanos pierden el gusto por las
cosas: respiran, comen, beben, caminan, ven, oyen, sin que su conciencia
participe demasiado en estas actividades: se diría que sus sentidos se han
embotado. Pero, cuando alguien cae gravemente enfermo, ¿qué sucede? Durante
meses se ve obligado a vivir en la inmovilidad y el aislamiento de una
habitación en donde lleva una existencia vegetativa. Después, por fin, un día
entra en la convalecencia, y entonces, de repente, el alimento, el aire, le
parecen deliciosos. ¡Y qué alegría poder caminar de nuevo libremente, salir a
contemplar el cielo, el sol y toda la naturaleza en primavera, escuchar el
viento y el canto de los pájaros! Éste es el lado bueno de ciertas enfermedades.
Pero ¿es razonable esperar a tener un accidente o a caer gravemente enfermo
para recuperar el gusto por las cosas?"
"El
hecho de nacer en una cierta época, en tal país, en tal familia, de tener una
cierta constitución física, de estar provistos o privados de ciertas cualidades
-lo que viene determinado por las encarnaciones anteriores – fija ya desde el
principio las oportunidades y los éxitos de los individuos. Una sociedad puede
trabajar siempre para promover la igualdad, y es muy deseable que lo haga, pero
las desigualdades subsistirán. El único medio de remediar estas desigualdades,
es la conciencia del vínculo fraternal que une a todos los humanos entre sí. La
verdadera igualdad es irrealizable y, tanto en la sociedad como en las
familias, la desigualdad deberá ser siempre compensada por la
fraternidad."
"Los
órganos genitales no sólo permiten a los humanos asegurar la perpetuidad de la
especie, sino que les dan también la posibilidad de participar de la vida
divina. Pero el cristianismo nunca ha querido o sabido, verdaderamente, hablar
correctamente sobre este tema. En primer lugar, ha separado a Jesús de la
condición humana, declarando que había nacido de una virgen por obra del
Espíritu Santo. Toda la cuestión tan esencial del amor y de la sexualidad queda
oscurecida con ello, y entonces la palabra «pureza» en sí misma, sólo puede ser
comprendida de una manera muy limitada. ¿Cómo no ver que la pureza, tal como ha
sido presentada a los cristianos, no es más que una enemiga de la vida? Pero la
vida se defiende. Y si nuestros esfuerzos van encaminados a reprimir la energía
sexual, en vez de comprender por qué y cómo hay que canalizarla para llegar a
obtener las más grandes realizaciones espirituales, se producen, un día, unos
fenómenos análogos a la ruptura de una presa. No hay que extrañarse, pues, si
esta «ruptura» conlleva toda clase de desbordamientos y empuja a hombres y a
mujeres a cometer actos insensatos, criminales."
"¿Quién
no quisiera vivir en el Paraíso? Preguntadlo a vuestro alrededor, todos os
responderán: «¿Vivir en el Paraíso? ¡Sí, claro!» Pero lo que no saben es que
hay que cumplir ciertas condiciones: no se puede vivir en las regiones
superiores si no se han preparado para ello. Porque, si no, aun admitiendo que
sean aceptados tal como son, tras haber pasado unos minutos allí arriba,
querrán volver a bajar, diciendo: «¡Esto es insoportable, aquí no hay
cigarrillos, ni bares, ni cabarets! Y yo tengo ganas de fumar, de beber, de
besar a chicas bonitas. No puedo seguir aquí.» Para poder vivir en las
regiones sublimes, hay que desembarazarse de las necesidades groseras, por eso
no todo el mundo está preparado. Aunque les instalasen a la fuerza en el Cielo,
muchos se las arreglarían para volver a bajar lo más rápidamente posible. Pero
no toméis como pretexto lo que os digo para no tratar de adaptaros a la vida
divina. Si os dedicáis cada día a purificar vuestros deseos, a meditar, a dar
trabajo a ciertas células de vuestro cerebro, podréis ir muy lejos, hasta
instalaros en las regiones celestiales."
"El
que entra en un conservatorio para empezar el estudio del canto, o de un
instrumento de música, no se imagina que unos meses después será capaz de
cantar en la Ópera o de dar conciertos. Pero entonces, ¿por qué, desde los
primeros pasos que dan en una escuela iniciática, algunas personas se imaginan
que hablarán con los arcángeles, que gobernarán las fuerzas de la naturaleza,
curarán enfermos, viajarán por el espacio, etc.?
Sobre
este tema reina una gran confusión en la cabeza de muchos espiritualistas. Las
palabras «iniciación», «escuela iniciática», les hace pensar, la mayoría de las
veces, que van a recibir una enseñanza que les dará rápidamente facultades y
poderes sobrenaturales. No, la enseñanza que recibirán les pedirá, en primer
lugar, que emprendan un trabajo sobre sí mismos para llegar a disciplinar su
cuerpo físico, sus sentimientos, sus pensamientos, y este trabajo exige que
acepten modestamente hacer cada día pequeños esfuerzos. Son estos pequeños
esfuerzos cotidianos los que van a llevarles muy lejos, pero deben empezar por
trabajar sin esperar inmediatamente grandes resultados."
"Ciertamente, no encontraremos en la historia de los hombres, periodos en los que no haya habido guerras. Y, sin embargo, no se puede negar que los hombres desean la paz y, en cuanto estalla una guerra, ¡cuántos creyentes se vuelven hacia el Señor, pidiéndole que termine! Está muy bien, pero ¿conmueven estas oraciones al Señor? Eso ya es otra cuestión. No hay que pedirle a Él que detenga las guerras que los humanos han desencadenado, son los propios humanos quienes deben encontrar los medios para dejar de combatirse. Que recen, de acuerdo, ¡pero harían mejor en rezar para que las terribles experiencias que han vivido les sirviesen de lecciones! Si los humanos no aprenden la sabiduría, ¡que no cuenten con Dios para detener sus locuras! Suplican: «¡Señor, danos la paz!», imaginándose que Él está impaciente por ver terminar la guerra. En absoluto, Dios es muy paciente, y les responde: «Aprended a discernir todo aquello que en vosotros es un factor de conflictos. El día en que cada uno haya comprendido los esfuerzos que debe hacer para ser más razonable, más honesto, más generoso, la paz, por fin, vendrá. Pero eso depende de vosotros, no de mí.»"
"Cuando os dirigís al Cielo para que os ayude, para que os sostenga, es como si le pidieseis que os abra un crédito. Pero el Cielo sólo da crédito a aquéllos que se lo merecen. Cuando ve a un ser que está haciendo esfuerzos sinceros y desinteresados, a un ser que emplea su tiempo y sus energías para servirle y para servir a los demás, no puede negarle su crédito y vierte sobre él sus bendiciones. Mientras que aquél que se sirve de los dones que ha recibido del Cielo únicamente para su provecho, o incluso para hacer el mal, ve cómo le cortan el crédito: el Cielo ya no le da nada. Todas las tradiciones espiritualistas insisten en este punto: los humanos deben hacer un buen uso de los dones, de las cualidades, de las riquezas que han recibido, porque, si no, ya no recibirán nada del Cielo, e incluso, tarde o temprano, les será retirado lo que tienen. Y poco importa si han sido personajes brillantes en otra vida, o incluso en ésta: van a encontrarse pobres y desnudos."
"Se relata en los Hechos de los
apóstoles que un cierto Simón, llamado el Mago, maravillado de ver cómo los
apóstoles Pedro y Juan hacían descender el Espíritu santo sobre aquéllos a
quienes imponían las manos, les propuso dinero a cambio de ese poder. Y Pedro,
indignado, se negó diciendo: «Tu dinero perezca contigo, porque has osado
adquirir el don de Dios con dinero.» Aquél que quiere conseguir los
poderes del espíritu, debe saber que no se obtienen con dinero, sino gracias a
un trabajo sobre sí mismo, de esfuerzos y de sacrificios. En
cuanto a aquél que ha conseguido adquirir estos poderes del espíritu, no debe
intentar venderlos ni servirse de ellos para obtener beneficios materiales.
El episodio de los Evangelios donde Jesús
responde al diablo que vino a tentarle en el desierto, es el mejor ejemplo.
Después de haber ayunado cuarenta días, Jesús sintió hambre, entonces el diablo
le sugirió que convirtiera las piedras en pan; después, que se tirara desde lo
alto del Templo porque los ángeles le protegerían; por último, le prometió
darle todos los reinos de la tierra si se postraba ante él. Pero Jesús no quiso
escuchar estas proposiciones y le ordenó que se marchara."
"Actualmente que a todas horas del
día y de la noche llegan noticias catastróficas de todo el mundo, es verdad que
podemos tener continuamente motivos para estar tristes. Pero, ¿de qué sirve
esta tristeza? No ayudará a nadie. Es mejor utilizarla como un estimulante para
hallar los medios que permitan convertirla en útil. Y, para encontrar la
manera de que sea útil, cada uno de nosotros debería comenzar a deshacerse de
sus preocupaciones personales en las que se cierra como en una cárcel. El
estado natural del ser humano debe ser de alegría, una alegría en la que es, en
realidad, más serio y más profundo que aquéllos que muestran continuamente
sobre su rostro la marca de sus preocupaciones, por muy legítimas que sean.
Porque para llegar a esta alegría, es necesario haber aprendido y comprendido
que, más allá de los desórdenes y de las tribulaciones de la tierra,
existe en nosotros una región donde reina la luz, el
amor y la libertad. Y es
permaneciendo en contacto con esta región cuando seremos útiles a los demás.
"Aquél que decide trabajar para el bien
de toda la humanidad nunca debe preguntarse si triunfará o fracasará, porque
haciéndose esta pregunta, introduce una duda en él y le frena en su impulso.
Debe trabajar, eso es todo. La historia nos enseña que no podemos valorar a los
seres teniendo como único criterio sus éxitos o sus fracasos. Los que han
triunfado no son necesariamente los más grandes, ni aquellos que han
fracasado, los menos elevados. Cada criatura viene a la tierra con
una determinada misión y, a menudo, los encargados de las misiones más grandes
están predestinados a fracasar, al menos en apariencia. Pero han preparado el
terreno – y esto es lo más difícil – para que otros triunfen. Así pues, que
aquellos que triunfen no olviden que deben sus éxitos a los esfuerzos y a los
sacrificios de quienes les han precedido. "
"Cuando llega la primavera, podemos
empezar a alimentarnos con los rayos del sol naciente, porque la luz es el
mejor de los alimentos. Y el aire puro, la tierra que despierta, los árboles de
los alrededores, también nos alimentan si sabemos… ¡cómo
cocinarlos! Sí, cocinarlos. Mediante nuestro pensamiento y nuestro amor, podemos hacer de todos estos elementos platos deliciosos. La vida espiritual es una nutrición. Es el arte de transformar todo lo que recibimos del exterior en sabiduría, bondad, poder y paz. Contribuimos a esta transformación centrando, primero, toda nuestra atención en la salida del sol. Al volver después a nuestras actividades cotidianas, nos sentimos cada vez más saciados, más fuertes y más ricos. Sí, más ricos, porque esta luz del sol que hemos recibido es oro, oro etéreo, y este oro vale más que todos los lingotes amontonados en los bancos.
cocinarlos! Sí, cocinarlos. Mediante nuestro pensamiento y nuestro amor, podemos hacer de todos estos elementos platos deliciosos. La vida espiritual es una nutrición. Es el arte de transformar todo lo que recibimos del exterior en sabiduría, bondad, poder y paz. Contribuimos a esta transformación centrando, primero, toda nuestra atención en la salida del sol. Al volver después a nuestras actividades cotidianas, nos sentimos cada vez más saciados, más fuertes y más ricos. Sí, más ricos, porque esta luz del sol que hemos recibido es oro, oro etéreo, y este oro vale más que todos los lingotes amontonados en los bancos.
"Dar y recibir. No se puede dar si no
se ha recibido; y cuando se ha recibido, hay que ser capaz de dar. Toda la vida
está basada sobre esta clase de movimiento perpetuo: el acto de recibir
engendra naturalmente el de dar; y mientras se da, no hay que dejar de recibir
para poder continuar dando. ¡Hay tantas cosas que decir sobre el significado y
la importancia de estas dos palabras, recibir y dar! ¿De quién recibir, de
quién dar?... ¿A quién dar y cómo dar? Es necesario aprender a recibir del
Cielo y dar a la tierra. Ello supone saber adaptarse inmediatamente a las
circunstancias y cambiar de polaridad. Esta cualidad puede denominarse
flexibilidad. Para ser flexible es necesario permanecer siempre vigilante,
atento, con el fin de atraer solamente las corrientes que descienden del Cielo
hacia la tierra y convertirse en conductor de las mismas. Todos nuestros
órganos, todas nuestras células deben impregnarse de la importancia de esta
misión, recibir y dar."
"Nosotros aportamos una enseñanza que
puede ser aplicada por todos. Incluso fundada en verdades sublimes que
sobrepasan el raciocinio de la mayoría de los humanos, los métodos que da,
fáciles de aplicar, son para todos. Y aquellos que juzgan estos métodos como
simplistas y solamente buenos para niños, demuestran que no saben ni observar
ni reflexionar para obtener conclusiones. Os duele un diente, y debido a
este diente ya no podéis ni comer, ni dormir ni concentraros en vuestro
trabajo, como si todo vuestro cuerpo hubiera sido alcanzado por este daño. Y
sin embargo, ¡la causa de vuestro malestar es sólo un diente! ¿Podéis negar las
consecuencias de algo tan pequeño? Aceptad pues la idea de que métodos muy
sencillos pueden tener grandes consecuencias. Haced, por ejemplo, este
ejercicio: concentraos en vuestro plexo solar, o en vuestro corazón, o en
vuestra garganta, enviándoles toda la luz y el calor del que seáis capaces:
poco a poco sentiréis cómo todo vuestro organismo comienza a beneficiarse. Es
inútil que os dediquéis a realizar prácticas complicadas para encontrar aquello
que necesitáis. Más importante que lo que hacéis, es la atención que
prestáis al hacerlo, es vuestra convicción lo que da resultados."
"Los niños indisciplinados que hacen
muchas tonterías no se convertirán necesariamente en delincuentes. Tienen mucha
energía que no saben todavía cómo dominar, y en lugar de inquietarse por ello,
los padres deben encontrar para ellos actividades que les permitan canalizar y
orientar mejor estas energías. Incluso aunque sea más descansado, los padres no
deben desear tener niños tan quietos y obedientes que estén siempre de acuerdo
con ellos, ya que esta tranquilidad y esta obediencia es, a menudo, una muestra
de pasividad, y estos niños que más adelante no harán nada malo, tal vez
tampoco harán nada bueno. Incluso se han dado casos en los que niños y
adolescentes totalmente pasivos, se convierten después en criminales
peligrosos.
No hay que humillar a los niños,
simplemente vigilarlos, corregirles si es necesario, y sobretodo mostrarles que
pueden hacerlo siempre mejor, que son capaces de hacerlo mejor. Para mejorar,
los niños necesitan que una persona por lo menos les manifieste su
confianza".
"Aunque cada uno de vosotros seáis un
individuo distinto, esto no significa que estéis separados de los demás.
Incluso si no los veis, incluso si no los sentís, en algún lugar de los planos
sutiles estáis unidos a los demás y, de la manera que sea, todo lo que hacéis
les afecta.
En la medida en que estáis más atentos,
más inspirados, incluso sin saberlo, y sabiéndolo también, les comunicáis
algunas riquezas e inspiraciones que habéis recibido. Y del mismo modo, si
empezáis a ensombreceros, sufren a causa de vuestras influencias malsanas.
Hagáis lo que hagáis, sois responsables.
Porque el director, gerente de una empresa, ministro o jefe de Estado, se dice
que es alguien que tiene grandes responsabilidades. Es verdad, pero en realidad
todos los humanos son también responsables los unos con respeto a los otros.
Desgraciadamente, la mayoría no lo saben, y esta ignorancia es la causa de
muchos sufrimientos. Así pues, si queréis manifestaros como un ser útil y
benéfico, intentad tomar cada una de vuestras actividades como una oportunidad
para elevaros espiritualmente, porque aunque sea imperceptible, arrastráis a
otros seres con vosotros.
Sean cuales sean las razones que empujan a
un hombre o a una mujer a desesperarse hasta el punto de poner fin a sus días,
puede decirse que la verdadera explicación es ésta: esta criatura no sabe que
el Creador ha colocado en ella posibilidades inauditas para
poder triunfar bajo cualquier condición de la vida, posibilidades para poder
comunicarse con los seres del mundo invisible, posibilidades de crear con el
pensamiento y lanzar estas creaciones a través del espacio. Incluso en la mayor
soledad y en la mayor pobreza, podéis no sentiros solos ni pobres, sino
visitados, rodeados y colmados, porque interiormente estáis habitados por un
mundo extraordinariamente bello y lleno de sentido.
Los desesperados no tienen ninguna idea de
los recursos, de las fuerzas que Dios ha depositado en ellos, piensan que la
única salida para ellos es el suicidio. Pero ¿qué significa esto? ¿Acaso son
seres tan excepcionales que no pueden soportar la fealdad del mundo? …
No, desde el punto de vista de la
Inteligencia cósmica, que ha dotado al ser humano de medios para afrontar todas
las pruebas, son ignorantes y débiles. "
"Aquel que tiene mucho amor en su
corazón se siente feliz con todo el mundo. Sí, descubre en todos los seres
cualidades, riquezas, y es sólo en él en quién constata lagunas. Sin embargo,
generalmente sucede más bien lo contrario. En lugar de decirse: «Si los demás
me resultan tan difíciles de soportar, es por falta de amor… y también de
sabiduría», va pregonando por todas partes lo que éste o aquel ha dicho o ha
hecho estúpidamente o con maldad. Pero ¿qué cree ganar actuando de esta forma?
En el momento en que alguien empieza a crisparos, es más útil de buscar en él
lo que os permitiría apreciarle.
Diréis que esto que os pido es
verdaderamente difícil. Evidentemente, así es, es difícil, pero ¿a dónde creéis
que llegaréis buscando sólo lo que es fácil? El único modo de dominar las
dificultades, no es el de quedarse cavilando, sino el de comprender todo lo que
ganaréis buscando vivir fraternalmente los unos con los otros."
"Actualmente, es maravilloso, podéis
encontrar Iniciados por todas partes, ¡incluso en los cabarets y en los lugares
de placer! ¿Y cómo podéis reconocerlos? ¡Oh!, es bien fácil, son ellos mismos
quienes os dicen: «Yo soy un Iniciado.»
Algunos añadirán incluso que han
conseguido el séptimo, el octavo o el décimo grado de la Iniciación, y los
ingenuos, los ciegos, se alegran: han encontrado a un Iniciado que, en pocos
días, les iniciará también a ellos, ¡qué bendición!
En el pasado, los Iniciados sólo eran
conocidos por aquellos que los buscaban sinceramente y sabían discernirlos.
Nunca decían que eran Iniciados, permanecían en el secreto, en la oscuridad,
escondidos. Como el Ermitaño de la novena carta del Tarot, ese anciano que
sostiene en una mano una lámpara que guarda entre los pliegues de su gran abrigo
para que no sea vista. He aquí la imagen del verdadero Iniciado."
"Por todo lo que la naturaleza nos da
en abundancia, sus riquezas, su belleza, también nosotros debemos dar algo a
cambio. ¿Os extraña que no sea gratuito?... Sí, es gratuito, ¡pero también
vosotros debéis dar gratuitamente! ¿Cómo? Utilizando todas las facultades que
poseéis para andar consciente-mente por el camino de la luz y del sacrificio.
Así es como seréis contratados para el servicio divino, y Dios os compensará
dándoos la inteligencia, la bondad, la belleza, etc. He aquí con qué «dinero»
podéis «pagar» todo lo que tomáis de la naturaleza.
Aquel que no está contratado para la
administración celestial no recibe nada, está pues desprovisto, no tiene dinero
para pagar lo que toma. Come, bebe, respira, se pasea, se dedica a sus
quehaceres, pero más tarde o más temprano, los acreedores, las fuerzas de la
naturaleza vienen a despojarlo: de buen grado o a la fuerza, deberá
pagar."
"Al final de un año escolar, la
mayoría de los educadores y los profesores se quejan de estar agotados.
Ocuparse de los niños es evidentemente cansado, pero si sólo se considera esta
profesión como medio de vida, se sienten sobre todo los inconvenientes. Los
niños son a menudo difíciles, por supuesto, pero desde el momento que se ha
escogido la carrera de educador, se está obligado a velar atentamente sobre
ellos, a amarlos, a pensar en su porvenir. Y como los niños son sensibles a la
atención que se les dispensa, tras algún tiempo, tienen otra actitud.
Y esto no es solamente una verdad para los
educadores, sino también para los padres. Sí, que seáis educador ó padre,
debéis tener una buena actitud con los niños para no sentiros abrumados o
frustrados. Si queréis, no penséis incluso en ellos, pensad en vosotros:
intentad estar más tranquilos, más atentos, ser más pacientes, tener más amor y
ahorraréis de esta forma muchas energías."
"No se sabe hasta qué punto los
adolescentes de nuestra época son víctimas de la cultura en la que están
inmersos, de las películas que ven, los libros y los periódicos que leen, las
conversaciones, los discursos, y sobre todo, de la música que escuchan. Se
forman, se esculpen, se impregnan de teorías insensatas y peligrosas de
escritores, pensadores, cineastas, músicos que no tienen conciencia alguna de
su responsabilidad.
Estas personas son adultos y nunca han
reflexionado hasta qué punto la palabra, la escritura, el sonido o la imagen
son poderosos y pueden alterar, desequilibrar al público, y sobre todo a la
juventud que es tanto más vulnerable.
Si la juventud actual se rebela, o si se
deja llevar por toda clase de excesos y de prácticas peligrosas para su salud y
su equilibrio psíquico, es culpa de los adultos. En lugar de reflexionar en los
mejores métodos para educarla, guiarla, vuelcan en ella todas sus
elucubraciones. Y después se sorprenden por su comportamiento. No deberían
sorprenderse. Si son honestos, solamente les queda una cosa por hacer: verse en
los jóvenes como en un espejo y decirse: «somos nosotros que hemos hecho de
estos niños lo que son»… aceptar la lección, y corregir su orientación. "
"¡Cuántos problemas pueden
solucionarse gracias a métodos muy sencillos! Y estos métodos tan sencillos son
generalmente los que dan los sabios. Pero ¿quién los toma en serio? Son
evidentemente demasiado sencillos, y los humanos sólo creen en soluciones
complicadas. Si, para liberarse de sus tormentos, un sabio, un Iniciado les dice:
«Cerrad los ojos… calmaros…respirad… enviad vuestro amor a toda la humanidad, a
toda la naturaleza, poneros en armonía con el universo…» no lo escuchan. En
lugar de poner en práctica estos métodos para comprobar su veracidad, se van a
buscar presuntos magos para que les den fórmulas cabalísticas, les preparen
talismanes, o les revelen algunos secretos heredados de los Tibetanos ò de los
Aztecas. Pero puede suceder que estos talismanes y estos secretos no tengan
ninguna eficacia o incluso les sean perjudiciales. Para obtener grandes
resultados y adquirir grandes riquezas espirituales, hay que considerar los
métodos y las reglas insignificantes en apariencia. Sí, insignificantes en
apariencia, pero las más eficaces en realidad, porque ellas están fundamentadas
sobre un conocimiento exacto del ser humano."
"En el mundo invisible, los Maestros
espirituales forman una gran fraternidad, trabajan en perfecto acuerdo. Cada
uno es feliz de ver que amáis y admiráis a otros Maestros, los celos les son
totalmente extraños. Permanecer fiel a su Maestro, no significa que se rehúya
el hecho de encontrar otros Maestros y de instruirse con ellos. Incluso, si se
comunica con el espíritu de otros grandes seres, el discípulo permanece unido a
su Maestro, lo guarda preciosamente en él como una lámpara encendida.
También han existido grandes seres que ni
siquiera han dejado rastro de su paso por la tierra. Lejos del ruido y de ser
vistos, han realizado mediante el pensamiento, un inmenso trabajo en regiones a
las que los humanos no tienen acceso alguno. Les debemos mucho, porque es
gracias a este trabajo continuado pacientemente, en el silencio y en secreto,
que la humanidad continua progresando. Debemos admirar a estos seres y
reservarles un lugar destacado en nuestro corazón y en nuestra alma.
"Cuando se trata de hacer feliz a un
pueblo, evidentemente la responsabilidad de los dirigentes es grande. Pero el
pueblo también tiene algo que hacer para atraer a dirigentes que impongan la
justicia, la prosperidad, la paz. Es la lección contenida en este cuento.
Había una vez un reino en el que sólo
sucedían desgracias: hambrunas, epidemias, disturbios… El rey, inquieto, no
sabiendo qué hacer para remediar estas calamidades que amenazaban también su
poder, hizo venir a un sabio. El sabio le dijo esto: «Majestad, tu eres la
causa de esta situación: vives en la desidia, en el libertinaje, eres a menudo
duro, injusto, cruel y he aquí el por qué no cesan de producirse catástrofes
sobre tu pueblo.»
A continuación, el sabio se presentó ante
el pueblo y les dijo: «Si sufrís, es porque lo habéis merecido. ¿Acaso vosotros
mismos vivís de forma razonable? ¿Acaso sois honestos, justos, pacientes los
unos con los otros? No, y es por ello que habéis atraído a un monarca semejante
a vosotros.» He aquí cómo los sabios explican las cosas.
Cuando un pueblo entero decide vivir en la
luz, el Cielo le envía dirigentes nobles y honestos que sólo le aportan
bendiciones. Si un pueblo está gobernado por personas incapaces de tomar buenas
decisiones, debe saber que él es el principal responsable de ello. "
"¿Por qué tantas personas desean
convertirse en clarividentes?
¡Cómo si «ver» fuera la cima de la vida
espiritual! Ganar dinero, las quiebras, las futuras bodas, los divorcios, los
enemigos, los amigos, las enfermedades, etc., pero, ¿cuál es el interés de ver
siempre estas mismas tragedias… o estas mismas comedias? ¿Acaso no vemos
suficientes cosas de este tipo con los ojos físicos? ¡Cuántas veces, en la vida
corriente, estamos cansados, hastiados de todo lo que vemos! Entonces, ¿por qué
querer ver mucho más para acabar siendo aplastados, enfermos? ¿Es esto
inteligente?
Ver… ver… pero ¿ver qué? Ésta es la
cuestión. Que todos estos candidatos a la clarividencia se digan que,
contrariamente a lo que imaginan, esta facultad les impedirá evolucionar, sobre
todo si intentan adquirirla antes de haber desarrollado las cualidades que les
permitirán hacer algo útil con lo que vean.
No basta con ver, hay que ser capaz de
alcanzar y de comprenderlo que se descubre en los planos sutiles, pero también
afrontar y soportar las visiones del infierno.
"El mundo físico está hecho de tal
forma que, con el tiempo, acaba recibiéndolo todo, algunas cenizas o algunas
suciedades.
Una casa, aunque sea la más bella, es
invadida poco a poco por el polvo y las telarañas si descuidamos limpiarla
regularmente.
Sucede lo mismo para esta casa que también
somos nosotros: nuestro cuerpo físico, primero, que tiene necesidad de ser
limpiado, lavado afín de que el polvo y las telarañas de toda clase no se
opongan al trabajo de las entidades superiores que vienen a traernos la vida
del mundo divino.
Pero preocuparse del mantenimiento del
cuerpo físico no basta. Cada día debemos también preocuparnos de estas otras
moradas que son nuestros Cuerpos Astral y Mental. Y ocuparse significa
purificar nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, liberarlos de todos
los elementos de egoísmo, de agresividad, etc. que contienen, con el fin de que
podamos vibrar en armonía con las regiones celestiales. "
"Para el buen desarrollo de los
humanos, los éxitos no siempre son deseables. Evidentemente, si alguien es
débil e insignificante, es mejor que no encuentre grandes obstáculos en su
camino porque en caso de fracaso, ya no se levantará.
Si es fuerte, los fracasos le reforzarán
aún más; la adversidad, los enemigos, le darán energías como si fueran para él
un alimento, y un día se volverá invencible.
Desgraciadamente, no hay demasiada gente
que prosiga valientemente su camino a pesar de los obstáculos y las
adversidades: la mayoría pronto se desalientan, se aniquilan.
Para obtener fuerzas en la adversidad, es
necesario poseer ya una gran riqueza interior.
Incluso, en algunas ocasiones, es el Cielo
quien envía pruebas a algunos porque conoce su naturaleza: sabe que para llegar
a la cima, es necesario que superen grandes dificultades. Mientras que a otros
los cuida porque si no todo se acabaría rápidamente para ellos. El Cielo actúa
pues de forma diferente en función de los seres. Es por ello que es difícil
pronunciarse sobre el destino de los humanos: a menudo, sus pruebas parecen
como trabas impuestas por el Cielo, mientras que son, por el contrario, buenas
condiciones que se les da para que consigan elevarse hasta la cima. "
"Dar, he ahí un pensamiento que no
debe nunca abandonaros. Sí, habituaros a dar, y a dar lo mejor de vosotros.
Evidentemente, esto no es una filosofía muy extendida entre los humanos: por
todas partes sólo se piensa en tomar, y los seres sólo interesan en la medida
en que se puede obtener de ellos alguna cosa. Incluso cuando van a una Escuela
iniciática, algunos sólo desean tomar. Pero al cabo de cierto tiempo, como no
hay tantas cosas de las que puedan adueñarse, excepto verdades que no les
interesan, se aburren y se van.
Así pues, he ahí cómo, a partir de ahora,
debéis ver las cosas: pensad que hay en vosotros una tierra magnífica, un
jardín en el cual cultiváis toda clase de flores y de frutos, y que aportáis al
mundo entero productos de este jardín, A consecuencia de ese deseo de hacer
algo por los demás, se abrirán puertas ante vosotros, todo os parecerá nuevo,
haréis sin cesar nuevos descubrimientos. Es cuando queréis dar, aportar alguna
cosa a los demás, que la vida empieza a fluir en vosotros. "
"¿Por qué hay tantos hombres y
mujeres que se imaginan que es fácil convertirse en guías espirituales?. Ahí
están, se dedican a instruir a los demás antes de poseer ellos mismos la luz.
Si pudieran estudiarse y analizarse un poco, algo les pararía. Pero no, han
leído algunos libros, están maravillados por los grandes Maestros de la India,
del Tíbet o de otras partes, y les gustaría parecerse a ellos…
Por supuesto, aquí no hay nada
reprensible, pero deben saber lo difícil que resulta conducir a los humanos por
el camino de la luz y que es preciso ser prudente. Si no, ¿Qué va a suceder?.
Todas sus imperfecciones y sus lagunas en
las que nunca han pensado poner remedio, se reflejarán en todo lo que hagan. Y
es de esta forma que, a menudo, en lugar de ayudar a sus «discípulos», a
escalar los escarpados caminos que conducen hacia las alturas sublimes, no
solamente los extravían por caminos llenos de trampas, sino que ellos mismos
son arrastrados con sus «discípulos» hacia los precipicios."
"Después de haber
hecho ciertas experiencias sexuales, muchos chicos y chicas se sienten
decepcionados y se lamentan. ¡Cuántas confidencias he oído a este respecto!
Hasta entonces se sentían ligeros, felices, mientras que ahora se ha
introducido en ellos algo pesado, y se sienten mal, avergonzados incluso. Su
mirada ya no tiene la misma claridad y dicen: «No sabía que esto fuese así...
Si lo hubiera sabido...»
La mayoría de los
adolescentes no sospechan lo que les espera cuando se lanzan prematuramente y a
la ligera, a hacer ciertas experiencias. Además, en esos momentos no les interesa
saberlo: tienen curiosidad por hacer estas experiencias porque otros las han
hecho y creen que les proporcionarán placer – lo que ni siquiera es siempre el
caso. – Y después, descubren también que el placer no es necesariamente la
felicidad y no saben por qué experimentan una insatisfacción, el sentimiento de
haber perdido algo muy valioso.
Cuando comprenden que
se han equivocado, esta comprensión ya no les sirve de gran cosa, porque llega
demasiado tarde. Entonces, ¿quiénes pueden prevenirles?... y acaso ¿van a
escucharles?... ¿Y si los adolescentes obtuvieran de esta experiencia
decepcionante, una lección para el futuro?"
"Aquél que
consigue descargar sobre los demás las tareas que debería llevar a cabo él
mismo, gana aparentemente algo, pero pierde mucho más. En todos aquellos casos
que hubiera tenido que hacer esfuerzos él mismo, si no los hace, física o
psíquicamente, se irá imposibilitando poco a poco. Y cada vez se sentirá más
vulnerable: cuando no ejercitamos nuestras facultades, las perdemos.
Mientras que aquél que
adopta la filosofía del esfuerzo, aprende a dominar su voluntad y se fortalece.
Cada día descubre dentro de sí unas posibilidades que no tenía conciencia de
poseer y con ello experimenta un gozo que nada ni nadie puede quitarle.
Creedme, la filosofía
del esfuerzo nos revela que el gozo reside en el esfuerzo mismo. Por eso, no
echéis sobre los demás las cargas que debéis asumir vosotros mismos; y, si es
posible, haced vuestro trabajo sin necesidad de que os ayuden. Añadiré incluso
que no debéis esperar a que los esfuerzos os sean impuestos desde el exterior,
sino que debéis imponéroslos vosotros mismos."
"¿Cuál es la
voluntad de Dios con respecto a ellos? ¿Qué es lo que Dios espera de ellos?
Ésta es la pregunta que se hacen ingenuamente algunos creyentes. Se imaginan
que Dios tiene una voluntad particular respecto al lugar en que deben habitar,
la profesión que deben ejercer... ¿Deben acaso fundar una familia o permanecer
solteros para consagrarse a Él?... ¿Acaso Dios les pide sostener tal causa y
combatir tal otra?...
En realidad la voluntad
de Dios para cada uno de nosotros no se refiere a una cuestión particular. Dios
sólo quiere que el hombre estudie para comprender sus leyes, que son las leyes
de la vida, y que se esfuerce después para ponerlas en práctica.
A cada uno le concierne
personalmente la voluntad de Dios, desde luego, pero sólo va a conocer lo que
Dios espera de él después de haber estudiado la voluntad divina en su principio.
Que empiece por conciliarse con la voluntad divina, en tanto que principio de
sabiduría y de amor, y conocerá verdaderamente lo que Dios espera de él."
"Ante ciertos
destinos humanos, sentimos la tentación de pensar que tales existencias no
tienen sentido. Ahí tenéis, por ejemplo, a seres que tenían posibilidades de
aprender, de comprender, de hacer algo útil, pero aparentemente no han
aprendido nada, ni comprendido nada, ni hecho nada, ¡salvo cometer errores!
¿Acaso valía la pena que viviesen?... Pues bien, éste es un razonamiento muy
malo.
La existencia actual de
un ser no es más que el eslabón de una larga cadena. Para comprender lo que
vive tal hombre o tal mujer en el transcurso de una de sus encarnaciones, no
hay que considerar esta encarnación aisladamente, sino conectarla con todas sus
encarnaciones pasadas desde hace siglos y milenios y, al mismo tiempo, hay que
saber que esta existencia va a proseguir en el futuro.
Siempre nos equivocamos
sobre el significado que debemos dar al presente, si no lo situamos en un
contexto de continuidad que va desde un pasado lejano hasta un futuro aún más
lejano. Cuando no sabemos qué sentido dar a la vida de la gente, no debemos
decir que no tiene ninguno, y no tenemos derecho a emitir un juicio a este
respecto sobre ningún ser.
Cada vida tiene un
sentido, y en vez de pronunciarnos sobre la vida de los demás, lo que debemos
hacer es tratar de dar cada vez más sentido a nuestra propia vida para preparar
nuestro futuro."
"Sufrir es
desagradable y es natural querer que el sufrimiento desaparezca de inmediato y
de la forma que sea. Sin embargo, hay circunstancias en las que sería
preferible no huir sistemáticamente del sufrimiento, sino más bien tratar de extraer
fuerzas de él para una nueva vida. Porque una de las propiedades del
sufrimiento es la de despertar en el ser humano cualidades que no aparecerían
jamás en otras condiciones. Por eso, cuando debáis sufrir, física o moralmente,
pensad que se os está dando una ocasión para poder hacer un gran trabajo sobre
vosotros mismos. No estoy hablando, evidentemente, de ciertos dolores
insoportables que requieren tomar medicamentos, sino de esos malestares que
aparecen tan frecuentemente en la vida cotidiana. En vez de tratar de aliviarlo
inmediatamente tomando pastillas u otras sustancias, es preferible aprovechar
estos inconvenientes para ponerse a trabajar y reforzarse interiormente. Lo
lograréis si no os quedáis concentrados en vuestro sufrimiento sino esforzándoos
en armonizarlo todo con el pensamiento en vuestros cuerpos físico, astral y
mental.
Cuando hayáis terminado
este trabajo, a menudo constataréis que vuestro sufrimiento ha desaparecido,
precisamente porque gracias a este trabajo del pensamiento habréis logrado
introducir la armonía en todo vuestro ser."
"Cuando llega la
primavera, empezamos a alimentarnos con los rayos del sol naciente, porque la
luz es el mejor de los alimentos. Y el aire puro, la tierra que se despierta,
los árboles que están a nuestro alrededor, también nos alimentan si sabemos
cómo cocinarlos... Sí, ¡cocinarlos! Con nuestro pensamiento, con nuestro amor,
podemos hacer con todos estos elementos unos platos deliciosos.
La vida espiritual es
una nutrición. Es el arte de transformar todo lo que recibimos del exterior en
sabiduría, en bondad, en poder, en paz. Contribuimos a esta transformación
concentrando primero toda nuestra atención en el sol que sale.
Después, al volver a
nuestras actividades cotidianas, nos sentimos cada vez más llenos, más fuertes,
y más ricos. Sí, más ricos, porque esta luz del sol que hemos recibido es oro,
oro etérico, y este oro vale más que todos los lingotes acumulados en los
bancos, porque nos aporta la vida."
"Ahí tenéis a
alguien que se lanza bruscamente a la acción sin haber estudiado bien el
proyecto que quiere realizar: inevitablemente encontrará obstáculos. Y
entonces, se sentirá desdichado, se lamentará, y sólo después de haberse
lamentado mucho acabará reflexionando sobre la causa de su fracaso.
Evidentemente ya será un poco tarde, debió empezar con la reflexión. Pero
podemos esperar, al menos, que su fracaso le impulsará a hacer mejor las cosas
la próxima vez.
Pensar, sentir, actuar:
éste es el orden que debe presidir toda empresa... Así es como procede el
sabio: empieza por reflexionar, considera todos los elementos del trabajo que
tiene que ejecutar, del problema que tiene que resolver; después hace
intervenir el sentimiento, es decir, el gusto, el interés, el amor por la tarea
que tiene que llevar a cabo. Finalmente decide ponerse a trabajar para realizar
su proyecto, y no lo deja a medias.
Podemos pues decir, que
el sabio refuerza y vivifica con el sentimiento aquello que ha concebido con el
pensamiento, y que finalmente lo realiza gracias a una voluntad firme."
"Cuando ya no
pueden soportar su presente, los humanos tienen tendencia a proyectarse hacia
el futuro. Pero no ganan nada con ello, porque un día u otro se ven obligados a
rendirse a la evidencia: este futuro en el que creían poder refugiarse, no
tiene ningún fundamento sólido, y entonces lo que descubren es el vacío y la
angustia. En vez de soñar en el futuro, ¡que empiecen por vivir bien este hoy
en el que tienen tantas cosas que saborear, ver, apreciar, pensar! Pero,
para vivir bien hoy, deben aprender a no dejarse llevar por la sucesión de los
acontecimientos y de los estados interiores que crean estos acontecimientos.
¡Deben hacer una pausa! Diréis que la vida es un flujo ininterrumpido imposible
de parar. Es verdad, pero vosotros podéis encontrar el medio de pararos en este
flujo de tiempo para poder poner un poco de orden en vosotros mismos, para
sintonizaros con ritmos más armoniosos. Y ahí es donde descubrimos cuán
necesaria es la práctica de la meditación. Meditar, es retener la marcha
precipitada del tiempo para introducir dentro de nosotros un ritmo, una paz,
una luz que dejarán su huella durante mucho tiempo.
"La práctica
espiritual exige tener ciertos métodos de trabajo. Así que, a medida que tenéis
conciencia de ello, acostumbraos a tomar nota de las ideas, los consejos y los
ejercicios que os parezcan importantes. Después, escoged entre ellos aquéllos
que particularmente necesitáis en el momento presente. Más tarde, en
circunstancias diferentes, otros os parecerán más necesarios y podréis
concentraros en ellos.
Suceda lo que suceda,
haced lo que sea necesario para que estas ideas, estos consejos, estos
ejercicios que sentís y que necesitáis ahora para vuestro progreso espiritual,
para vuestro equilibrio y vuestra paz interior, sean puntos de referencia en
vuestra existencia cotidiana. De esta manera despertaréis la fuerza divina en
vosotros, y esta fuerza que ha creado el mundo, sabrá cómo llegar y organizar
las cosas en todo vuestro ser.
Sólo vuestro trabajo
tiene el poder de despertar la fuerza divina en vosotros; creáis una conexión
con ella, y es ella la que os sostiene, la que os mantiene siempre en
pie."
"En general, no
son los hombres de bien los que más hincapié hacen en la deshonestidad, la
injusticia y la maldad de los demás ni los que se muestran más desconfiados. Al
contrario, a menudo son aquéllos que tienen estos defectos quiénes sin cesar aluden
a ellos por todas partes. ¿Por qué? Porque una naturaleza viciosa tiende
siempre a fijarse en todo lo que es malo y vicioso como ella.
Los que poseen grandes
cualidades morales, no se interesan demasiado por los defectos de los demás, a
veces ni siquiera les prestan atención, y si los notan, no se fijan demasiado
en ellos porque tienen tendencia a ver a los demás a través de las cualidades
que ellos mismos poseen. Cada ser humano sólo puede ver a través de sus propios
ojos, y es él mismo quien modela estos ojos con sus pensamientos y sus
sentimientos.
Si os encontráis con
gente que sólo os habla de las lagunas o del mal comportamiento de los demás,
sabed que, de una forma o de otra, las revelaciones que os hacen se refieren a
ellos mismos en primer lugar. Si fueran nobles, bondadosos y honestos,
descubrirían también en los demás estas buenas cualidades y os hablarían
primero de ellas."
"¿Qué es la
resurrección? La manifestación de una corriente de vida que atraviesa regiones
en las que físicamente o psíquicamente, la enfermedad y la muerte habían
empezado a hacer su obra. ¡Hay en la naturaleza tantos fenómenos que pueden
darnos una idea de este proceso!
No sólo el germen que
sale de la semilla, sino también el polluelo que sale del huevo, algunos
animales que se despiertan de su sueño invernal, la crisálida que se transforma
en mariposa, son imágenes de la resurrección. ¿Y los árboles? Ellos también
resucitan en primavera: ¡todas esas ramas negras y desnudas que se cubren de hojas
y de flores! He ahí aún otra resurrección.
Y ¿por qué resucitan?
Porque no estaban muertos, porque en ellos la vida sigue estando ahí. Todos
estos fenómenos de la naturaleza tienen su correspondencia en el hombre.
Físicamente,
psíquicamente, cada día el hombre muere y resucita. Cuando la vida se debilita
en él, muere; cuando se fortalece, resucita. Es como si una sangre nueva
circulara en sus venas. Solo la vida, la vida divina nos resucita, y debemos
trabajar para llenarnos de esta vida."
"Hace años
sufristeis un fracaso, una decepción, o bien os lanzaron palabras hirientes...
Durante mucho tiempo esto os atormentó, pero ahora, cuando pensáis en ello, os
dais cuenta de que apenas es un recuerdo, como si todo se hubiese borrado.
Puesto que con el tiempo ya no queda ni huella, esto prueba de que no fue tan
grave.
Entonces, ¿por qué no
tratáis de liberaros lo más rápidamente posible de todo lo que pueda
ensombrecer vuestra vida cotidiana? Cuando un acontecimiento, una situación, os
inspiran tristeza, cólera, no dejéis que este estado se prolongue. Salid de
vuestra casa, por ejemplo, y empezad a caminar diciendo: «Cuando alcance aquel
árbol de allí abajo (o aquella pared, o cualquier otro punto de referencia), me
habré liberado de esta indisposición.» Acercaos a ese árbol o a esa pared con
la certeza de que vais a empezar a liberaros. Cuando los alcancéis, os
sentiréis lúcidos, aliviados. Esta mejora no será suficiente, ciertamente, así
que escoged otro punto de referencia, más lejos, y avanzad hacia él con la
convicción de que vuestro mal acabará desapareciendo completamente. Seguid así
hasta sentir una verdadera liberación. Y volved a empezar de nuevo al día
siguiente, si hace falta.
Cualesquiera que sean
vuestras penas, vuestros tormentos, lo esencial es que no os quedéis nunca sin
reaccionar. No hay nada peor que la pasividad."
"Algunas veces,
sin saber el motivo, sentís de pronto una alegría o un pesar. Hay varias
explicaciones posibles a este respecto, pero os daré una en la que seguramente
nunca habéis pensado. Sin duda, os ha sucedido encontrar en la calle a un o a
una transeúnte, cuyo rostro ha atraído vuestra mirada y a quién habéis enviado
espontáneamente un pensamiento, un rayo de amor… Esta persona no se ha dado
cuenta, incluso, de que la habéis mirado, pero ha recibido lo que le habéis
dado de bueno a través de vuestros ojos y ha sentido los efectos.
Cuando sentís de pronto
una alegría, se debe quizá a que una entidad del mundo invisible, al pasar, os
ha mirado proyectando su amor sobre vosotros, y vuestro corazón ha sido
alcanzado. Por todas partes en donde estemos, nos encontramos en medio de una
multitud de seres visibles e invisibles, y recibimos tanto buenas cosas como
malas, lo que explica muchos de nuestros diferentes estados.
El sol, que nos mira
todos los días, nos envía también ondas vivificantes. Y como es una imagen de
Dios, nuestro sol espiritual, debemos ser conscientes de que a través del sol,
es Dios quién nos mira. Amar a Dios es presentarse todos los días ante Él para
recibir su mirada."
"La tierra, el
agua, el aire y el fuego... Los cuatro elementos que constituyen la materia de
la creación, son un alimento para el hombre. Éste se alimenta cada día con tierra
y con agua: los alimentos sólidos y líquidos; el aire que respira lo alimenta
también. En cuanto al fuego, está contenido en estos diferentes alimentos, pero
también en el calor y la luz del sol.
Como todas las
criaturas, los humanos se benefician del calor y de la luz del sol, pero
inconscientemente. Si aprendiesen a recibirlos conscientemente, serían para
ellos una fuente de riquezas extraordinarias, porque el verdadero alimento está
ahí, y es incluso el que más necesitan para poder mantener en ellos no sólo la
vida, sino también la inspiración y el gozo.
El sol es un alimento,
el mejor de los alimentos. ¿Por qué limitarse a la tierra, al agua y al aire?
Hay que aprender a alimentarse también con fuego y luz, y eso es lo que hacemos
en la salida de sol.
Se dice en el Zend
Avesta que cuando Zoroastro le preguntó al dios Ahura Mazda cómo se alimentaba
el primer hombre, el dios le respondió: «Comía fuego y bebía luz.»
Obtenía, pues, la vida del sol que es fuego y luz."
"A medida que
pasan los años, la mayoría de los humanos pierden el gusto por las cosas:
respiran, comen, beben, caminan, ven, oyen, sin que su conciencia esté presente
en estas actividades, se diría que su sensibilidad se ha ido embotando poco a
poco.
Pero, he ahí que
alguien cae gravemente enfermo: durante meses
se ve obligado a permanecer inmóvil y aislado en una habitación, llevando una vida vegetativa. Después, un día, por fin, entra en convalecencia, y ahí, de repente, el alimento, el aire, la luz, le parecen deliciosos. ¡Y qué gozo poder desplazarse libremente de nuevo, salir a contemplar el cielo, los árboles y toda la naturaleza, escuchar el viento y el canto de los pájaros!
se ve obligado a permanecer inmóvil y aislado en una habitación, llevando una vida vegetativa. Después, un día, por fin, entra en convalecencia, y ahí, de repente, el alimento, el aire, la luz, le parecen deliciosos. ¡Y qué gozo poder desplazarse libremente de nuevo, salir a contemplar el cielo, los árboles y toda la naturaleza, escuchar el viento y el canto de los pájaros!
Éste es el lado bueno
de ciertas enfermedades. ¿Pero es acaso razonable esperar a tener un accidente
o a caer gravemente enfermo para volver a encontrar el gusto por las
cosas?"
"El sol que vamos
a contemplar cada mañana, sólo podemos descubrirlo con muchos esfuerzos, mucha
paciencia. Aunque esté ahí, brillante, luminoso, cegador, no se revela
fácilmente ante nosotros, y nuestras preocupaciones cotidianas no nos preparan
para percibir esta vida sutil a la que aspiran nuestra alma y nuestro espíritu.
Pero hay que
perseverar, hay que trabajar durante mucho tiempo sobre nuestros sentidos
espirituales hasta comprender que es la Divinidad quién se manifiesta a través
del sol, y comulgar con ella.
Creéis conocer al sol…
No, comenzaréis a conocerle cuando sintáis en el plexo solar una vibración de
tal intensidad, que todo vuestro ser será alimentado, colmado… Entonces, como
él, estaréis dispuestos a verter sobre el mundo entero vuestro calor, vuestra
luz, vuestra vida, y así es como la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo, estará viva en vosotros."
"No debemos
considerar el optimismo y el pesimismo como una simple cuestión de
temperamento; optimismo y pesimismo presuponen dos filosofías de la vida. Sólo
el que busca los bienes espirituales puede ser verdaderamente optimista; mientras
que el que sólo persigue los bienes materiales, aunque esté al principio lleno
de esperanza, se verá obligado, un día u otro, a abandonar sus ilusiones.
El pesimista no ve más
allá de las pequeñas cosas de la tierra.
El optimista, por el
contrario, abre su alma a los vastos espacios del cielo, porque sabe que la
predestinación del hombre es volver un día a su patria celestial. A lo largo
del camino que conduce a esta patria, se encontrará evidentemente con el mal
bajo todas sus formas, sufrirá, dudará de los demás y de sí mismo, se
desanimará. Pero incluso en los peores momentos no se hundirá, porque en su
corazón, en su alma, lleva esta verdad de que Dios lo ha creado a su imagen, y
que esta imagen de Dios contiene en potencia todas las riquezas, todas las
victorias. Si hay algo de lo que nunca debemos dudar, es de qué un día
volveremos a nuestra patria celestial, mientras que en las empresas terrestres
el éxito es mucho más dudoso, y en todo caso efímero.
Cuando un estudiante ha
suspendido varias veces un examen, se le hace comprender que es inútil que
insista y que debe abandonar. Pero cuando se trata de nuestra predestinación
divina, esta predestinación está tan profundamente inscrita en nosotros que un
día, a fuerza de trabajo, llegaremos a la meta. Y éste es el verdadero
optimismo."
"Para minimizar la
importancia de ciertas declaraciones, se dice a menudo que se trata de
«palabras en el aire». En el aire o no, de todas maneras las palabras sólo son
aire, pero poseen un terrible poder de destrucción.
Materialmente, en el
plano de la realización, el ser humano está limitado: ¡cuántas cosas que
quisiera realizar están fuera de su alcance! Mientras que con la palabra puede
llegar a obtener unos resultados que son imposibles de obtener con cualquier
otro medio.
No es tan fácil
conseguir arruinar a alguien, destrozar su carrera, eliminarle, a él y a su
familia; y aun admitiendo que fuera realizable, nos exponemos a ser perseguidos
y condenados. ¡Mientras que podemos fácilmente lanzar ciertas palabras a
diestro y siniestro, dejar entrever segundas intenciones, hacer insinuaciones!
Y, de esa forma, la mayoría de las veces no arriesgamos nada. Por eso se dice
que la palabra es el arma de los débiles.
¡Cuántas tragedias han
sido causadas por algunas palabras lanzadas conscientemente, sabiendo que iban
a producir enormes daños al circular de boca en boca! Pero vosotros, no
olvidéis jamás que la palabra que le ha sido dada al hombre es una energía
divina, y que debéis esforzaros para utilizarla solamente con un objetivo
divino."
"Al despertaros
por la mañana, antes de cualquier preocupación, pensad en armonizaros con las
entidades celestiales, decidles qué queréis entrar en su armonía. Llamad a
estas criaturas luminosas que pueblan el espacio, concentraos en ellas,
imaginaos cuán bellas son, cuán puras y llenas de amor.
Si vuestro deseo es
sincero, entraréis en contacto con ellas gracias a la ley de afinidad. Algo
sucederá entonces dentro de vosotros: vuestro corazón, vuestro intelecto,
vuestra alma y vuestro espíritu vibrarán al unísono con el mundo divino. Todo
vuestro ser se convertirá en un instrumento bien afinado y la armonía que
habréis conseguido crear, marcará con su sello la jornada que empieza.
¡Hay tantos encuentros,
tantos acontecimientos en la vida que pueden perturbaros, haceros perder
vuestro gozo y vuestra paz! Pero, suceda lo que suceda, siempre os queda el
poder de armonizaros con las entidades celestiales para que la armonía con la
que ellas llenan el espacio, descienda a habitar en vosotros."
"Cada día buscáis
nuevos conocimientos, ¡y hay tantas cosas interesantes que ver, que conocer!
Pero acostumbraos también a consagrar cada día algún tiempo para entrar dentro
de vosotros mismos, profundizar y explorar las regiones del alma y del
espíritu. El saber que obtendréis de esta manera, podréis llevarlo con vosotros
por todas partes, incluso al otro mundo, nada os lo podrá quitar. Mientras que
todos los conocimientos que vienen del exterior, nunca son verdaderamente
vuestros; cuando abandonéis la tierra tendréis que dejarlos, y cuando volváis a
reencarnaros, seréis como una página en blanco y os veréis obligados a
empezarlo todo de nuevo, desde el principio.
Cada uno, cuando nace,
trae solamente aquello que verdaderamente ha adquirido y experimentado en sus
otras vidas. Todo lo demás le ha sido quitado porque no le pertenecía: lo había
tomado prestado de otros. Durante el poco tiempo que está en la tierra, se
aprovecha, claro, de las ventajas que le dan estos conocimientos prestados: le
hacen cumplidos, le aplauden... Pero, cuando se vaya, sólo podrá conservar
aquello que se ha hecho en él carne y hueso gracias a la exploración de su
mundo interior. Y si se ha ido pobre y desnudo, volverá pobre y desnudo."
"El miedo, este
instinto tan necesario para la supervivencia de la especie humana, puede tomar
en ciertos casos, unas formas tan incontroladas e irracionales que, en vez de
salvarles, ha causado la perdición de muchos hombres y mujeres. Por eso, no es
preciso esperar a tener que afrontar grandes peligros para entrenarse a vencer
el miedo. De vez en cuando os encontráis confrontados bruscamente con hechos,
con situaciones, o incluso solamente con palabras que pueden inspiraros miedo.
Una persona, por
ejemplo, os amenaza con privaros de algo que os importa mucho, o con oponerse a
uno de vuestros buenos proyectos. En vez de asustaros inmediatamente y
embarullaros con protestas tímidas y torpes, o de salir gritando y dando un
portazo, no digáis nada, manteneos tranquilos. Cuando nos cogen de imprevisto,
las reacciones instintivas no hacen más que agravar la situación. ¿Quién sabe
si no son más que simples amenazas en vano? Y aunque sean reales, las podréis afrontar
mejor si mantenéis la sangre fría.
Tratad de rememorar
todas las ocasiones en que, por miedo a lo que considerabais como un peligro,
reaccionasteis impulsivamente y lo lamentasteis después. "
"Cada ser humano
tiene una o varias debilidades – sería demasiado largo enumerarlas – y las
posibilidades de sucumbir a las tentaciones no faltan: todo contribuye para
despertar en él la glotonería, la sensualidad, la frivolidad, el afán de lucro,
la agresividad...
Aquél que desee vencer
sus debilidades, deben buscar los signos que le anuncian la llegada de la
tentación. Descubrirá que estos signos son siempre los mismos y que son como
una advertencia. Que se analice y que busque en qué ocasión sucumbió y con qué
signos la tentación empezó a insinuarse en él. Estos signos pueden ser un
movimiento de impaciencia, una sensación en el plexo solar, un pensamiento que
pasa por su cabeza, una imagen que se presenta ante él, etc. Siempre hay signos
que os advierten que la tentación se acerca. Son diferentes según las personas,
y sois vosotros quiénes debéis tomar conciencia de cuáles son.
Cuando hayáis
descubierto por fin estos signos precursores, podréis haceros dueños de la
situación porque, en cuanto aparezcan, ya sabréis que debéis aumentar vuestra
vigilancia."
"Más allá de lo
que vemos, existe un mundo que no vemos y que es, sin embargo, igual de real.
Este mundo invisible está habitado por unos seres que llamamos hadas, espíritus
de la naturaleza. Sucede a veces que los niños ven a estas criaturas. En el
transcurso de sus primeros años, viven espontáneamente en contacto con ellas.
Pero si hablan de ello con los adultos, y en particular con sus padres, éstos
no les prestan atención o se ríen de estas historias. Y entonces, como no les
toman en serio, los niños no dicen nada más, y dudan incluso de lo que han
vivido hasta que llega un momento que se olvidan.
Los niños pequeños
tienen una especie de clarividencia, y si los adultos aceptasen oír sus
relatos, tendrían revelaciones asombrosas que les recordarían, quizás,
experiencias vividas en su propia infancia; con su negligencia se privan de
algo muy precioso. Estad pues atentos a las manifestaciones de un niño pequeño,
incluso de aquél que aparentemente es menos despierto, porque su espíritu, que
todavía no se ha encarnado completamente, siente cosas que los adultos ya no
ven ni sienten. El niño sólo habita realmente en su cuerpo físico a partir del
séptimo año. Hasta entonces, vive en parte fuera de su cuerpo, y es por eso que
los espíritus del mundo invisible son para él presencias familiares."
"¿Por qué tanta
gente se queja de la soledad? ¿Acaso comprenden cuando se les dice que son
ellos, en su cabeza, los que han creado esta soledad? En realidad, nadie está
nunca solo. Todo el universo nos mira y nos escucha. Ninguna de nuestras
palabras, ninguno de nuestros gestos queda sin eco. Si por la mañana, cuando
abrís la ventana, os acostumbráis a desear buenos días a la tierra, al cielo, a
la creación entera, desde los cuatro puntos del espacio os responderán muchas
voces como un eco: buenos días, buenos días, buenos días... y toda la jornada
os sentiréis acompañados.
Y cuando salís de
vuestras casas, os cruzáis también en las calles con un cierto número de
personas: la mayoría son desconocidas para vosotros, pero, ¿acaso es tan
difícil mostrarles una cara abierta, fraternal? ¿Acaso no merecen que, con el
pensamiento, les deseéis la luz, la paz, el gozo?... ¿Decís que no os inspiran?
Sí, puede ser, porque os fijáis sólo en las apariencias. Pero detrás de estas
apariencias hay almas y espíritus.
Cuando sepáis, a través
de vuestra alma y vuestro espíritu, entrar en relación con todas las almas y
todos los espíritus de la tierra, cuando lo que hay de mejor en vosotros
encuentre lo que hay de mejor en los demás, creedme, ya no os sentiréis nunca
más solos."
NOTA: Cada uno es el creador de su
Futuro con sus pensamientos, sentimientos y actos. Cada uno es su propio Juez.
Nadie castiga o premia a nadie. La Ley del universo nos proporciona esa
libertad y derecho.
"La razón de ser
de los ejercicios que una enseñanza espiritual preconiza practicar, es hacer
vibrar todo nuestro ser hasta las más mínimas células de nuestras manos y de
nuestros pies, en consonancia con las verdades que aceptamos intelectualmente.
Comprender supone
aplicar, realizar, encarnar. Debemos hacer descender en nosotros cada verdad
con la que entramos en contacto hasta impregnar con ella todo nuestro ser psíquico,
así como nuestro ser físico.
La comprensión, la
verdadera, no se obtiene solamente con las células del cerebro; se obtiene
también con las células del corazón, del estómago, de los pulmones, del hígado
y de todos los demás órganos. Si las células de todos los demás órganos no se
movilizan también en este trabajo, las capacidades del cerebro se encuentran, a
su vez, disminuidas. Para que nuestra comprensión sea completa, todas las
células del cuerpo deben participar. "
"Haced esta
experiencia: durante una semana al menos, esforzaos por comportaros, en
cualquier ocasión, con autodominio, sabiduría, bondad, generosidad. Después de
estos días, constataréis que podéis afrontar más fácilmente las situaciones
difíciles que se os presentan: os sentís reforzados, como si hubieseis recibido
energías, como si una materia se hubiese elaborado en vosotros, un fluido sutil
que alimenta las células de vuestro sistema nervioso. En cuanto hacéis un
esfuerzo para mejorar vuestro comportamiento, toda una estructura se está
edificando y consolidando en vosotros. Os asombráis incluso.
Os preguntáis cómo es
posible que lleguéis a soportar sin rechistar unos inconvenientes que antes os
irritaban, os angustiaban y os agotaban nerviosamente. Y aunque en algún
momento os sintáis cansados, inquietos o desanimados, todo eso no dura: tras
una oración, unos instantes de recogimiento, muy pronto esta energía se pone de
nuevo a trabajar en vosotros para que todo se restablezca."
"Sólo aquél que,
gracias al conocimiento de las verdades espirituales, ha sabido poner orden en
sí mismo, realiza el verdadero silencio. Y en este silencio la voz de su
naturaleza divina se hace oír. Toda una tradición mística nos habla de la «voz
del silencio». ¿Cómo hay que comprender esta expresión? El silencio no tiene
voz, evidentemente, pero en el seno del silencio se hace oír una voz: la de
nuestra naturaleza divina.
La meditación, la
oración, al igual que todas las prácticas preconizadas por las enseñanzas
espirituales, sólo tienen un objetivo: hacer callar a la naturaleza inferior en
el hombre para dar a su naturaleza superior unas posibilidades cada vez mayores
de expresarse.
El silencio es pues
este estado de conciencia en el seno del cual algo misterioso, profundo,
empieza a revelarse. A este «algo» se le llama la voz del silencio. Aquél que
logra serenarlo todo dentro de él, e incluso detener su pensamiento – ya que,
con su movimiento, el pensamiento también hace ruido – oirá esta voz."
"La fuente del
amor universal es el sol. Cada día deposita partículas de vida en toda la
naturaleza, y son estas partículas las que nosotros recibimos después a través
de las piedras, de las plantas, de los animales... y hasta de los humanos. Porque
los humanos poseen también partículas del sol, pero sólo en muy pequeña
cantidad, porque no se esfuerzan por atraerlas, y por eso el amor que se dan no
puede aportarles la plenitud.
El verdadero amor se
encuentra a profusión en el sol, y es ahí donde debéis buscarlo. El que no ha
aprendido a elevarse hasta la fuente, sólo encontrará pequeñas gotas de rocío
condensadas por aquí y por allá sobre algunas hojas, sobre algunas flores, y
eso es poca cosa.
Ciertamente, hay
algunos lugares del cuerpo del hombre o de la mujer en los que el amor se
deposita un poco, pero si sólo lo buscamos ahí, siempre estaremos hambrientos y
sedientos.
Para sentiros colmados,
debéis buscar en la fuente este inmenso amor que inunda toda la creación. Amad
después a un hombre o a una mujer, pero para encontrar la plenitud, id primero
a beber a la fuente."
"Sentir es una cosa,
y pensar es otra, pero muy a menudo la sensación influye en el pensamiento. A
veces, os podéis sentir agotados, lo que no tiene nada de anormal; pero he ahí
que esta sensación desencadena en vosotros pensamientos de desánimo, de
tristeza.
Pues bien, no, en tales
momentos, la sensación no debe influir en el pensamiento, sino que debe ser
vuestro pensamiento el que actúe sobre la sensación: incluso si no puede
vencerla, mantenedlo ahí como una luz, como un faro a lo lejos que os dice que
vais a poder levantaros de nuevo. Así pues, a pesar de vuestro cansancio y de
vuestro agotamiento, debéis creer en vuestro pensamiento y seguirle.
¿Tenéis la sensación de
que ya no queda ni una gota de energía en vuestro depósito? En vez de dejaros
abatir, recordad que el depósito cósmico está lleno, y extraed de él con el
pensamiento. Porque el pensamiento sirve también para esto: apenas hayáis
extraído algunas gotas de este depósito de energías, la llama de vuestra
lamparilla, que se estaba apagando, brilla de nuevo."
"Es
preferible comportarse bien, pero comportarse mal no es lo más grave. Lo grave
es no ser conscientes de ello. Nos encontramos con personas que tienen un gran
ideal de justicia, de generosidad, de abnegación, eso no se puede negar. Pero
tener un ideal no significa necesariamente que seamos capaces de realizarlo.
El
que no ve que está actuando en contradicción con su ideal, acaba cayendo en
unas complicaciones inextricables. Fracasa, es rechazado por los demás y no
comprende por qué: se cree irreprochable, está convencido de que los demás
deben aprobarle, admirarle incluso. Le perturba, por tanto, todo lo que le sucede
y, como no tiene ninguna lucidez sobre sí mismo, se imagina que todo el mundo
se confabula contra él, lo que influye muy negativamente en sus pensamientos y
en sus sentimientos: se rebela y, con esta rebelión, pierde poco a poco las
cualidades que quería poner al servicio de su ideal. Y todo eso porque se niega
a admitir que hacer concordar sus actos con su ideal es mucho más difícil de lo
que se imaginaba, y que es incapaz de verse tal y como es.
Para
estar a la altura de nuestro ideal, debemos empezar por ser lúcidos sobre
nosotros mismos.
"¡Cuántos
dicen que están buscando la verdad! Lamentándose por no haberla aún encontrado,
se sienten orgullosos de haberse lanzado a una búsqueda tan difícil...
Pues bien,
no, la verdad no es tan difícil de encontrar y puede incluso ser definida de
una forma muy sencilla. Digamos que es como una medalla una de cuyas caras es
el amor y la otra la sabiduría. Si buscáis la
verdad independientemente del amor y de la sabiduría, es decir, independientemente
del buen desarrollo del corazón y del intelecto,
no la encontraréis jamás. Pero en cuanto tenéis amor y sabiduría, poseéis
también la verdad, aunque no la busquéis.
Nunca se
encuentra la verdad como un principio que existe por sí mismo: sólo puede
existir para aquél que sabe trabajar a la vez con el corazón y con el
intelecto.
Si tantas
verdades diferentes, contradictorias, circulan y se confrontan actualmente en
el mundo, es porque estas verdades reflejan la deformación del corazón y del intelecto
de los humanos. Alguien os dice: «¡Ésta es la verdad!» En realidad, se trata de
«su» verdad, y esta verdad es la expresión de su corazón y de su intelecto,
débiles y deformados o, por el contrario, sólidos e iluminados."
"¡Cuántos accidentes
y desgracias sufren los humanos porque no tienen ni idea de los peligros que
corren cuando toman ciertas decisiones o cuando se lanzan a ciertas empresas!
Lo hacen tranquilamente, sin ver nada, sin prever nada, y se precipitan directamente
hacia las dificultades.
Si hubiesen sabido
desarrollar su ojo interior, éste les habría advertido, porque este ojo al que
se llama a veces el tercer ojo, es como un radar: envía ondas al espacio, y
estas ondas, al volver, son capaces de prevenirle sobre los obstáculos o
precipicios a evitar. Si este radar está averiado en la mayoría de la gente, es
porque la vida que llevan interfiere las ondas e impide su buen funcionamiento.
Es verdad que hay casos en los que este ojo espiritual no les previene, aunque
esté desarrollado. Cuando algunos acontecimientos de su vida están determinados
de antemano por las leyes del destino y deben realizarse obligatoriamente,
aunque tengan el presentimiento de lo que va a pasar, lo esencial permanece
oculto para ellos y no pueden evitarlo. Lo que tienen que hacer entonces es
afrontar las pruebas con la ayuda de la luz y de los métodos que da la Ciencia
iniciática.
Pero, en general, si han
sabido prepararle las condiciones, este ojo espiritual está ahí para
advertirles y guiarles."
"Una vida social
armoniosa sólo puede estar basada en unos intercambios justos; y los
intercambios justos se resumen en dos palabras: tomar y dar. Si
tenemos derecho a tomar, es porque debemos ser capaces de dar
a cambio.
En el plano material,
la cuestión está clara para todo el mundo y cada uno sabe lo que son los
intercambios justos. Pero esto no basta, porque la ley de intercambio afecta a
todos los dominios de la existencia. Alguien dice: «Yo soy honesto, pago mis
impuestos, doy su salario a mis empleados, mantengo a mi familia, no engaño a
mi mujer, ayudo a mis padres...» De acuerdo, pero ¿es esto suficiente? ¿Cómo se
conduce en realidad con sus padres, con su mujer, con sus hijos? ¿Cómo responde
a su afecto? ¿De dónde proviene que le sientan a veces como un extraño o como
un tirano? ¡Es mucho más fácil ser honesto y justo en el plano material que en
el plano psíquico!
A veces vemos, incluso,
que algunos exhiben toda clase de signos externos de su honestidad para poder esconder
mejor su deshonestidad en las relaciones intelectuales y afectivas. Llegan a
engañar a los demás (aunque no siempre), pero no engañan a la Justicia
divina, porque ésta tiene otros conceptos distintos de la justicia humana
con respecto a lo que hay que llamar «tomar» y lo que hay que
llamar «dar»."
"¡Con cuántos
obstáculos, con cuántas dificultades nos encontramos en la vida que no tienen
otra razón de ser que la de obligarnos a tomar el único camino en el que
podremos cumplir nuestra predestinación de hijos e hijas de Dios! Una gran
sabiduría preside todos los destinos, y debemos aceptar esta verdad para no
agravar nuestros sufrimientos.
La Inteligencia cósmica
nunca tiene la intención de aplastarnos; pero con lo que nos da, y también con
todo aquello de lo que nos priva, nos pone en situaciones en las que nos vemos
obligados a expresar lo que hay de mejor en nosotros. Al que no ve ninguna salida al exterior, le queda
siempre la posibilidad de buscar una salida dentro de sí mismo, trabajando
sin descanso con el pensamiento, la imaginación y la voluntad.
El destino de cada uno
es un lenguaje especial que debemos esforzarnos en interpretar. Todos los
impedimentos, todas las pruebas que encontramos en nuestro camino, no tienen
otro objetivo que el de enseñarnos a encontrar lo que buscamos en el mundo del
alma y del espíritu.
"Es importante,
evidentemente, escoger un alimento sano y hacer comidas equilibradas, pero el estado
en el que comemos es todavía más importante: cuando no tomamos ciertas
precauciones, podemos envenenarnos con la mejor de las comidas. Si coméis
perturbados, irritados, o en otros estados negativos, impregnáis los alimentos
con los venenos producidos por tales estados, y estos venenos van a difundirse
por todo vuestro organismo. Lo inverso también es cierto: los alimentos se
impregnan con los buenos pensamientos y los buenos sentimientos que podéis
tener cuando coméis, y os alimentan con su quintaesencia.
Es normal que estéis
momentáneamente perturbados e irritados por ciertos acontecimientos; pero
entonces, aunque sea la hora de comer, esperad un poco hasta que hayáis
recobrado la paz. Si no os es posible esperad, si vuestras ocupaciones os
obligan a comer justo
en ese momento, haced por lo menos el esfuerzo de concentraros en el alimento
impregnándolo con vuestro respeto y con vuestra gratitud: al penetrar en
vosotros, estos sentimientos, de los que el alimento será el soporte,
transformarán vuestros estados negativos."
"A cada hombre, a
cada mujer, se les plantea necesariamente, un día u otro, la cuestión de la
sexualidad y de su control, porque ni siquiera en una época de gran libertad en
este terreno, es posible dar rienda suelta a todas nuestras pulsiones. Es muy
difícil luchar contra la energía sexual: no solamente no conseguiréis vencerla,
sino que será ella la que os derribará.
El único medio de
dominarla, es encontrar un aliado, un asociado muy poderoso en el mundo espiritual
hacia el que podáis orientar esta energía y a quien la consagráis. Es él quien,
gracias a su saber alquímico, logrará transformarla en salud, en belleza, en
luz. Y ¿quién es este asociado? Un alto ideal, una idea sublime con la que
vivís y a la que amáis y alimentáis. Sólo una idea así es capaz de transformar
esta energía, no vosotros. Si, en el momento en que sentís una pulsión sexual a
la que no deseáis ceder, os concentráis en vuestro ideal, esta energía sube
hacia el cerebro para alimentarlo y os sentís reforzados, inspirados. Entonces,
en vez de derrotaros, os sirve y contribuye a vuestro perfeccionamiento."
"Hay
personas que, por pereza o por egoísmo, deciden vivir solos y sin hijos. Fundar
una familia, ¡supone tantas preocupaciones, tanto trabajo y sacrificio! Y
quieren estar libres para aprovecharse de la vida como mejor les plazca. Son
estas unas razones pésimas que van a acarrearles unos inconvenientes más graves
que los que ellos quieren evitar. No tendrán las preocupaciones de los padres y
de las madres de familia, es verdad, pero su búsqueda de lo fácil, su egoísmo,
engendrarán otras dificultades para ellos, otros tormentos.
El
ser humano no viene a la tierra para satisfacer sus antojos y sus caprichos. La
decisión de quedarnos solteros y sin hijos sólo se justifica si queremos
mantenernos libres para consagrarnos a unas tareas más vastas, más colectivas.
Si no, es mejor para nuestra evolución fundar una familia porque, asumiendo
responsabilidades, esforzándonos en hacer algo por otros seres, ensanchamos
nuestro campo de conciencia”.
"Si se les explica a los humanos dónde está el bien,
son perfectamente capaces de comprenderlo. Pero dar explicaciones, por más
convincentes que sean, no basta para llevarles a tomar una mejor orientación,
porque los poderes del intelecto son limitados. Hay que tocar también su
corazón, porque si sus sentimientos, si sus deseos les empujan hacia una
dirección diferente, no hay que hacerse ilusiones, allá es donde irán. Incluso
para aquél que ama la luz, que desea la luz, falta todavía por llegar lo más
difícil. Porque debe conseguir que su materia psíquica se pliegue ante esta
luz. Por un momento, la materia es dócil y se deja modelar, pero luego, de
repente, se resiste, se rebela, pone obstáculos, y hay que empezarlo todo de
nuevo.
Pero
que no se desanime, porque, poco a poco, esta materia psíquica recalcitrante,
acabará cediendo. Si la comprensión está ahí, y si también está el amor, la
realización se producirá un día necesariamente. En todo caso, lo que es seguro
es que sin la participación del intelecto y del corazón, es decir, sin
la comprensión y sin el amor, es inútil esperar la menor mejora."
"Existen
varias vías para acceder al mundo espiritual y la meditación es una de ellas.
En nuestros días, la práctica de la meditación se extiende cada vez más, pero
sólo puede ser benéfica para personas que tengan conciencia de que ello exige
una gran disciplina interior, es decir, el dominio de sus pensamientos, de sus
sentimientos, de sus deseos, porque de lo contrario, no harán más que errar por
las regiones inferiores del plano astral. Allí, remueven a su paso toda clase
de capas oscuras, pobladas de entidades que son a menudo hostiles a los
humanos, y corren los mismos peligros que los imprudentes que quieren atravesar
de noche una selva infestada de tigres y serpientes.
La
práctica de la meditación exige pues que empecéis por domesticar y orientar
vuestras diferentes tendencias psíquicas, con el fin de tener sólo una meta:
perfeccionarse. Esto debe quedar muy claro. Desde el momento en que sepáis
armonizar vuestros pensamientos, vuestros sentimientos, vuestros deseos, con
este diapasón, que es la idea de perfeccionamiento, las experiencias que hagáis
en vuestro mundo interior serán realmente benéficas. Si no, este ejercicio tan
útil y saludable, puede convertirse para vosotros en una aventura arriesgada”.
"Como
la mayoría de la gente, tenéis tendencia a considerar que los demás no están
suficientemente atentos con vosotros. Pero vosotros mismos, ¿acaso no sois
negligentes? ¿Acaso prestáis atención a cada ser, a cada cosa? Incluso con una
flor, cuando tenéis que plantarla o regarla, prestadle atención. Pensáis que,
tanto si estáis atentos como si no, nada cambia para ella. Pues, justamente, os
equivocáis... Y además, no es tanto por ella que debéis actuar así, sino por
vosotros, porque sois vosotros los que ganáis algo: hacéis un gesto de
atención, de respeto, de amor, y ese gesto se refleja benéficamente en
vosotros. No vayáis a buscar a otra parte y lejos lo que está muy cerca.
La
existencia cotidiana está llena de posibilidades, de encuentros, de contactos
con los humanos, con los animales, con las plantas, con las piedras, y también
con los objetos. No seáis descuidados con ellos, prestadles atención. Diréis:
«¿Prestar atención a los objetos?» Sí, aprended a manejarlos conscientemente y
con dulzura. De esta manera armonizaréis las corrientes en vosotros y a vuestro
alrededor. Si no sabéis cómo actuar con objetos inocentes, ¿qué haréis con los
humanos cuando vengan a importunaros o que os hayan hecho daño?"
"¡Cuántas
veces el amor entre dos seres comienza con un intercambio de miradas! Se miran
a distancia, y a través de la primera mirada que se dan, experimentan un gozo
puro como si bebiesen el agua cristalina que desciende de las cumbres. Después, cuando intentan acercarse para hacer otros intercambios,
las cosas empiezan a complicarse y a oscurecerse. Diréis que es imposible
contentarse con intercambiar miradas. Sí, claro, la mayoría de las aventuras
amorosas de los humanos están ahí para subrayarlo. Pero, ¿cuántos hombres y
mujeres se acuerdan con nostalgia de las primeras miradas que intercambiaron,
del mundo infinitamente poético que, en ese instante, se descubría ante
ellos?"
"A
medida que el ser humano avanza en edad, un principio destructivo se insinúa
fatalmente en su cuerpo. Es imposible vencerlo, pero puede, de todas formas,
ralentizar su acción, y sobre todo preguntarse cómo va a utilizar este periodo
de la vejez que se acerca. Sean cuales sean las condiciones, siempre hay algo
que hacer. Así pues, en lugar de sentir amargamente la pérdida de su belleza y
de sus energías físicas, que se diga que es el momento de dirigirse hacia otras
actividades, hacia otras fuentes de gozo.
Al
tratar de interiorizarse, de profundizar dentro de sí mismo, hará brotar las
energías espirituales que son, en cambio, inagotables. Que siga también
ejercitando su cerebro, que es el mejor de los instrumentos. El cerebro no se
debilita con la edad al mismo tiempo que los demás órganos, porque las
jerarquías divinas han depositado en él sus poderes... No se debilita, pero
solos lo hemos alimentado durante mucho tiempo ejercitando el
pensamiento."
"Esforzaos
por comenzar bien todo lo que emprendáis, porque el desarrollo de un
proceso depende de la impronta que habéis sido capaces de inscribir en él desde
el principio. Pero también hay que tener en cuenta que, si queremos empezar
bien, debemos haber terminado correctamente la tarea precedente. Este principio
tiene una aplicación en todos los ámbitos. Por tanto, cuando empezáis un
trabajo, esforzaos en mantener hasta el final la misma atención, el mismo
cuidado. Y si conocéis a otras personas, si entabláis nuevas amistades, estad
también vigilantes, para que lo que ha empezado con sonrisas, con palabras
cariñosas, regalos y besos, no acabe con enfrentamientos.
En
el plano físico podemos considerar que hemos puesto fin a una empresa, a
una relación. Bien o mal, se ha terminado. Pero en el invisible, nunca se
termina nada. La forma con la que hayáis resuelto una cuestión influirá en
vuestros encuentros y en vuestras empresas futuras."
**********************************
Nos complace comunicar, que ya son muchos
los Testimonios que nos llegan de alumnos muy agradecidos.
Entusiasmados por los resultados
obtenidos, al aplicar todo lo aprendido en los cursos, en personas de su
entorno. Definido en algún resultado de "Increíble".
Lo que nos contáis oralmente, por favor
escribirlo o grabarlo en vídeo y enviarlo por correo electrónico, para colocarlo
a la vista de todo el mundo. Los resultados obtenidos son de mucho valor para
otras personas que buscan ayuda. Ellos pueden sentirse identificados con
vuestro testimonio y darse una oportunidad.
Ha sido abierta una pestaña de testimonios
en esta página, para poder exponer vuestros resultados. Agradecemos vuestra
colaboración y ayuda.
Gracias por vuestra colaboración.